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Preguntas sin respuesta

Cómo se llega a conocer un libro? Quizá de la misma forma en que se llega a conocer a una mujer, una ciudad o una canción.

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Cómo se llega a conocer un libro? Quizá de la misma forma en que se llega a conocer a una mujer, una ciudad o una canción. Puesto a tipificar (la tipología es la utopía perversa del sociólogo), podría decirse que hay una primera forma, a la que podemos llamar institucional: el engaño de la contratapa, una reseña en el diario, la recomendación de un librero amigo. Hay también una segunda forma, extraoficial pero igualmente poderosa: el boca a boca, la circulación susurrada, el aura del prestigio. Pero existe una tercera opción imposible de tipologizar: la singularidad absoluta. Eso que pasa una única vez, y mientras ocurre sabemos que jamás se repetirá (a veces ni siquiera ocurre, y uno puede pasar por la vida sin tener esa oportunidad). A mí me pasó la vez que conocí Enormes cambios en el último minuto, de Grace Paley. Estaba en el bar del hall del Teatro San Martín y en otra mesa había una chica hermosa, de una belleza como de otra época (o mejor dicho: una belleza contemporánea con todas las épocas). Parecía surgida de una película de la nouvelle vague, o de un poema del romanticismo inglés. Estaba sentada, leyendo. Tenía también un cuaderno de notas y los que parecían ser unos apuntes de la facultad. No pude resistirme y me acerqué a hablarle (¿pero de qué podríamos hablar? Tan sólo del papelón inminente), y entonces vi que estaba leyendo a Grace Paley. Le dije algo, no recuerdo bien qué (en realidad lo recuerdo perfectamente, pero prefiero mantener la discreción) y ella me contestó en alemán. Era austríaca y no sabía una sola palabra de castellano. Nuestro encuentro en realidad fue una despedida (un poco como la idea de “amor a última vista” que Benjamin encuentra en los poemas de Baudelaire). Y luego salí a la calle y compré el libro de Paley. Y después leí también sus otros dos libros de cuentos, Batallas de amor y Más tarde, el mismo día.
A la altura de Dorothy Parker o Cynthia Ozick, Grace Paley es una de las más grandes escritoras norteamericanas del siglo XX. Su prosa está llena de sentido del humor y toques trágicos, una mirada entre feminista y judía escéptica, mezcla de autoironía, amor por la justicia y perfecta levedad. Murió hace alrededor de un mes. Luisa Valenzuela publicó un recuerdo en ADN, y pocas cosas más salieron sobre ella. ¿Pero por qué tendrían que haber salido más notas? ¿Qué idea de la literatura se esconde detrás del deseo de los escritores de salir en el diario al morir? (un escritor no es un político, un futbolista, un cantante de rock, un empresario del rubro hotelero). Quizá debería ser al revés: habría que publicar notas cuando nace un escritor, cuando publica su primer poema, su primer cuento en la revista literaria del centro de estudiantes de la escuela secundaria (la literatura sólo tiene interés cuando es nueva).
No sé por qué, pero todo esto me recuerda una vieja historia de Cortázar. Pocos años antes de su muerte viajó a la Argentina, esperando vanamente ser recibido por el presidente Alfonsín. Prominentes cuadros del progresismo hicieron secretas gestiones para lograr tal encuentro, pero Alfonsín, que sólo tenía ojos para Sabato (el autor del Informe sobre ciegos), nunca lo recibió. La leyenda dice que Cortázar y sus operadores quedaron eternamente decepcionados. ¿Pero qué idea de la literatura se oculta detrás del deseo de un escritor de ser recibido por el presidente de la Nación? Preguntas sin respuestas (como son las preguntas sobre el deseo) las de los cuentos de Grace Paley; llenos de perplejidad, balbuceos, dudas. Es curioso, pero mi cuento favorito de ella justamente se llama Deseo. Es el momento de transcribir el comienzo: “Vi a mi ex marido en la calle. Estaba sentada en las escaleras de la nueva biblioteca. Hola, mi vida, dije. Habíamos estado casados veintisiete años, así que me sentía justificada. El dijo: ¿Qué? ¿Qué vida? La mía desde luego que no”. Desde luego que no, tal vez ésa puede ser una buena respuesta al sinfín de preguntas que una escritora como Paley plantea.