COLUMNISTAS
engaños

Lesbiana musulmana

Mujeres musulmanas 20240207
Imagen ilustrativa - Mujeres musulmanas | Unsplash | Hasan Almasi

“A partir de las posibilidades que abrió internet, los factores de poder dejaron de preocuparse por mantener sus cosas en secreto y se contentaron con echarlas al océano de la información disponible. La realidad esencial está allí: como aguja en un pajar”, escribió Marcelo Figueras en un artículo sobre política y ficción. Efectivamente, no puede negarse que, si no sabemos separar la paja del trigo, es posible que nos mareemos entre fake news, datos inútiles o campañas que, bajo la fachada de la buena causa, afianzan lo que presuntamente combaten. Es que, virtualidad mediante, la mentira se fue sofisticando para ser legitimada como una forma más de lo real.

En 2015, la documentalista canadiense Sophie Deraspe presentó The Amina Profile, sobre un caso que ilustra, en varios aspectos, las posibilidades de engaño que provee la web. A Gay Girl in Damascus parecía un blog creado en 2007 por Amina Abdallah Arraf al Omari, pobre mujer de origen musulmán, oprimida y lesbiana. En realidad, se trataba de un estudiante norteamericano de la Universidad de Edimburgo, Thomas Jarvis MacMaster, quien, dado el éxito de su patraña, pisó el acelerador al punto de fingir, durante la revuelta siria de 2011, que Amina había sido secuestrada. Lo hizo mediante la voz de un supuesto primo y, automáticamente, cosechó la adhesión del activismo LGTB.

Virtualidad mediante, la mentira se fue sofisticando para ser legitimada como una forma más de lo real

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Andy Carvin, periodista menos ingenua que el promedio, inició una investigación que forzó a MacMaster a disculparse. Dijo que Amina le permitía participar más fácilmente en debates sobre Medio Oriente porque, si mostraba su identidad verdadera, lo discriminarían por yanqui. Pero, sobre todo, había estado publicando como Amina en el sitio Lez Get Real, operado por Bill Graber, un hombre gay que fingía ser una lesbiana llamada Paula Brooks, y ambos se divertían flirteando online bajo sus respectivos avatares, tanto entre ellos como con otras personas.

MacMaster es hoy profesor de Historia en el Morehouse College de Atlanta, por lo que se puede concluir que el engaño virtual puede diluirse sin demasiada sanción. “El problema es el volumen abrumador de los datos a nuestro alcance”, apunta también Figueras confirmando que, cuando entramos a internet, el riesgo de ahogarse supera al de todos los mares, incluido el de los Sargazos.