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Recordar su legado

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Fue un honor para mí haber podido trabajar con el señor Nelson Mandela en el proceso que condujo a la adopción de la Constitución interina y a nuestras primeras elecciones democráticas en abril de 1994. La valentía, el encanto y el compromiso de Mandela con la reconciliación y la Constitución, fueron una fuente de inspiración no sólo para los sudafricanos, sino para el mundo entero.
Aunque fuimos adversarios políticos en la vida institucional de nuestro país, y aunque nuestra relación fue a veces tormentosa, siempre fuimos capaces de encontrar el camino para resolver las crisis que surgieron durante el proceso de negociación que nos encontró como protagonistas.
En mi interacción con el ex presidente Mandela durante esos años tan conflictivos, desarrollé, en primer lugar, un tremendo aprecio por su inmensa capacidad de escuchar los argumentos en forma analítica. Y, en segundo lugar, también supe valorar la capacidad de ponerse en la posición de la persona que negociaba con él, en un esfuerzo sincero de entender las preocupaciones de la otra parte. Yo traté de hacer lo mismo desde mi lado.
Soy crítico de algunas cosas que están sucediendo ahora en mi país, pero creo que Sudáfrica está unida hoy en nuestro dolor, en nuestro duelo por la muerte de Nelson Mandela. Creo que todos en Sudáfrica podríamos hacer algo más, ya que tenemos una tendencia a gritarnos los unos a los otros, en vez de buscar soluciones vinculadas al diálogo. Sin embargo, no creo que éste sea el momento para criticarnos unos a los otros.
En este sentido, es bueno recordar lo que hizo Mandela en vida. Tener presente su legado, su enseñanza. Yo creo que el ejemplo de lo que él supo ser le sobrevivirá y seguirá inspirando a todos los sudafricanos para realizar su visión de sociedad multirracial, de justicia, de dignidad humana y de igualdad para todos.
Incluso durante su retiro, Mandela ha seguido siendo una fuerza para la reconciliación y la justicia social, no sólo en Sudáfrica, sino en todo el mundo. Todos los recuerdan como un gran símbolo de paz, que siempre buscó el diálogo por sobre todas las cosas. Incluso en los peores momentos que le tocó vivir.
Mandela se merece tener la imagen de una de las más grandes personalidades de la Tierra de la última centuria. Todos debemos recordarlo de esa manera.
Tata, usted tiene que saber que siempre lo vamos a echar de menos. Pero sepa que su espíritu y su ejemplo estarán presentes para guiarnos hacia la visión de una Sudáfrica mejor y más justa.

*Ex presidente de Sudáfrica (1989-1994). Premio Nobel de la Paz 1993, compartió el galardón con Nelson Mandela.

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