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ECONOMISTA DE LA SEMANA

No hay que hacerse los rulos

Las propuestas de los candidatos asumen grados de libertad que no se condicen ni con el FMI ni con la macro.

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Según el foro hispanismo.Org, la frase: “No te hagas los rulos, nene/a” debe interpretarse como: “No te hagas ilusiones, no te adelantes”. “Hace referencia a las damas que se emperifollaban y se hacían los rulos (coquetería de la época) seguras y convencidas de que serían invitadas al ágape, reunión, baile”, agrega dicho foro. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, durante su mensaje a la Asamblea Legislativa en marzo de 2011, recurrió al antiguo dicho para referirse a un potencial segundo mandato. En ese momento, los asistentes al evento estaban en lo correcto al “hacerse los rulos” ya que la entonces presidenta fue reelegida por amplia mayoría.

Pensando en el estado de la macroeconomía argentina, en Analytica creemos que No es hora de hacerse los rulos. Falta mucho camino por recorrer y, aunque los fundamentales lucen un poco más ordenados, la sostenibilidad del sendero todavía todo está por verse.

Vale la pena preguntarse, entonces, qué determina que una economía pequeña y abierta sea sostenible. En tal sentido, podemos puntualizar:

◆ Un vector de precios relativos razonable, el cual determine la correcta asignación de los recursos; especialmente, en sectores estratégicos como el energético.

◆ Un sendero de deuda que garantice el cumplimiento de los contratos.

◆ Suficiente oferta de divisas como para permitir el normal funcionamiento de la economía.

◆ Una trayectoria estable para las variables nominales.

◆ Un nivel de empleo y salarios que permita indicadores sociales sostenibles a través del tiempo.

La administración Cambiemos está encaminada en el primero de estos estamentos. El resto está por definirse. Creemos que no es posible atacar todos estos frentes simultáneamente, hay que definir prioridades. Teniendo en cuenta el calendario de vencimientos y el tamaño del mercado de capitales domésticos, todos los cañones deben estar apuntados a garantizar un sendero de deuda creíble sin que el resto de los resortes de la macro genere sobresaltos. Como subproducto, en el buen escenario, esperamos una economía estable, pero con un magro ritmo de crecimiento. Proponemos a su vez un conjunto de medidas “graduales” que apuntan a aumentar el ahorro interno y bajar las necesidades de emisión de deuda externa en un contexto de inflación persistente y desempleo levemente creciente.

No se hagan los rulos, chicos, la gestión Cambiemos solo estuvo calentando en materia de ordenamiento de la macro argentina. Eso explicaría el casi mutismo presidencial en materia económica. (“No les puedo prometer nada ya que no me lo van a creer”). La presencia del FMI y la estructura macro argentina nos hacen pensar que ese silencio dice mucho.

En adelante. Proponemos entonces una serie de medidas tendientes a aumentar el ahorro interno o, lo que es lo mismo, reducir la necesidad de buscar fondos en el exterior. Teniendo en cuenta que i) está ordenado y ocuparse de iii) a v) puede llevar más de un mandato presidencial, proponemos ordenar ii). Esto es, reducir la necesidad de emitir deuda externa con el siguiente paquete de medidas:

◆  Un canje voluntario sin quita de valor presente que permita reducir en medio punto del PBI por año los servicios de la deuda.

◆  Aumentar los aportes de los trabajadores formales, que se encuentran en la “crema de la distribución”. Esto permitiría formar un fondo de capitalización que les permita mejorar las jubilaciones futuras, incrementando el ahorro interno y la capacidad de financiamiento doméstico del fisco.

◆  Un ajuste en la tasa de sustitución de la prestación básica universal junto con un aumento de la edad jubilatoria. Esto aumentaría el ahorro de la Anses y, por ende, mejoraría las cuentas públicas.

◆  Utilizar al menos medio punto de financiamiento monetario del déficit (transferencias y adelantos transitorios desde el BCRA hacia el Tesoro).

* Ajuste adicional del gasto primario, por no más de medio punto del PBI.

En su conjunto, las medidas implican una mejora del ahorro interno, público y privado, y bajan las necesidades de emisión de deuda externa desde 5 a 2 puntos del pbi. Desde casi US$ 25 mm a menos de US$ 10 mm. Una cifra totalmente manejable. Los ajustes adicionales no solo tornan el sendero de deuda sostenible sino que pueden formar parte de las negociaciones con el FMI para refinanciar los compromisos asumidos en 2022-3. A su vez, el sostenimiento del vector de precios relativos y de la estructura de contratos en el mercado de trabajo garantizarían la continuidad del proceso de desinflación y la reducción de la tasa de sustitución de monedas e incentivan la generación de exportaciones no tradicionales. Esto es, no interrumpirían las correcciones de largo plazo que llevan a la macro argentina a un sendero sostenible.

Un silencio que habla. Las correcciones arriba mencionadas tienen como objetivo evitar nuevos colapsos de las cuentas externas sin interrumpir el proceso de alineamiento de fundamentales de más largo plazo. El virtual silencio en materia económica de Mauricio Macri, apenas interrumpido por estos días, anticipa que 2020 no será un año “espectacular” en materia económica. Las propuestas de los otros candidatos, cuando trascienden, asumen grados de libertad en los resortes de la política económica que no se condicen ni con el paladar del FMI ni con las urgencias de la macro. Es la responsabilidad de la gestión lo que explica la mesura del candidato oficialista y creemos que es lo mejor que puede hacer. Rulos no hay.

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