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Que no se corte, eh

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El desarrollo de internet y el proceso de convergencia tecnológica que está llevando a que las diferentes redes de teléfonos fijos, móviles, radio, TV sean servicios que se provean con tecnología IP abren desafíos importantes para nuestro país. En este contexto y hace ya unos años se habla de ciudades inteligentes, economía digital, gobierno abierto, gobierno electrónico, políticas 2.0, etc. Son temas sexies que despiertan la atención del interlocutor. Es como cuando a un turista lo sorprende un edificio futurista con una arquitectura innovadora. Veo muchos eventos gubernamentales y universitarios donde se habla de estos temas soslayando la infraestructura necesaria para que esto se pueda llevar adelante con niveles de calidad aceptables y de manera federal.

Los edificios tienen cimientos que permiten el despliegue de una arquitectura llamativa. El cimiento en el sector de comunicaciones es el nivel de conectividad, tema que sólo escucho hablar a los especialistas o los proveedores de internet en eventos muy específicos y poco populosos. ¿Cuál es la situación del país en relación con la conectividad? Argentina está entre los diez países con mayor extensión del mundo, pero con una densidad poblacional baja. Esto es un gran desafío para el acceso universal de internet de banda ancha. En sus 2,8 millones de km2, Argentina cuenta con 3.520 localidades. Pero sólo el 5% de las localidades del país concentra el 77% de la población y el 98,2% de los accesos residenciales (fijos y móviles) a internet. Ese 5% representa sólo a las localidades de más de 30 mil habitantes. Sin embargo, la enorme mayoría de las localidades de nuestro país cuentan con poca población, alrededor del 57% de ellas tienen menos de mil habitantes.

Las conexiones fijas y móviles residenciales a internet (desde computadoras, tablets y celulares) se concentran en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires (54,4%), quedando Córdoba en segundo lugar (10,5%) y Santa Fe en tercero (7,3%). El 27,9% restante –más de un cuarto del total– se reparte en veinte provincias, lo que marca a las claras la imperiosa necesidad de federalizar el acceso a servicios de internet de banda ancha.

Los desafíos tecnológicos que se presentan son múltiples. En primer lugar, hay alrededor de un 40% de población que no tiene acceso. Esa población está concentrada, fundamentalmente, en localidades pequeñas y medianas dispersas en el territorio.

Por otro lado, mientras que el presente y futuro de las telecomunicaciones alámbricas es con fibra óptica más del 95% de los accesos fijos en Argentina son mediante ADSL (línea telefónica sobre red de cobre) y cable módem.

Finalmente, si bien hay actores que están presentes en la mayoría de las localidades grandes del país y que aglutinan una enorme porción del mercado, hay un ecosistema de pequeños y medianos prestadores que pueden tener entre una y cinco localidades y que encuentran en la infraestructura y la inversión en capital el mayor obstáculo para pegar el salto y llegar a nuevos lugares.

La cantidad de accesos sigue creciendo. En el caso de los accesos residenciales fijos, la variación interanual del primer trimestre fue del 4,9%. El desafío es generar un proceso que oriente este crecimiento en los accesos no sólo a las grandes localidades urbanas, sino fundamentalmente en las pequeñas y medianas localidades.
El Enacom, como regulador y hacedor de políticas públicas, tiene como objetivo incentivar a que los proveedores de internet de todas las localidades del país brinden servicios sostenibles, transparentes y comparables a los de las áreas metropolitanas. Parte de un diagnóstico veraz que permitió evaluar y así resolver las deficiencias de conectividad tiene Argentina en la actualidad.

*Director Nacional de Fomento y Desarrollo del Ente Nacional de Comunicaciones.