A una semana de que se cumplan dos meses de la misteriosa muerte de Alberto Nisman, el Gobierno avanza con una ruidosa causa: la polémica venta de Papel Prensa a La Nación, Clarín y La Razón. El kirchnerismo se propone así retomar la iniciativa política y mediática, luego de varias semanas de teorías, conspiraciones y espías que dañaron la imagen presidencial.
Desde el conflicto con el campo, el oficialismo le declaró la guerra al Grupo Clarín. Papel Prensa, la firma de insumos de papel para empresas periodísticas, es sólo una de las batallas de la intrincada lucha contra el multimedios: se desató con la ley de medios y luego continuó con el Fútbol para Todos, la licencia de Fibertel; y la investigación del origen de los herederos de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, causa que justamente llevó adelante la exesposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado.
Cristina fue la encargada de presentar el informe "Papel Prensa SA, La Verdad" el 24 de agosto de 2010. Fue elaborado por el entonces Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Héctor Timerman fue el encargado de acercar a Lidia Papaleo, la viuda de David Graiver -principal accionista hasta que falleció en 1976 en un accidente aéreo-. El rimbombante anuncio fue en Casa Rosada y se prometieron denuncias judiciales y proyectos de ley para regular el papel. Poco y nada se hizo, hasta hoy.
Esta tarde se reactivó la causa mediática y judicial, luego de más de 4 años cajoneo. Fue luego de que un fiscal de la agrupación “Justicia Legítima”, afín al kirchnerismo, solicitara la indagatoria de Héctor Magneto, Ernestina Herrera de Noble y Bartolomé Mitre.
La movida se venía orquestando desde hacía varios días. El 1 de marzo, mientras Cristina inauguraba las sesiones ordinarias en el Congreso y volvía a atacar a Nisman por su denuncia por el Pacto con Irán, los militantes K desplegaron una gigantesca bandera en la Plaza de los dos Congresos. En ella aparecían los accionistas denunciados junto a Videla, con el título de "Encubridores". Marcaba el inicio del plan para evadir el tema Nisman, que perjudica al oficialismo en un año electoral. Nada mejor que reactivar la pelea con su archienemigo. Que el ruido tape el silencio.
(*) Editor General de Perfil.com. En Twitter: @germanangeli