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blanqueo aluvional de dolares

Los últimos brotes

Visto desde la comunicación, y con el diario del sábado en la mesa, el Gobierno se perdió una oportunidad al empezar por la cola el proceso del blanqueo de capitales.

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Visto desde la comunicación, y con el diario del sábado en la mesa, el Gobierno se perdió una oportunidad al empezar por la cola el proceso del blanqueo de capitales. Nadie suponía que, finalmente, el blanqueo se acercaría a lo que, los actores del sistema, bancos, contadores, la AFIP y los escribanos vieron las últimas semanas. Ese boom de apertura de cuentas y operaciones para entrar a la segunda etapa de la exteriorización.

De haber sabido con anterioridad que llegaría a los volúmenes ahora evidentes, y de haber previsto los obstáculos en las últimas semanas en el Congreso y en las negociaciones sindicales, hubieran preferido, tal vez, arrancar el proceso de exteriorización por las propiedades radicadas fuera del país, que concentran las mayores sumas de dinero. Será el centro del blanqueo, la exteriorización "en serio", la que provendrá de la declaración de propiedades en el exterior, lo cual acontecerá de diciembre a marzo próximos. ¿Coincidirá esa buena noticia con el reinicio de las paritarias y el impacto de las facturas de verano con las nuevas tarifas de electricidad?
Para ser un año electoral, no sería lo mejor. Pero ese mucho, será algo.
Pero todo eso es posible ser dicho, con el diario del sábado en la mano, con estimaciones de que la etapa más pobre mostrará unos US$ 5 mil millones exteriorizados hasta el momento, será la buena noticia de la semana.

Iniciativa. Los bancos recuperaron terreno en la manifestación de voluntad de acompañar el proceso, algunos más, otros menos, pero todos fueron arrastrados por el aluvión de contribuyentes que comprendieron la inutilidad de quedarse fuera del blanqueo.
Cuando comenzaron a fluir los dólares, la banca rehizo cálculos preliminares, no sólo de la etapa que se cumple ahora. Los nuevos pronósticos rondan entre los 50 mil, de piso, y los 100 mil millones de dólares a exteriorizar.
Hasta hace un par de meses, el más osado y optimista del sistema financiero era el CEO del HSBC, Gabriel Martino, que cifraba en el piso de ahora el techo previsto para las declaraciones.
El pressing de la AFIP y de las principales autoridades de los EE.UU. fueron suficiente para amedrentar a muchos que se entretuvieron un tiempo hablando de los "altos" costos previstos.

Para el Gobierno será un éxito político, que espera mostrarlo también fuera del país, como un síntoma de confianza en el país. Es también un razonamiento inverso. Sería imposible convencer a un inversor internacional que arriesgue sus fondos en el país si es que los propios contribuyentes no sostienen el esquema fiscal del nuevo Gobierno. En términos reales, será la mayor ganancia simbólica.
Hay otros dos procesos que se de-sencadenarán en la medida en que avance la  exteriorización y los pagos de las multas. Por un lado, el financiamiento del pago de juicios previsionales y la nueva actualización de los haberes jubilatorios. Cuando se elaboró el esquema, la situación fiscal se suponía más holgada, pero la dificultad para recortar subsidios mete más presión a la recaudación de la exteriorización.

En términos estructurales, el blanqueo, ya se ha dicho, traerá más divisas a la economía, tirando abajo la cotización del dólar. El sueño de una recuperación del tipo de cambio no será siquiera un sueño: el modelo económico se basará en un dólar bajo, con lo cual el ajuste productivo, necesariamente, pasará por otro lado. La ganancia competitividad externa, la "gimnasia" que le pide el Gobierno a los empresarios para ponerse a competir.

La agenda del nuevo modelo productivo, no obstante, cosecha trabas en la medida en que se acercan las dificultades del oficialismo en el Congreso, empezando por la ley de Asociación Público Privada que rebotó en Diputados hacia las comisiones, la solución a mano cuando se pretende alejar la solución de un problema.
Crece también la agenda "China", impuesta sin pausa por el conglomerado del acero liderado por Techint. ¿Podrá resistir el Gobierno a esa agenda cuando empieza a pregnar hacia los sindicatos industrialistas, que tomaron como bandera el rechazo al reconocimiento de ese país como economía de mercado? ¿Abonará el camino de costos políticos que viene tomando para sostener su liderazgo político?

En las batallas por los presupuestos de la Nación y de la provincia de Buenos Aires se reflejarán esas tensiones.
Hay en la Legislatura bonaerense una segunda demanda, no explicitada, que tiene que ver con las negociaciones de puestos en la Suprema Corte bonaerense, en la Procuración Fiscal de la Provincia y en otros organismos de control que podrían ser puestas en la mesa de negociación por la oposición de Cambiemos. Serían esas piezas que estarían pidiéndole al débil oficialismo para levantar manos a proyectos clave. Habrá que ver si Cambiemos se presta.