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Acuerdo con el FMI

Más deuda: una buena noticia

Más deuda nos permitirá renovar nuestras deudas actuales. Si hoy hay déficit, no pagamos ni las deudas ni los intereses.

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El problema no es el Fondo, el problema es en qué se gasta el dinero. | Cedoc

Es evidente la preocupación de los mercados por saber si el FMI prestará un poco más de dinero a Argentina.  Hay una contradicción flagrante: si se prestara mucho más dinero aumentaría la deuda, y sin embargo eso sería buena noticia.  ¿Por qué más deuda es buena noticia? Porque no es más deuda sino que permitiría renovar  nuestras deudas actuales. En otros términos, pagaremos intereses menores, y el capital queda renovado sin necesidad de afrontar esos pagos con recaudación impositiva.  Dicho en otros términos, tenemos más tiempo para juntar los fondos para pagar nuestras deudas.  

Un mayor plazo es muy relevante ya que si hoy hay déficit quiere decir que no sólo no pagamos ni las deudas ni los intereses, sino que necesitamos aún más financiación “fresca”.  El inmenso aporte del FMI significa que los intereses bajan y que tendremos más tiempo para recuperar la economía.  Eso es verdad si  los fondos del FMI se utilizan para pagar a los acreedores existentes.  Como el dinero es “fungible”, si ese dinero se utiliza con otros fines, pues tendremos la deuda nueva y la vieja. Usted, amable lector, ya sabe lo que ocurrirá en ese caso.
Respecto al gasto y en términos muy simples: Argentina tiene ingresos de 100 y gastó 105, por lo tanto  pidió 5 prestados. Para devolverlos, al año siguiente deberá gastar sólo 95 ya que tendrá que devolver los 5 que le prestaron.  Un ajuste mayúsculo desde un gasto de 105 a uno de sólo 95, algo más de 10%.  Si consideramos que gran parte del gasto no se puede reducir, como por ejemplo en  Seguridad Social, entonces el ajuste recae sobre las restantes  partidas presupuestarias, que deberán ajustarse mucho más de 10%.  

Todos los sectores claman por ajuste siempre y cuando sea en otro sector, nunca el propio.  Y además piden ayuda de algún tipo.  El presupuesto pretende poner un poco de orden en esas demandas. La notable inflación que padecemos contribuye a oscurecer quienes reciben menos fondos, ya que aunque en el presupuesto los fondos crecen más o menos en forma similar para cada sector, el momento en que se reciben incide mucho: no es lo mismo tener disponibles las partidas al principio que al final del año. 

Es insensato oponerse a la financiación del Fondo, entre otras razones porque sin esos fondos sencillamente no tendremos cómo pagar nuestros gastos.  Aún así, el dilema de hierro que enfrenta el gobierno y del cual abusa la oposición es que el ajuste requerido es muy grande.   El dilema es reducir gastos ahora, para lograr rápido el equilibrio y evitar que la deuda siga creciendo o ceder antes múltiples necesidades sociales y tener una deuda cada vez mayor.  

Digamoslo de frente: el problema no es el Fondo, el problema es en qué se gasta.   La discusión del presupuesto nacional que ya  se presentó debería ser mucho más importante que cuánto y cómo nos presta el Fondo.  De los presupuestos de las provincias aún no hay ni noticias. Hasta que no escuchemos a nuestros dirigentes discutir cada partida del Presupuesto, y por lo tanto donde van nuestros recursos, no tendremos luz al final del túnel. 

*Economista. Universidad CEMA.