El Satiricón. Un par de vagos recorren la Roma de los tiempos de Nerón, comen a lo bestia, fornican, se celan, huyen. El libro, festivo, recibe la luz melancólica de la muerte del autor.
Las mil noches y una noches. Narra, oh eterna Sherezade, los cuentos de tu mundo para suspender la atención de tu visir Shahryar y evitar que te mate y luego continúe con las de tu género.
Don Quijote. Un hombre se vuelve loco a fuerza de leer libros viejos y quiere cambiar un mundo que ya no existe aplicando esos valores del pasado. España enloquece y cambia a su paso, porque él se ha vuelto un libro en cuerpo humano.
Madame Bovary. Una mujer de pocas luces enloquece, se arruina y se suicida a causa de creer en los diálogos edulcorados de las novelas románticas.
Bouvard y Pécuchet. Dos idiotas leen el saber de su tiempo para no entenderlo. El saber es efecto de la época, pero el tiempo aplicado a la lectura de esos saberes sucesivos discurre en la eternidad.
Las relaciones peligrosas. Novela escrita por un militar especialista en el asedio de fortalezas, cuenta la conquista amorosa como batalla por capturar el corazón y el cuerpo del sexo opuesto como política de dominación territorial.
Rojo y negro. Un joven profesor quiere seguir el modelo de Napoleón y conquistar París. Destroza el corazón de dos mujeres y muere como un héroe para ellas.
Sinuhé el egipcio. Una voz melancólica atraviesa el Antiguo Egipto. Disputas religiosas entre el politeísmo y el monoteísmo. Potlach de la literatura universal.
La carta al padre. El dolor del hijo como parte de un sistema retórico de reproches y disputas que convierte al otro en el fantasma aplicado a defenderse en las palestras fantasmales de un sistema judicial. Literatura judía.
La literatura es la serie que cuenta variaciones en los hechos del héroe, el tonto, el melancólico, el avieso, el ambicioso, el loco, el dolido, el traidor.
