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8M: nuestros derechos, nuestras decisiones

Convocatoria para el 8M

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El reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito se está haciendo oir. | Cedoc Perfil

En las últimas semanas, nuestro reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que se expresa en una nueva presentación en el Congreso del proyecto que impulsa su legalización, volvió a instalarse en el debate nacional. Como vimos, los funcionarios del gobierno y buena parte de los referentes de los partidos mayoritarios, que cajonearon durante años esta iniciativa, tuvieron que pronunciarse. 

Tal repercusión tomó nuestra agenda que en medio de un clima de profundo descontento con la política de ajustes, tarifazos y despidos de Cambiemos, Mauricio Macri se convirtió en el primer mandatario que dice que es necesario que el Congreso “abra el debate”. Por supuesto, manifestó también su oposición a este derecho bajo el clásico argumento de “defensa de la vida”, que sostienen desde hace algunas décadas la cúpula de la Iglesia y los sectores más reaccionarios de la sociedad. Nos imponen a la mayoría de las mujeres sus creencias personales, religiosas y ajenas a cualquier comprobación científica.

Quienes defendemos incondicionalmente los derechos de las mujeres decimos –más allá de los números que reflejen las encuentras de opinión- que el Estado es el que debe garantizar la educación sexual integral, laica y científica en todas las instituciones educativas; los anticonceptivos gratuitos en todas las salas y centros de salud; y el aborto legal, seguro y gratuito en todos los hospitales y ante la sola decisión de la mujer, para que no haya ni una muerta ni una presa más por aborto clandestino.
Para que nuestra lucha se multiplique por miles.

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Nadie puede ignorar que el anuncio de Macri esconde el intento de desviar la atención de esa enorme fuerza social que se expresó en las calles de diciembre contra la reforma previsional y, más recientemente, en la movilización del 21 de febrero, con miles de trabajadoras y trabajadores que mostraron que hay fuerza y voluntad de derrotar esos planes. Por eso cualquier intento de utilizar demagógicamente los reclamos del movimiento de mujeres, que hoy abrazan nuevas generaciones de jóvenes y amplios sectores de la sociedad, también chocará contra esa realidad.

Precisamente porque no confiamos en la voluntad de este gobierno, seremos miles en la calle este 8 de marzo, para ser parte de un nuevo Paro Internacional de Mujeres contra el ajuste y los despidos, que nos afectan a nosotras especialmente; por la educación sexual y el aborto legal; contra toda forma de criminalización de la protesta.

Sabemos que allí, en la posibilidad de confluencia y unidad de estas luchas, se esconde la enorme potencialidad que tiene la alianza entre las mujeres, los trabajadores y la juventud. Es por eso que seguimos insistiendo en el llamado a las centrales sindicales, para que este 8M haya un paro efectivo por nuestros derechos, porque está en juego la vida y la salud de las mujeres.

El principal desafío que tenemos es unir la bronca y las luchas que están dispersas, potenciarlas  de forma contundente para conquistar así, con la movilización en las calles, todos los derechos y libertades que nos niegan. Al servicio de esa pelea están también, como siempre, las bancas del Frente de Izquierda.

(*) Diputada porteña (PTS – Frente de Izquierda)