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duhalde vuela en first class

Lomas-Harvard, ¿con escala en la calle Piedras?

Anteayer al mediodía, en una típica casa de Boston ubicada un kilómetro más allá de la Universidad de Harvard, Eduardo Duhalde quiso convencerse de que esta vez los astros podrían ordenarse electoralmente a su favor.

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Anteayer al mediodía, en una típica casa de Boston ubicada un kilómetro más allá de la Universidad de Harvard, Eduardo Duhalde quiso convencerse de que esta vez los astros podrían ordenarse electoralmente a su favor.

Desde la cabecera de la mesa, el anfitrión y su esposa contaban en un ameno portuñol cómo se las arreglan para repartir sus vidas entre la actividad académica en Estados Unidos y la atrapante carrera política de él en el gabinete de Luiz Inacio Da Silva, en Brasil, y Duhalde campaneaba los gestos de los quince comensales vanagloriándose íntimamente de su poder de convocatoria. Entre confituras de pescado y ensaladas, hubo espacio para sacarles un poco el cuero a Néstor y Cristina Kirchner hasta que, con delicada diplomacia, Roberto Mangabeira Unger, el anfitrión, el hombre que le enseñó Derecho a Obama y hoy se desempeña como ministro de Asuntos Estratégicos de Lula, invitó a todos a no personalizar el interesante debate de ideas que habían comenzado a las 9 de la mañana y seguiría después del almuerzo hasta las 6 de la tarde, en la serenidad de los claustros ubicados diez cuadras más acá.

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Ya lanzado a competir con Kirchner en unas internas del PJ que aún nadie sabe cuándo ni cómo serán, el caudillo de Lomas de Zamora llegó al Encuentro de Líderes Políticos coordinado por Mangabeira, acompañado por sus fieles Eduardo Amadeo y Antonio Arcuri, y se mostró entre cómodo y orgulloso departiendo tanto con los gobernadores peronistas cada día más antikirchneristas Mario Das Neves (Chubut) y Juan Manuel Urtubey (Salta), como con la macrista porteña Gabriela Michetti, el radical mendocino Ernesto Sanz y el economista Alfonso Prat-Gay, el preferido de Lilita Carrió. Lo más inquietante del extraño y ecuménico cónclave fue el primer punto de los once puntos debatidos: todos se comprometieron a difundir sólo los títulos de la agenda tratada, que tendrá continuidad en fecha y lugar a confirmar. Por lo visto, a todos los presentes les encantó que los Kirchner intuyeran en tan heterodoxo evento una preocupante vuelta de tuerca a la permanente conspiración opositora. Sería interesante saber qué opinaría Lula al respecto.

Por los títulos del temario difundido extraoficialmente, cualquier oficialista podría haber estado ahí sin temor a que lo tilden de “traidor”. Sin embargo, al no haber asistido pingüino puro alguno, las menciones a la necesaria “alternativa latinoamericana”, la promoción de “consensos que no sean débiles ni minimalistas” y la crítica a “los problemas más importantes del presidencialismo” podrían adscribirse sin problemas al plan propuesto por Duhalde y el radical Rodolfo Terragno con vistas al Bicentenario, que promueve un poskirchnerismo sin los Kirchner, más parlamentarista y atado a consensos multipartidarios en base a acuerdos mínimos para el establecimiento de políticas de Estado.

Duhalde se quedó en Boston. Mañana iniciará tres días de reuniones con ilustres profesores, destacados alumnos y expertos en América latina de Harvard. Cuesta entender la lógica del periplo fuera de la instalación de su candidatura presidencial a nivel internacional. Dicen que una de las principales autocríticas del ex presidente transitorio radica en no haber logrado superar la idea de que su vuelo es de cabotaje. Lo que quedó clarísimo fue su fracaso en el supuesto intento de generar un candidato peronista potable más allá de su propia figura, que en las encuestas suele ser considerada como parte del pasado.

En breve, los Kirchner, que ya han empujado a sus principales espadas al combate contra la candidatura de Duhalde, sumarán un argumento más, muy de época: dirán que es “el candidato de Clarín”. Resulta que el bonaerense y Héctor Magnetto, CEO del Grupo, se llevan bárbaro y últimamente se comunican más seguido que nunca. ¿Los estarán espiando?