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Limando a Macri

Hace unos días, en http://linkillo.blogspot.com , Daniel Link se preguntaba dónde está la Michetti. No lo sé. ¿Estará en el armario del que precozmente salió Daniel para lucir su pluma inteligente y su plumaje vocacional?

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Hace unos días, en http://linkillo.blogspot.com , Daniel Link se preguntaba dónde está la Michetti. No lo sé. ¿Estará en el armario del que precozmente salió Daniel para lucir su pluma inteligente y su plumaje vocacional? Gabriela no fue a parar al armario de los vicios, sino al de los vices. Recuerdo a Quijano, compañero de fórmula de Perón en 1946. Desde 1950 corría el rumor de que conservaban su cadáver en el frigorífico Swift, esperando la muerte de Evita para anunciar ambas a la vez. A comienzos de 1952 un ejemplar clandestino de La Vanguardia impreso en Montevideo traía el dibujo de un niño recogiendo un pelo de la heladera y preguntándose si pertenecería al Dr. Quijano. En abril de aquel año, noventa días antes de la muerte de Evita, se anunció la de este viejo radical aliado al peronismo. Desde el primer mes del gobierno de Frondizi, se perdió el rastro de su vice, el Dr. Alejandro Gómez, y cuando el semanario Tía Vicenta de Landrú publicó una tapa con su imagen interrogando, “¿Y a mí, por qué me miran?” los aliados petroleros y militares de Frondizi precipitaron su renuncia, allanando el camino para la dictadura cívico militar del senador Guido. A Link lo divertirá enterarse de que Quijano condujo la primera huelga universitaria en 1904 y después fue un rico terrateniente en el Chaco, llevaba el felisbertiano nombre de Hortensio. Y a los que deploran el estilo sushi de conducir la cultura, les interesará saber que el vicepresidente Alejandro Gómez comenzó su carrera como maestro rural y terminó sus días como profesor de derecho de la Universidad de Belgrano, no sin antes ver a su hijo, el escribano Alejandro Gómez, escrachado en la tele por pedir coimas en nombre de De La Rúa, pero ignorando que su nieto, Alejandro Gómez III, experto en festivales, llegaría a ser jefe de Gabinete del Hernán Lombardi, el ministro menos impopular de gobierno del PRO. Mientras la Federal va ganando por puntos su pelea contra la improbable Policía Metropolitana, tres ministros rebotan contra las cuerdas, castigados por la oposición legislativa que reclama su renuncia. El día que Macri anunció la efectivización de casi veinte mil contratados por la Ciudad, el influyente Carlos Pagni dejaba trascender que el PRO tendría apenas cinco mil afiliados: uno por cada centímetro de subterráneo que su gestión alcanzó a tender en el curso de veintidós meses. El martes pasado Macri no vino a la fiesta de Clarín. En cambio vino Telerman, que aprovechó un descanso en los brindis para reprocharme mis referencias en esta columna a su diploma de ex licenciado: “¡Justo vos, que venías siempre a pedirnos que te diésemos el Premio Municipal!”, volvió a mentir esa noche en el MALBA.