El sistema educativo de la Provincia de Buenos Aires está en continuo crecimiento. Crecen la cantidad de alumnos y de años que los alumnos permanecen en la escuela. Hoy se estudia desde que se ingresa al jardín de infantes hasta completar los seis años de secundaria obligatoria. Esta expansión también ocurre en el plantel docente, incorporando miles de maestros que cada año se suman a un proyecto educativo que sigue una línea estratégica basada en la inclusión y la calidad.
Somos parte de América latina y el Estado está obligado moralmente a intervenir sobre las desigualdades. La educación debe ser para todos, de lo contrario trabajaríamos para las encuestas de calidad y no para los sectores más vulnerables, que tienen en la escuela pública su herramienta de progreso y felicidad personal.
La Provincia acompaña ese crecimiento con una gran inversión en infraestructura. Desde diciembre de 2007 hemos inaugurado más 220 edificios escolares y el plan de obras para 2011 –ya en etapa de licitaciones– contempla 450 trabajos de refacción y ampliación por 260 millones de pesos.
Desde un punto de vista más específico, una de nuestras prioridades es garantizar ofertas de formación y capacitación para que los maestros enseñen con calidad y los alumnos egresen con conocimiento. Hemos extendido en un año la duración de las carreras de formación, mientras que la capacitación que se planifica desde el Estado es gratuita, en servicio y otorga mayor puntaje que cualquier oferta privada. Así podremos dar respuesta al aumento de la matrícula en el nivel inicial, bajar la repitencia en la primaria, consolidar la escuela secundaria de seis años –la escuela de los adolescentes–, tras haber dejado sin efecto la Ley Federal que implementara el polimodal, y continuar con la inversión en equipamiento para las escuelas técnicas y agrarias.
Además, junto al Gobierno nacional seguimos adelante con el programa de entrega de netbooks a los alumnos de las escuelas secundarias y técnicas, y este año presentaremos el Programa Aula Digital, que sumará la incorporación de tecnología y conectividad a las escuelas primarias, aún aquellas ubicadas en las zonas rurales más aisladas.
La inclusión comprende a niños y adolescentes, pero también a quienes por alguna razón no pudieron completar sus estudios. En ese universo, le dimos continuidad a programas que permitieron que más de 120 mil jóvenes y adultos obtuvieran su título secundario en los últimos tres años; esa iniciativa continuará en 2011. Esto demuestra que la educación ha sido una deuda pendiente del Estado con las generaciones anteriores, que es necesario honrar, sea a través de la educación tradicional como de aquella otra, no obligatoria, destinada a la formación en oficios para jóvenes de 16 a 25 años.
Con el objetivo de la igualdad educativa, ya garantizamos la enseñanza de inglés a todos los alumnos durante nueve años consecutivos, desde el cuarto grado de la primaria hasta el sexto año de la secundaria. En 2011, además, todos tendrán también la misma oferta de educación artística y educación física en sus escuelas.
La relación entre educación y trabajo es una preocupación del gobernador Daniel Scioli. Sabemos que el desarrollo de cada comunidad depende en gran medida de la formación de sus recursos humanos. El desafío es vincular la educación con el ámbito de la producción y el trabajo, y sellar una alianza con los sectores empresariales y los trabajadores para planificar el desarrollo local y regional.
También hemos decidido, para este año, reglamentar el capítulo de la Ley Provincial de Educación referido a la educación privada y revisar el aporte que el Estado hace a las escuelas que cobran sus servicios. Deseamos actualizar los mecanismos de subvenciones sin incurrir en discriminaciones, priorizando aquellas instituciones que no reciben aporte estatal, que están ubicadas en zonas desfavorecidas y no compiten con la oferta educativa estatal.
Pero nada de esto podría hacerse sin los docentes, a quienes consideramos insustituibles en el proceso educativo. Nuestro gran desafío es la profesionalidad de maestros y profesores. No hay transformación educativa sin buenos docentes. Por lo tanto, la política de capacitación para nuestros profesionales docentes –los cursos comienzan el lunes próximo– apunta a su formación y actualización académica.
*Director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.