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Pisando fuerte en Frankfurt

Una editora española me cuenta por teléfono que todos los países se equivocan a la hora de organizar su delegación oficial para la Feria del Libro de Frankfurt. “Pero como lo de ustedes, nunca se ha visto”, dice. Se refiere a la decisión del actual Gobierno de proponer a Evita, el Che, Gardel y Maradona como los íconos representativos de la cultura nacional.

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Una editora española me cuenta por teléfono que todos los países se equivocan a la hora de organizar su delegación oficial para la Feria del Libro de Frankfurt. “Pero como lo de ustedes, nunca se ha visto”, dice. Se refiere a la decisión del actual Gobierno de proponer a Evita, el Che, Gardel y Maradona como los íconos representativos de la cultura nacional. Se tranquiliza cuando le cuento que, después de la polémica que se armó, decidieron agregar a Borges y a Cortázar. En que España era el país invitado, el stand oficial tenía forma de plaza de toros, con arena y todo, lo cual obligaba a los invitados a vaciar sus zapatos al retirarse. Faltaba Lola Flores cantando ahí en el centro. También se cometió el error de pretender ser demasiado inclusivos y terminaron invitando a tantos autores que la presencia de la literatura española se desdibujó en una multitud.

Habría que ver cómo se articula nuestra iconografía en Alemania. No nos olvidemos que en las ferias se da mucho lo performático y que además existen los dobles. Maradona tiene su doble oficial, Gardel también. Esther Goris hizo de Evita, y del Che hizo Gael García Bernal. Ya lo estoy viendo. El stand argentino debería tener forma de estadio. Ahí dentro, cada media hora, Maradona le patea penales al Che mientras Gardel canta Mi Buenos Aires querido y Evita regala remeras de sí misma. ¿Y Borges y Cortázar? Está la imitación de Mario Sapag. Y para Cortázar habrá que convocar a un casting. Pero los ubicaría a los dos en la tribuna presenciando el partido, Cortázar haciéndole un relato con erres afrancesadas a Borges, que no ve. La pelota se va afuera y Borges la devuelve de un bastonazo.

Mas allá del chiste, me parece una oportunidad desperdiciada. Que afuera nos reduzcan al Che, Evita, Gardel, Maradona y el dulce de leche, es entendible, hasta disculpable. Pero que lo hagamos nosotros es un error. Los libros legibles sobre los cuatro íconos propuestos inicialmente no superan la veintena. La idea básica sería la más eficaz: presentar un frente de autores como los dos mencionados y Saer, Arlt, Bioy, Mujica Lainez, Silvina Ocampo, Walsh, Piglia, Fogwill, Aira, y poetas como Giannuzzi, Juanele, Gelman, Pizarnik, y críticos como Sarlo y Jitrik... No es tan difícil. La Argentina podría pisar fuerte en Frankfurt.