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relevamiento sanitario

Porteños sin agua potable

En la Ciudad de Buenos Aires existen villas desde hace más de 80 años. Los aproximadamente 400 mil habitantes de las villas porteñas no cuentan con prestación de servicios públicos en igualdad de condiciones que el resto de la Capital.

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En la Ciudad de Buenos Aires existen villas desde hace más de 80 años. Los aproximadamente 400 mil habitantes de las villas porteñas no cuentan con prestación de servicios públicos en igualdad de condiciones que el resto de la Capital. Si bien la ley de la Ciudad Nº 3.295 reconoce como un derecho humano el acceso al agua potable en cantidad y calidad suficientes para usos personales y domésticos, para quienes viven en las villas de la Ciudad el goce de este derecho es utópico. Todos los días, mujeres, niñas y niños recorren distancias significativas para aprovisionarse de agua.

La empresa AySA SA tiene a su cargo desde el año 2006 la prestación de los servicios de agua y saneamiento cloacal en la Ciudad de Buenos Aires y si bien las villas de la ciudad se encuentran dentro del área de concesión de la empresa prestadora, en los hechos esta únicamente presta el servicio público de distribución de agua potable y saneamiento hasta las periferias de aquellas. La calidad del agua que consumen los habitantes de las villas no es controlada por ningún organismo estatal.

La Villa 21-24 es un barrio porteño ubicado en la Comuna 4 del sur de la Ciudad, a la vera del Riachuelo y con ochenta años de historia, que no cuenta con servicios públicos básicos formales, como el agua potable y la cloaca. A mediados de enero, un fuerte olor cloacal en el agua corriente se hizo presente en numerosas viviendas de las Manzanas 24, 25 y 29. Y así fue cómo el 23 de enero, convocados por la junta vecinal, desde la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la Fiuba acudimos a constatar la calidad del agua de consumo. Entrevistamos a varias familias, constatamos la presencia de olor fecal en el agua corriente de varias viviendas y tomamos muestras del agua de consumo que fueron analizadas en un laboratorio especializado. La totalidad de las muestras analizadas corroboró que el agua se encontraba contaminada bacteriológicamente y no era potable. El relato de los vecinos es coincidente: no es la primera vez que esto sucede, no se trata de un hecho aislado, es frecuente que de las canillas de los hogares de los barrios populares no salga agua o el agua que sale tenga olor cloacal, color amarillo y sedimentos.

Elaboramos un informe técnico, informamos a la Junta Vecinal, a las familias afectadas, a los organismos responsables e iniciamos un expediente administrativo en el Gobierno de la Ciudad. El informe presentado incluía un conjunto de recomendaciones a los organismos para, en primer lugar, garantizar la salud de los habitantes del barrio, determinar las causas de la contaminación bacteriológica e implementar acciones para controlar la calidad del agua de consumo. Con el correr de los días el olor fecal en dicha agua se fue extendiendo a otros sectores del barrio: Manzanas 16, 26, 27, 28. El 8 de febrero, diferentes organismos de gobierno, a solicitud del Juzgado Federal que tiene a su cargo la ejecución de la causa ambiental Matanza-Riachuelo, se hicieron presentes en el barrio para tomar muestras de agua de consumo en 7 (siete) viviendas.

Lamentablemente, en el momento de la extracción ninguno de los organismos presentes contaba con una versión oficial de la metodología de relevamiento sanitario utilizada para definir la cantidad de muestras y los sitios de muestreo. En cinco (5) de los siete (7) domicilios previstos por los organismos no fue posible llevar a cabo la toma de muestras, porque de las canillas no salía agua o porque el protocolo de toma de muestras que acordaron no se ajusta a la informalidad de la infraestructura de los barrios populares. El operativo de muestreo no previó duplicar las muestras para validar los resultados en un laboratorio alternativo ni cadena de custodia de las muestras tomadas. La crítica problemática sanitaria y ambiental en las villas de la Ciudad atenta todos los días contra la salud y la vida de sus habitantes, en su mayoría niñas y niños.

*Coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria, Facultad de ingeniería de la UBA.