Durante el gobierno de Néstor Kirchner solía decirse que él era realmente el ministro de Economía. La referencia a un mítico cuaderno donde anotaba los valores de las variables más relevantes ejemplifican, de modo paradigmático, que el ex presidente no sólo definía la estrategia, sino que también se encargaba de gestionar y controlar su implementación.
En cambio, cierto imaginario sobre Cristina Kirchner la muestra concentrada en las definiciones político-estratégicas y omnipresente en la decisión final de cada medida, aunque no tanto en la elaboración de planes y detalles de nivel operativo.
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Desde que la Presidenta se enfermó en octubre de 2013 mucho se ha especulado sobre el modo en que es gobernado el país. ¿Cómo es el proceso de toma de decisiones?, ¿quiénes participan y con qué grado?, ¿hasta dónde Cristina delega el poder?, ¿cuáles son exactamente los roles de Jorge Capitanich, Axel Kicillof y Carlos Zannini?, ¿qué influencia tiene Máximo Kirchner?, ¿quién es el artífice de las decisiones económicas?
En la encuesta que se publica en esta edición de PERFIL se indagó sobre la autoría intelectual de las medidas económicas del Gobierno. Una mayoría cercana al 40% opina que dicha autoría pertenece a la propia Cristina, el 25% la refiere al ministro Axel Kicillof, mientras que apenas el 10% piensa que corresponde al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Por cierto, la encuesta muestra el dato numérico que representa la punta del iceberg de un universo de posibles significados. En efecto, ¿qué potencias se atribuyen realmente a la Presidenta? ¿Se supone que ella es tanto la estratega del modelo económico como la propia factótum de cada medida trascendente que se toma?, ¿o quizás se quiere señalar que Cristina es simplemente la responsable de las decisiones y, por ende, de sus consecuencias?
Luego de su triunfo arrollador con el 54% de los votos, la gestión presidencial no ha parado de bajar en la consideración de la opinión pública. Desde el pasado mes diciembre una ola de pesimismo se ha enquistado en un vasto sector de la ciudadanía. En la referida encuesta, el 77% de los respondientes piensa que en materia económica el Gobierno marcha sin rumbo.
Más allá de los matices de significado alrededor de los poderes específicos que la ciudadanía pueda atribuirle, lo cierto es que existe un alto consenso sobre que Cristina Kirchner continúa siendo una presidenta muy poderosa. Desde que asumió su mandato, la Presidenta siempre se ha jactado tanto del carácter virtuoso del modelo instaurado en 2003, como de su propio liderazgo para ejercer la conducción. Aunque la ciudadanía hoy acuerde sobre lo último, lamentablemente ya no parece acordar sobre lo primero.
*Director de la firma Federico González y Cecilia Valladares, Consultores de Marketing Político.
