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Espionaje porteo

Macri, el perfecto incapaz

Todo parece indicar que la estrategia comunicacional del compañero Durán Barba ha cambiado drásticamente en estos agitados días para el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

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Todo parece indicar que la estrategia comunicacional del compañero Durán Barba ha cambiado drásticamente en estos agitados días para el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Respecto a la figura de Mauricio Macri en particular, y al PRO en general, el asesor, frente a los episodios crecientemente escandalosos de las pinchaduras de teléfonos, ensaya la gambeta elemental de desplazarlos desde donde efectivamente están ubicados –en tanto grupo de gobierno dedicado al espionaje masivo de opositores y dirigentes representativos de la sociedad civil– hacia el ciertamente incómodo pero menos comprometido lugar de una cuasi estudiantina incompetente, que ni siquiera se enteraba de que tenía la poli adentro de la estructura ministerial, ¡y que incluso los vigilaba a ellos mismos!
Nada más naïf, por ejemplo, que verlo a Horacio Rodríguez Larreta en alguno de sus agotadores raids televisivos poner cara de indignada admiración frente al “espionaje” al que estaba sometido él mismo por los polis integrantes de su propio gobierno… Viendo sus gestos sobreactuados al hartazgo, imaginamos escenas fellinescas cuando por caso, el propio Jefe de gabinete porteño esta vez como espía, encontrando en las escuchas tal vez motivos para auto incriminarse, y a punto de iniciar su propia extorsión, vuelve agitado a asumir su rol de Jefe de gabinete, anula las escuchas sobre sí mismo y se perdona la vida.
Ahiiiiiiiiiiijuna, no me saldré con la mía, bramaría Rodríguez Larreta jubiloso y con aire leslutheriano frente a la sonrisa cómplice de los telefonistas. ¡De la que te salvaste Horacito! parece decirle a media voz el espía Ciro James.
Porque los espías de Mauricio no se apellidan Montoya, Peralta o López, son “James” e ingresan al Gobierno de la Ciudad siguiendo “un casting de abogados”, según aclaró el ministro Montenegro a Chiche Gelblung en radio Mitre. ¡Pero qué cool lo de estos muchachos!
Es contradictoria sin embargo esta pícara estrategia de marketing político con la construcción inicial de la figura del entrepreneur porteño, que recordemos, hizo de su capacidad de gestión, planeación y conformación de equipos súper profesionales los atributos centrales de su inmensa figura de estadista, capaz de trocar la política sucia por la mera técnica y sus saberes, negados al dirigente común.
Sin embargo, percibimos que este intento duranbarbiano de cierta boludización de la imagen del jefe de Gobierno para hacerlo zafar del fisgoneo sistemático al que su gobierno sometía a los porteños afectará severamente los atributos presidenciales futuros de Mauricio Macri, al presentarlo en sociedad ahora ya no como el campeón de la eficiencia, sino como un perfecto incapaz, impedido de reaccionar decidida y eficazmente en situaciones complejas.
Un Macri desangelado de su costado eficientista nos espera en estos meses venideros.
Un ingeniero que no controla siquiera lo que ocurre en sus ministerios, sin los kilómetros de subtes prometidos, con la UCEP convertida en un bochorno represivo, la Policía Metropolitana una quimera de 800 efectivos anuales contra los 15 mil requeridos para dar seguridad a la Ciudad y hasta con la mitad de las veredas reparadas abandonadas a soportar una oscura capa de cemento apenas peinado a modo de las ausentes baldosas.
En fin, tristemente los porteños estamos descubriendo a un “Mauricio” que, de cara a la opinión pública, abona día tras día la certera hipótesis que el compañero Abel Fernández expresó magistralmente esta semana en su blog: http://abelfer.wordpress.com/2009/11/18/macri-y-los-espias/.
“Creo entonces que lo más concreto que nos dice este episodio –afirma Abel Fernández–, al igual que el conjunto de la gestión Macri en la CABA, es que, a sus limitaciones como político: falta de carisma y de oratoria; sobre todo, falta de interés en la política en sí se agregan unas más graves como gobernante: no saber elegir a sus colaboradores y no saber dirigirlos, respaldarlos ni cortarles la cabeza. Lo que Natura o la experiencia non dan Durán Barba non presta”.

*Director de Consultora Equis.

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