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En el Monumental

River-Boca, las PASO del Superclásico

Como si en el país no pasaran muchas cosas, a las elecciones de octubre le sumamos una serie de clásicos imperdibles que aumentarán la tensión.

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Madrid. La final, último antecedente. | cedoc

Todavía no terminamos de digerir lo que se vivió en diciembre del año pasado y ya nos inyectamos nervios y ansiedad de nuevo. Boca y River vuelven a verse las caras después de la histórica final en Madrid. Hoy a la tarde, por una nueva fecha de la Superliga, tendremos un avance de lo que se vendrá el mes que viene cuando el cruce sea nuevamente por Copa Libertadores.

Como si en el país no pasaran muchas cosas, a las elecciones de octubre le sumamos dos superclásicos. Al igual que lo que pasó en agosto a nivel electoral, hoy podríamos decir que vamos a vivir unas PASO entre Boca y River. Eso sí, aunque este partido no defina tanto como el de la copa, se va a jugar a toda máquina. El Monumental será el primer escenario. Marcelo Gallardo sabe desde el fin de semana pasado que no contará con Pinola, expulsado el domingo contra Talleres. El defensor es el único de los habituales titulares que no estará. Mientras que Gustavo Alfaro tiene un par de problemas más. En la vuelta ante Liga de Quito, Salvio y Abila se unieron a la enfermería xeneize, que ya contaba con la presencia de Zárate. Tres habituales titulares que faltarán y representan bajas significativas por sus aportes en los últimos partidos que disputaron.

De los 21 convocados en River, once estuvieron presentes en Madrid hace nueve meses. Lo llamativo es que solo cinco futbolistas de Boca fueron parte de esa final, además de que tampoco Alfaro fue el técnico. Hay una diferencia importante si hablamos de proyectos. Gallardo construyó una identidad que lleva más de cinco años en el club. Plasmó una idea y la transmite a la perfección. Puede adaptar a cualquiera de sus jugadores a su esquema. Nunca contó con un abanico inmenso de posibilidades y eso no fue un impedimento a la hora de triunfar. Alfaro, en cambio, está en el comienzo de su gestión. Invicto en el torneo local y una sola derrota en la Libertadores, pero con irregularidad en el juego que genera murmullo. Está amoldando un equipo a sus conceptos y en los resultados lo logra.

Todo lo que envuelve este partido es tan emocionante que enloquece al mundo entero.

Seas de River, de Boca, de Atlanta o de Barcelona, si te gusta el fútbol el superclásico te desespera. Es un partido que se disfruta y suele ser un gran espectáculo. Boca está arriba en el historial por 11 partidos, con 134 ganados contra 123 de River (115 empates). Pero es cierto que en la última década el club de Núñez se impuso en más oportunidades, además de quedarse con los mano a mano importantes. La llegada de Gallardo fue un aporte crucial para tratar de revertir la racha negativa. Durante la década del 90 es cuando Boca saca ventaja y también se suma la etapa de Bianchi que aumentó la paternidad. Sin dudas que la llegada del Muñeco calmó las aguas de esa diferencia, porque si bien no consiguió dar vuelta el historial, los duelos más trascendentales fueron para River: la final de Libertadores 2018, la Supercopa 2018 en Mendoza y semifinal de Sudamericana 2014. Estos triunfos significativos del Millonario lograron equilibrar el duelo y restarle importancia al historial.

Para el partido de hoy, River es favorito en las apuestas. La localía y los últimos resultados son causas importantes en esta preferencia. Aun así, Boca viene con una racha más que positiva a la hora de visitar el Monumental: está invicto en los últimos siete partidos que disputó en esa cancha (cuatro victorias y tres empates).

Más allá de lo que suceda hoy, las miradas están puestas en la Libertadores. ¿Es revancha? ¿No es revancha? Eso depende de lo que sienta cada uno de los hinchas. La única verdad es que ambos clubes vuelven a encarar la oportunidad histórica de eliminar a su rival e intentar conquistar América. Nadie puede dudar de la esencia copera de Boca. En las últimas veinte ediciones de la Libertadores, el xeneize llegó a la semifinal en diez. Es el equipo que más veces alcanzó esta instancia desde 2000. Esa mística tuvo su punto más alto cuando Bianchi era quien estaba sentado en el banco. También es el último club argentino en salir campeón del mundo (en 2003 ante Milan). Claramente nadie puede dudar de las condiciones de una institución tan grande como Boca. Un equipo que necesita ganar la Libertadores, que necesita ganarle a River en el plano internacional y del cual el hambre de títulos es una de sus principales características. Del otro lado, viene River silbando bajito. El último campeón, con su final histórica en el bolsillo y la tranquilidad de la chapa ganadora que sacó en estos años. Un equipo que siempre tiene un golpe más por tirar. Gallardo y sus jugadores muestran que la provocación los agranda y que no se les gana de guapo.

Un montón de componentes hacen atractivo el superclásico de esta tarde. A la espera de un nuevo cruce eliminatorio, este partido nos regalará nuevas expectativas y un mar de nervios hasta para los neutrales. Pónganse cómodos, esto recién empieza.