Más que un clima destituyente, a veces parece que hay un clima linchante. Me gustaría dar dos ejemplos. Uno es grave: el juicio por Cromañón, donde se confunde una enorme irresponsabilidad empresarial y administrativa de aristas dolosas con una “masacre” o un “genocidio”. Estoy convencido de que desde Aníbal Ibarra para abajo, los funcionarios del gobierno de la Ciudad fueron responsables por la falta de controles y creo que ni Chabán ni Callejeros hicieron lo necesario para impedir el desastre. En ese sentido, celebré la destitución del jefe de Gobierno, cuya conducta en esos días fue indigna. Pero, de todos modos, la Justicia debe probar quién es culpable penalmente y aunque el dolor de los familiares de las víctimas sea irreparable no corresponde confundir la negligencia con el asesinato deliberado y menos calificarlas con palabras que se utilizan habitualmente para hablar de delitos de lesa humanidad.
El otro ejemplo es leve. Virtual si se quiere, porque sucedió en Internet. Un linchamiento virtual. Resulta que los periodistas Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda abrieron un blog, cuya existencia transcurría pacíficamente hasta que fue detectado por Artemio López. Este publicó entonces en su página un llamado a los integrantes del “mundo blogueropopulista” para actuar contra el “gori-blog”. “Todos por ellos, a por ellos” arengó el encuestador que fabrica estadísticas dudosas a pedido del Gobierno.
Así fue como, de un día para el otro, el blog de los periodistas se llenó de mensajes. Aparecieron cientos de comentarios que parecían obedecer, si no a una sola pluma, al menos a una sola mente. Esa gran inteligencia está convencida de que Tenembaum y Zlotogwiazda carecen de honestidad intelectual, que traicionaron no se sabe bien qué mandatos progresistas y los acusa de servir a la Sociedad Rural y venderse al grupo Clarín. En el medio del malón, alguien que firma “Artemio López” sentencia: “Están rodeados. Sojeros go home”, como gracioso remate de un típico caso de vandalismo ciberespacial. Hay demasiada gente que cree que el último grito de la moda para los intelectuales consiste en comportarse como una manada y enorgullecerse de ello.
*Escritor.