En 1966 Peter Brook presentó US. La obra pretendía no tanto hablar de la Guerra de Vietnam sino de las actitudes de los británicos hacia ella. Al comienzo, un actor entraba en escena sosteniendo entre los dedos una mariposa; momento lúdico y agreste al que ponía fin tomando un encendedor y quemando viva a la mariposa delante de toda la audiencia, que indignada se alzaba contra el actor. Éste explicaba que lo mismo estaba ocurriendo en Vietnam con los civiles, a quienes el ejército estadounidense quemaba vivos con napalm, y que él no los veía en ese caso tan indignados como con la mariposa.
Nick Ut, un fotógrafo survietnamita de Associated Press, el 8 de junio de 1972, en Trang Bang, una aldea a unos 50 km de Saigón, sacó la que tal vez sea la fotografía de guerra más desgarradora de la historia: una niña de 9 años asustada, llorando, que corre desnuda por una calle junto a otros niños y en el fondo soldados y una nube de humo. La niña, llamada Kim Phuc, acababa de ser quemada por efecto de un bombardeo de napalm. En pocos días la foto dio la vuelta al mundo, conmocionando a la opinión pública sobre el conflicto al punto que, según muchos, impulsó a Washington a poner fin a la guerra.
Un periodista del diario Le Monde, Karim El Hadj, realizó un breve video en el que se pregunta si una sola foto fue capaz de poner fin a la Guerra de Vietnam. Karim El Hadj retrocede en el tiempo, refiriéndose a los tiempos en que la fotografía no existía y las batallas debían ser representadas en pinturas, representaciones que eran lejanas a la realidad de los combates. La llegada de la fotografía, hacia 1824, significó un problema: los aparatos fotográficos eran demasiado grandes e incómodos como para ser usados para inmortalizar los rápidos movimientos de las tropas en medio de la batalla. La solución: recurrir a la puesta en escena, o sea alejarse de la verdad aún más de lo que lo hacían los antiguos pintores de la Edad Media. Durante la Segunda Guerra Mundial la fotografía tendió a un mensaje claro: rendir homenaje a los soldados que ofrecían su vida a la nación, mostrando entonces que el conflicto tenía un lado positivo, buscando el apoyo de la sociedad civil. Las fotos de Robert Capa del desembarco de Normandía son un claro ejemplo de ello.
Pero en los años 60, con la Guerra de Vietnam, todo cambió. Los fotógrafos empezaron a mostrar más a las víctimas, una amplitud de encuadre debida a la ausencia de censura por parte de las autoridades estadounidenses sobre los contenidos fotográficos. Comenzaron a verse soldados heridos, sufriendo, doloridos, desesperados, muertos. Y las víctimas civiles, como Kim Phuc.
Cuando la fotografía de Nick Ut se publicó en los diarios del mundo, el titular que la acompañaba, con todas las variantes posibles, más o menos hablaba de lo mismo: el terror de la guerra.
¿Pero entonces de verdad esa foto cambió el curso del conflicto? El 23 de enero de 1973, Richard Nixon anunció el fin de las hostilidades y el retiro de las tropas estadounidenses de Vietnam. Pero cuando la foto de Ut fue publicada, las tropas de los Estados Unidos ya estaban volviendo a casa. Cinco meses antes, Nixon había reducido las tropas a 70 mil soldados. Pocos si se los compara con los 543 mil de 1969. Ocho días después de la publicación de la foto de Ut ocurrió algo más: la detención de cinco hombres por el allanamiento en el complejo Watergate del Partido Demócrata. Nixon, finalmente, renunciaría el 9 de agosto de 1974.
Un fotógrafo poniéndole fin a la guerra. La historia es fantástica. Pero a la pregunta del título la respuesta es: No.