“Ahora les agarró el apuro y les piden por favor a los médicos que vayan a vacunarse. Los trabajadores del Posadas no se sienten cómodos”. Hay desconcierto y enojo pero sobre todo desilusión con un agravante: todos saben que la declaración del director Alberto Maceira –que admitió en la Justicia haber vacunado pacientes vip en el Ministerio de Salud– golpea hacia arriba pero acota las responsabilidades dentro del hospital.
“Como mínimo, junto a él debería presentar la renuncia la directora general de Asistencia Médica, Lucrecia Raffo, de fuertes vínculos con el kirchnerismo, conocedora de todo lo que sucede en el Posadas y que tiene bajo su órbita el vacunatorio”, asegura un hombre de la institución, que pidió reserva de su nombre.
En el Hospital Posadas, la ruta de los amigos del poder estaba perfectamente delimitada. El nuevo vacunatorio está separado del edificio central. Coincide con la entrada de la bajada de la autopista y su colectora; ideal para el arribo de las combis que se estacionaban allí. Los vacunados vip de bajo perfil o poco conocidos se mezclaban entre la gente del vacunatorio.
Nadie podría sospechar. Pero para evitar problemas, aquellas personas que pudieran ser reconocidas como figuras políticas, amigos o familiares de las autoridades, pasaban directamente al tercer piso, donde están las oficinas de la dirección con custodia policial y seguridad privada mediante.
Ese acceso estaba reservado para algunos pocos. Un dato más: el estacionamiento tiene un enorme domo con cámaras de seguridad. También hay cámaras dentro del nuevo vacunatorio y en los pasillos que conducen a la dirección.
La épica del Hospital El Cruce de Florencio Varela: kirchnerismo explícito
Para introducir el capítulo de lo que ocurrió en el Hospital El Cruce Néstor Carlos Kirchner vale la pena hacer algo de memoria.
El Ministerio de Salud de la Nación autorizó el uso de la Sputnik V para mayores de 60 años el 20 de enero de este año. A solo dos días del anuncio y con llamativa celeridad –el 22 de enero– el intendente de Berazategui, Juan José Mussi, de 80 años, recibió la primera dosis de la Sputnik en el Hospital El Cruce. Luego de 21 días le aplicaron la segunda dosis en el mismo centro de salud. Sin embargo, la provincia de Buenos Aires habilitó la vacunación a mayores de 70 años el miércoles 17 de febrero. El jefe comunal tuvo la “suerte” de vacunarse casi un mes antes del turno que le correspondía.
Pero eso no es todo. Su hija, la doctora Mariel Mussi, fue puesta en funciones como presidenta del Consejo de Administración del Hospital El Cruce por Daniel Gollán y Ginés González Garcia el 17 de enero de 2020. Es en los papeles y en la práctica la autoridad máxima del Hospital donde se vacunó su papá. Recordemos que este hospital de alta complejidad es de administración mixta entre la Nación y la Provincia, y el proyecto original para su construcción data de más de treinta años a pesar de que su inauguración fue recién en el año 2007.
Tras vacunarse, en declaraciones a los medios locales, Mussi contó su experiencia; agradeció y felicitó al entonces ministro de Salud González García por “estar haciendo las cosas bien”.
En el Hospital
Posadas, la ruta
de los amigos del
poder estaba bien
delimitada
La lista de los vacunados vip en El Cruce incluye a dos miembros de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires: su presidente, Luis Esteban Genoud, y la ministra Hilda Kogan. Ambos se hicieron pasar como integrantes del “personal de salud”. Semejante adulteración sería suficiente causal de pedido de renuncia o juicio político.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof abrió el paraguas: “Desde que comenzó la campaña de vacunación, junto a muchos intendentes e intendentas de distintos sectores políticos nos vacunamos para llevar tranquilidad a la gente”, avisó en un tuit publicado el 23 de este mes. Mucho antes ya les había pedido a los líderes territoriales que se vacunen para dar el ejemplo. Su razonamiento es absolutamente controvertible: la vacuna Sputnik V generó confianza cuando la documentación auditable de su investigación fue publicada en la prestigiosa revista médica The Lancet.
Un hecho lamentable nos ayudará a entender un poco más la idiosincrasia interna que –apropiándose de lo público– manejan las autoridades del establecimiento. El 19 de noviembre del año pasado y en el marco del decimotercer aniversario del Hospital, se realizó un “homenaje al personal de salud” con el descubrimiento del “primer mural de salud pintado en pandemia”.
Tal como describe la institución en su página web, el evento tuvo lugar en el auditorio del Hospital y contó con la presencia del rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), Ernesto Villanueva; el diputado provincial del Frente de Todos y ex intendente local, Julio Pereyra; el secretario de Calidad en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, Arnaldo Medina (que también fue director de la institución); y como frutilla del postre la participación virtual de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner; y el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García.
Al margen de la convocatoria con marcada tendencia ideológica, cabe preguntarse si el mural ofrecido como reconocimiento a los propios trabajadores de la salud los tenía a ellos –el plantel del Hospital– en primer plano como protagonistas.
Entre los
vacunados vip
hay dos jueces de
la Corte Suprema
bonaerense
La respuesta es no
“El mural se realizó en una de las paredes de la rampa de acceso al primer piso. Entrás y te chocás con eso. Lo indignante es que más allá de algunas referencias al personal, lo que resalta en primer plano son las figuras de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Julio César Pereyra y el Dr. Arnaldo Medina. Se apropiaron del Hospital, cosa que genera mucha bronca”, relata visiblemente molesto un destacado miembro del equipo médico. “Nos movemos con mucho cuidado. A los que no somos afines ideológicamente nos tienen en la mira. No importa la calidad médica o el profesionalismo que tengamos”.
¿Es este un homenaje a los trabajadores de la salud del HEC o un intento burdo y nauseabundo de eternizarse mediante un autorretrato teñido de egocentrismo?
Cuestión de desconfianza. Con Carla Vizzotti como flamante ministra de Salud a la cabeza, y en un intento por mostrar transparencia, el Gobierno presentó el pasado miércoles 24 de febrero el Monitor Público de Vacunación. Un registro al que se podrá acceder online con información en tiempo real sobre el operativo nacional de inmunización.
Los datos son del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac). Es un programa que gestiona desde el SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria) las coberturas de vacunación de todo el país.
La operación del módulo permite registrar a cada persona que recibe una vacuna, detallando la fecha, el tipo de dosis y el establecimiento que las aplicó, entre otros datos de importancia. Para utilizar el Nomivac hay que tener una cuenta de usuario y los permisos correspondientes.
El Nomivac no puede ser alterado por los médicos que ingresan los datos al sistema, de hecho cuando se produce un error en la carga, es bastante engorroso modificarlo.
Pero fue creado y diseñado por el Ministerio de Salud de la Nación con la supervisión de Carla Vizzotti. Por lo tanto, los aspectos técnicos y el soporte técnico del Nomivac están manejados por gente del Ministerio. A ese nivel, los datos son fácilmente modificables.
No se puede vivir en una sociedad enferma de desconfianza. Cuando sus dirigentes no dan el ejemplo, el daño que provocan es muy difícil de reparar. Como dijo el filósofo inglés Thomas Hobbes, “homo homini lupus”. El hombre es un lobo para el hombre.
Producción periodística: Santiago Serra.