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Mutuos culpables

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Simulaciones, del riesgo país actual y escenarios electorales con diferentes chances de triunfo de Cristina. | .

Son las dos caras de la misma moneda argentina: Macri nunca hubiera podido ser presidente (y mucho menos aspirar a ser reelecto con su fracaso económico) sin el profundo rechazo que genera Cristina Kirchner. Y Cristina Kirchner nunca podría haber aspirado a volver a ser electa presidenta después de las decenas de causas por corrupción si no fuera por el profundo rechazo que genera Macri.

Tal es el tobogán de suma cero que tiene prisionera a la sociedad que Cristina Kirchner creció un dígito en intención de voto en los últimos meses porque ella es la forma más fácil que una parte de la sociedad encuentra para abofetear  a Macri sin descubrir que al Presidente le dolería más esa bofetada si se eligiera otro mensajero que Cristina Kirchner.

Así como el Gobierno no acierta con la inflación, tampoco elige la más útil estrategia electoral

El mejor ejemplo del fracaso mutuo es que tanto desde el kirchnerismo como desde Cambiemos se sostiene que si Cristina Kirchner fuera electa sería otra Cristina diferente,  más moderada, y desde el Gobierno, que si Macri fuera reelecto ahí sí podría ser distinto y realizar las reformas económicas que no pudo implementar por la oposición. O sea desde el kirchnerismo se propone una Cristina que no será la “verdadera” Cristina y desde Cambiemos, un Macri que será el “verdadero” Macri, pero en ambos casos, otros.

Cristina Kirchner ya había prometido en 2007 ser otra que su marido y venir a promover un republicanismo institucional al estilo de Alemania. Y Macri en 2015, ser el guía de la Argentina al capitalismo moderno y la globalización. Ambos incumplieron.

Desde Cambiemos se usa la metáfora del policía científico que va a desactivar un explosivo y le explota en la cara dañando todo alrededor. En esa fábula macrista el policía científico no es responsable y toda la culpa es de quien puso la bomba. Pero al comparar al  Presidente con el policía científico, la bomba con la economía estallada y a quien plantó la bomba con el kirchnerismo, se olvida que Macri en campaña se propuso como el mejor desactivador, con un método donde la bomba (la inflación) sería muy fácil resolverla e inmediatamente llovería progreso sobre el sector amenazado. Es mala praxis postularse sobreestimado en capacidades y sobreprometido al proponerse.

Desde Cristina Kirchner se apela a que cualquier economía será mejor que la de Macri pero con solo ver que el cálculo del riesgo país actual puede ser construido promediando el porcentaje de posibilidades de triunfo de Macri (riesgo país más bajo) y de Cristina Kirchner (riesgo país más alto), no se explica cómo podría mejorar la aún mala economía de Macri si solo porque ella apareciera en las encuestas ganándole a Macri alcanzaría para que el dólar se disparara, la inflación subiera aún más, los bonos argentinos cayeran y el riesgo país subiera. Cómo sería la Argentina entre octubre y diciembre si ella ganara: ¿Macri debería adelantar la entrega del poder como Alfonsín cuando al ganar Menem propuso una tasa de cambio totalmente diferente generando corridas anticipatorias? ¿Debería decretarse feriado cambiario entre el 27 de octubre y el 10 de diciembre? Incluso si hubiera segunda vuelta y sus posibilidades de ganar fueran altas  sucedería la misma estampida defensiva.

Si la sola transición es inimaginable, ¿cómo podría ser el gobierno con la deuda actual, sin posibilidades de un segundo default, sin precios de materias primas por el cielo y con la gran mayoría de  Sudamérica con gobiernos de derecha?

En el informe mensual del Estudio Bein, su directora, la economista Marina Dal Poggetto, explicó cómo desde el riesgo país se pueden deconstruir las posibilidades que le asigna el mercado al triunfo de Macri o de Cristina Kirchner. Partiendo de que el riesgo país de Macri reelecto sería de 400 (50 puntos arriba del de fines de 2017) y el de Cristina Kirchner electa es de 1.400 (100 puntos respecto del máximo alcanzado durante su segunda presidencia), un riesgo país de 900 puntos asumiría 50% de posibilidades de triunfo tanto de Macri como de Cristina Kirchner y el cálculo que hizo para la fecha del informe, el 12 de febrero, antes de que se volviera a disparar el dólar, era 73% para el triunfo de Macri y 27% para el triunfo de Cristina Kirchner. La infografía de esta columna es meramente teórica como si las posibilidades de triunfo de Cristina Kirchner crecieran proporcionalmente mes a mes hasta llegar a octubre a ganar las elecciones y, siguiendo esa lógica, cómo sería el riesgo país correspondiente hasta llegar a duplicar el actual. Que también se duplicara el precio del dólar resulta una hipótesis no descartable.

Así como Cristina Kirchner se benefició al final de su mandato porque los mercados comenzaron a descontar el triunfo de Macri reduciendo el riesgo país en el segundo semestre de 2015, ahora Macri sufre lo opuesto, bebiendo el mismo veneno que prescribió para toda la sociedad. Ser beneficiario electoral de que para muchos votantes Cristina Kirchner sea peor que él, tiene el precio de empeorarle la economía en los meses previos a la elección.
Una estrategia electoral controvertida del Gobierno porque lo que ganaría por un lado (siempre en potencial) lo perdería seguro por otro. Otra demostración de las dudas sobre la capacidad de gestionar de Macri ya no solo la economía sino también la campaña.

Apostaron todo a la polarización, pero que surja una tercera vía podría ser su salvavidas impensado

Una candidatura competitiva del tercer espacio por fuera de la polarización entre Macri y Cristina, tan temida por Cambiemos por miedo a que canibalice más votos de Macri que de Cristina, podría ser una salvación para la economía de este año y un impensado salvavidas para el Gobierno. Si Lavagna estuviera en el medio de ambos el riesgo país sería 650 en un ballottage  (400+900 = 1.300 dividido 2 = 650).

Macri le dijo a Clarín en Vietnam antes de regresar de su gira por Asia que nunca acertó cuando pronosticó qué haría Cristina Kirchner. Tampoco acertó  cuando pronosticó qué iba a pasar con lo que él mismo hacía con la inflación. Una candidatura de Lavagna que lograra más de 20% en las encuestas, como fue la de Massa en 2015, aún siendo tercero sería un elemento estabilizador. Permitiría a los enojados con Macri que se volcaron a Cristina tener otra forma de expresar su disgusto, sin complicar aún más la economía preelectoral.