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Los usos del lawfare

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La nueva composición del Consejo de la Magistratura abrió una grieta entre Horacio Rosatti y Cristina Kircher. | Pablo Temes

Los australianos John Carlson y Neville Yeomans publicaron en 1975 Hacia dónde va la ley: humanidad o barbarie. Es un ensayo breve pero conciso: los profesores de la Universidad de Melbourne comparaban al sistema legal occidental con el asiático para demostrar que en Estados Unidos y Europa muchos juzgados parecían “trincheras de guerra”, en relación al espíritu humanista que prevalecía en el sudeste asiático.

“La búsqueda de la verdad fue reemplazada por el refinamiento del combate. El lawfare reemplaza ir a la guerra y el duelo es con palabras en lugar de espadas”, sintetizaron Carlson y Yeomans. Había nacido el “lawfare”.

Como todo concepto político que se aplica en un determinado contexto jurídico, ya lo había advertido el sociólogo francés Pierre Bordieu, la idea de “guerra judicial” fue modificando su impronta original con el paso del tiempo.

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El "lawfare" nació en un paper de 1975 que comparaba el sistema legal occidental con el asiático para demostrar que en EE.UU. y Europa los juzgados parecían “trincheras de guerra”, en relación al espíritu humanista del sudeste asiático.

El concepto fue utilizado para condenar intervenciones militares estadounidenses y el imperialismo colonial europeo, pero también apreció en el conflicto árabe-israelí o, como acaba de recordar el académico Fernando Ruiz en La Nación, hasta fue apropiado por Donald Trump, cuando en 2017 tuitió en mayúsculas “LAWFARE”, contra un juez que frenó la construcción del muro antiinmigración.

“El desafío es desarmar el lawfare”, dijo, por caso, Martín Soria esta semana luego de ser designado ministro de Justicia. A diferencia de Marcela Losardo, quien batalló por la reforma judicial pero optó por no concentrarse en la “guerra jurídica”, Soria prefiere usar un concepto que se expandió en la región en defensa de Lula da Silva (Brasil), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador) para denunciar persecución judicial contra políticos progresistas.

El término fue explicado recientemente en elDiarioAr por Rafael Bielsa, que junto a Pedro Peretti, escribió en 2019 Lawfare: guerra judicial y mediática: “Pensemos en un polígono. En uno de sus vértices, se ubica un líder seguido por mayorías excluidas; en el otro, intereses minoritarios, sectoriales y concentrados; en el tercero, medios de comunicación masiva, que pueden conformar el sector comercial; en el cuarto, jueces y fiscales tendientes a la reverencia frente al poder fáctico; en el otro, inteligencia estatal que proporciona (a los medios de comunicación o a los jueces y fiscales, o a ambos), información obtenida por métodos ilícitos.”

Esa línea argumentativa fue profundizada en Bienvenidxs al lawfare, de Eugenio Raúl Zaffaroni, Cristina Caamaño y Valeria Vegh Weis. En el prólogo del texto recientemente publicado, el propio Lula aclara: “El tribunal ha pasado a ser el ámbito en el que los derrotados en las urnas buscan imponer sus intereses propios por sobre la soberanía popular. Su objetivo es criminalizar y destruir la política.”

El concepto de "guerra jurídica" fue utilizado para condenar intervenciones militares estadounidenses y el imperialismo colonial europeo, pero también aprece en el conflicto árabe-israelí y hasta Trump dijo que fue víctima del "lawfare".

Pero el análisis de la “guerra jurídica” podría confundir a algún desprevenido. ¿Cómo se explica que Lula fue enjuiciado por el Lava Jato y terminó en prisión bajo el mandato de Dilma Rousseff, mientras la Justicia anuló sus condenas durante el gobierno de Jair Bolsonaro? Curioso lawfare indeciso.

Y qué decir de lo que sucede en Bolivia tras la detención de Jeanine Áñez: es cierto que Áñez lideró una dictadura, así se denominan los gobiernos que violan la Constitución y no son electos, pero está en prisión sin condena ni proceso judicial. ¿Estamos en presencia del primer caso de lawfare invertido?

Wouter Werner es un profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Ámsterdam que, preocupado por las distintas acepciones atribuidos a la “guerra jurídica”, publicó en 2010 El particular camino del lawfare. “Este ensayo examina la curiosa carrera del lawfare: cómo surgió en el humanitarismo, reapareció más de dos décadas después en reflexiones sobre la guerra sin restricciones, cómo viajó desde el ejército estadounidense a los estudios legales críticos y cómo terminó en manos de quienes lo usan para desacreditar oponentes”.

Werner concluye que, con tantas desviaciones, el término para referirse a la "guerra jurídica" ha perdido identidad.Sin embargo, todavía persisten los usos (y abusos) del lawfare. Siempre son convocados desde sectores políticos y aparecen cuando el campo judicial apremia.


*Doctor en Ciencias Sociales. Director de Perfil Educación.