El fin de semana previo al Foro de Llao Llao en Bariloche, el economista y exviceministro de Economía Emanuel Álvarez Agis dijo que si tras las PASO Javier Milei se posicionara como presidenciable, recomendaría a los depositantes sacar el dinero que tuvieran en los bancos. Agregó que su propuesta de dolarización persigue una corrida bancaria para que el ajuste lo haga el mercado, y no el próximo gobierno que triunfe en las elecciones.
Javier Milei estaba invitado a dar el discurso del almuerzo del martes pasado en el Foro de Llao Llao, donde volvió a insistir con su propuesta de dolarización, al mismo tiempo que en Buenos Aires corrían versiones de salida de Sergio Massa del Ministerio de Economía, su sustitución por el entonces jefe de asesores del Presidente, Antonio Aracre, con un plan de devaluación del 30% de la cotización del dólar oficial, generando inmediatamente un aumento del precio del dólar blue de casi el 10% en solo dos días.
El Nº 2 de Smata Manrique y Milei tienen en común el brutalismo como forma de solución
La coincidencia de una corrida cambiaria mientras Milei hablaba de dolarización en Llao Llao, llevó al número dos del poderoso y exitoso sindicato de las automotrices, Smata, Mario Manrique a decir: “los que están en Llao Llao se creen los dueños de la Argentina. Es obvio que todos los que están dentro del Llao Llao quieren prender fuego al país: a ellos hay que prenderlos fuego.”
Manrique y Milei tienen en común el brutalismo. Dinamitar el Banco Central e incendiar el Llao Llao aun tomándolo en ambos casos como un lenguaje metafórico, es violencia. La mayoría de quienes estaban en el Foro del Llao Llao no comparten las ideas de Milei, incluso se verían perjudicados por su aplicación, las que además consideran impracticables.
El desconocimiento del sindicalista logra el efecto contrario, predisponiendo a aquellos que ya decidieron colocar su domicilio fiscal en el extranjero y estar impedidos de pisar su propio país por más de 180 días por año, a reforzar los justificativos de una decisión que en el fondo, les gustaría rever. “¿Cuándo bajan el impuesto a los bienes personales?” es un reclamo que hacen los más querulantes a los candidatos de Juntos por el Cambio, que cada año exponen sus ideas en el Foro de Llao Llao.
El Frente de Todos subió la alícuota máxima del impuesto para quienes sus bienes estén en el exterior al 2,25% anual; y como todos los unicornios (no solo ellos) cotizan sus acciones en la Bolsa de Estados Unidos, sus fundadores aparecen con un patrimonio altísimo en acciones. Siendo razonablemente jóvenes varios de ellos, calculan varias décadas de vida por delante y a razón de 2,25% por año consumirían casi toda su fortuna en ese impuesto. Cálculo teórico porque el contribuyente se defiende por ejemplo, colocando sus bienes fuera del alcance tributario argentino.
La paradoja es que si se dolarizara la economía y se acabase la inflación debería pagar tres veces más por Bienes personales, porque el cálculo del impuesto se hace a dólar oficial a la cotización de cierre del año fiscal el 31 de diciembre de cada año y se hace efectivo su pago varios meses después. La brecha cambiaria del ciento por ciento reduce el impuesto de 2,25% a la mitad: 1,12% y la inflación de los meses hasta que se hace efectivo el pago lo termina reduciendo a 0,8% a la cotización del dólar blue.
Que la candidatura de Javier Milei, quien produce con sus apariciones televisivas un equivalente a la fascinación que producía Ricky Fort en los programas de Tinelli, genere consecuencias en la economía real y de cumplirse el vaticinio de Álvarez Agis pudiera generar un terremoto si en agosto sale de las PASO con un muy probable pasaje al ballottage, no es solo un fracaso del Gobierno, lo es también de Juntos por el Cambio.
Salvo que quien vaya a resultar el próximo gobierno considere que cuanto peor mejor, y adscriba a la tesis de Naomi Klein de La doctrina del shock, donde los habitantes solo aceptan modificaciones estructurales cuando una crisis de enorme magnitud destruyó hasta su capacidad de resistencia, esperando asumir después de que el mercado haya hecho un ajuste como el de la primavera de 1989 y el verano de 2002 haciéndole pagar los costos políticos al gobierno saliente, un acuerdo entre oficialismo y oposición para aprobar en el Congreso las leyes necesarias para ordenar la macroeconomía, debería en parte, adelantarse al momento previo a la elección para transmitir tranquilidad y gobernabilidad.
Que veinte años después se vuelva a debatir dolarización es un triunfo cultural de Javier Milei
Eso sería exigible si en las PASO triunfaran en Juntos por el Cambio los candidatos moderados. Si quienes resultaran ganadores fueran los halcones del PRO, la preferencia por sumar a los diputados de Javier Milei en el futuro Congreso los hará desistir de un acuerdo con la otra coalición.
La rickyfortización de la economía (variante local actual de lo que Guy Debord anticipó en 1967 en su libro La sociedad del espectáculo) no pondera seriamente las consecuencias graves que tiene frivolizar la solución de los problemas. Que hoy se vuelva a debatir la dolarización (ya se debatió en 2002 y hasta generó entonces un Manifiesto en su contra) es un triunfo cultural de Javier Milei. También lo es el exabrupto del sindicalista Mario Manrique contra quienes participaban del Foro de Llao Llao.
En el Foro de Llao Llao había decenas de emprendedores que son un orgullo para el país, la enorme mayoría de ellos pymes o lo fueron recientemente, muy laboriosos, creadores de miles de empleos y que están en las antípodas de querer prender fuego el país en el que viven y se desarrollan sus obras.
Parte de Juntos por el Cambio es responsable del triunfo cultural de Milei por alentar y engrandecer la figura del líder libertario, creyéndolo primero funcional a la batalla cultural con el peronismo, y luego funcional a la batalla interna contra las palomas y el radicalismo. El egoísmo electoral por sobre cualquier otra consideración es una señal de falta de atributos verdaderos para la administración pública del más alto nivel.
