El jueves 29 de noviembre de 2001, el secretario de Finanzas Daniel Marx –renunciante sin suerte durante dos meses– llamó media docena de veces al teléfono del ministro de Economía, Domingo Cavallo. Las versiones de una medida que sólo conocían éste y el presidente Fernando de la Rúa venían creciendo como una marea ominosa. El viernes 30, diseñado ya el decreto, se iniciaba el suicida camino del corralito, en un secreto que sólo conocían el jefe del Ejecutivo y su superministro. A las cinco de la tarde, los funcionarios del área económica recibían llamados de convocatoria a una reunión para las 20. Cuando Cavallo tuvo a todos en torno a la mesa, se explayó largamente y sin ser interrumpido para informar lo resuelto por él y De la Rúa. Todos callaron (la actual secretaria de Industria, Débora Giorgi, entre ellos) menos uno: “Esto es una locura –saltó Marx–. Sería mejor que los bancos extranjeros les paguen a todos sus depositantes que quieran retirar dinero. Algunos de ellos, inclusive, no son sociedades locales, sino sucursales del exterior”. El ministro lo fulminó con sus penetrantes ojos azules y justificó: “Hay que frenar la fuga de depósitos”. Marx insistió: “Este decreto atenta contra los derechos de las personas. Además, va a interrumpir la cadena de pagos, lo que provocará más recesión”. Fue inútil la resistencia, ejercida en cuasi soledad (sólo el secretario de Defensa de la Competencia, Carlos Winograd, lo acompañó en el reclamo). Dos semanas después, finalmente, el Presidente aceptó la insistente renuncia de Marx.
La historia, que parece anacrónica en estos tiempos de blanqueo de capitales irrestricto, de dólar paralelo no reconocido por el Gobierno, de inflación indefinida, tiene razón de estar en esta columna porque PERFIL, en su sección Espía del domingo 5 (edición 778, página 2 del suplemento Domingo), incurrió en un error histórico que es necesario puntualizar. El breve texto referido a la coronación de Guillermo y Máxima de Holanda, seguida por variopinta concurrencia en una reunión social en el hipódromo de Palermo, mencionaba a algunos concurrentes famosos. Entre ellos, Daniel Marx, a quien se definía como “uno de los mentores del corralito, a quien, no obstante, muchos invitados pedían una opinión sobre la situación económica”. La reconstrucción de aquellos días de noviembre y diciembre de 2001 que hiciera Lucio Di Matteo en su libro El corralito (Editorial Sudamericana, agosto de 2011), sumada a otras fuentes coincidentes, permite aclarar que lo publicado por este diario fue un error, que el editor de la sección reconoce ofreciendo al involucrado las disculpas del caso.
Otras cuestiones. Hay más para revisar en las ediciones 777 y 778.
Llamó la atención la entrevista realizada al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, el domingo 5, y no porque las preguntas hayan sido complacientes, sino porque el reporteado no parecía tener mucho que decir. Me aclararon que el viaje fue una invitación del gobierno salteño para el lanzamiento de su plan Salta 2030, un programa de “desarrollo estratégico”. Debo insistir en mi crítica a los viajes por invitación, salvo que el resultado final amerite tal calidad periodística que elimine toda presunción de contraprestaciones.
El sábado 4, un texto de Raúl G. Aragón –director de la consultora homónima de opinión pública–ocupa dos columnas de la página 4 para explicar cómo fracasó la encuesta telefónica que su empresa intentó realizar en Santa Cruz. Dice que el 90% de los consultados se negó a responder, una curiosidad que bien pudo ser sintetizada en un breve recuadro. “La encuesta que no fue” se transformó, así, en una pérdida de tiempo para los lectores, que pretenden de este diario más información, más opinión cuando cabe y menos autorreferencia.
El mismo día, en la página 23, una producción de Super Campo (revista dedicada al sector agropecuario de la Editorial Perfil) está íntegramente dedicada a destacar las bondades de una nueva soja de la empresa Monsanto que será lanzada en agosto próximo. Es, evidentemente, una publinota que menciona sólo al citado laboratorio, al producto por salir a la venta y a las dos únicas semilleras que tendrán su exclusividad en la Argentina. La novedad siempre es noticiable, pero es preciso aclarar si se trata de un texto periodístico o tiene correlato publicitario.