Me había puesto a escribir sobre La carne viva de Pablo Maurette, el ensayo del año. Pero al sentarme frente a la computadora me enteré de que el partido entre el Derby County y el Leeds United por la segunda fecha de la segunda división inglesa se transmitiría por televisión a la Argentina. Esto ocurrió ayer sábado, y el lector puede averiguar el resultado si no lo conoce.
Pero el resultado no es importante. Más lo es que un partido de segunda se televise a Sudamérica gracias al interés que despierta en la región Marcelo Bielsa, el técnico del Leeds. En primer lugar en Chile, donde Bielsa es un ídolo nacional que trasciende lo futbolístico, y en segundo lugar aquí, donde es amado y odiado en partes desiguales, aunque no sé cuál es la parte más grande. Es que el entrenador arrastra la fama de ser un hombre dedicado como pocos, de grandes conocimientos e incorruptibles convicciones, pero que no obtiene los resultados que sus métodos deberían conseguir. Bielsa, llamado “el Loco”, es un personaje original: rara vez sonríe, es capaz de ordenarles a sus jugadores que pasen tres horas limpiando el campo de entrenamiento para que comprendan cuánto les cuesta a los hinchas ganar el equivalente al precio de una entrada. Bielsa no da entrevistas individuales, pero utiliza las conferencias de prensa para exponer sus ideas sobre el juego: el amor al sacrificio pero también al juego limpio y al fútbol de ataque. Como no habla francés ni inglés, desde su época en el Olympique de Marsella, se hace acompañar por un traductor llamado Salim Lamrani, quien no traduce demasiado bien pero tiene otros méritos. Es profesor universitario y ensayista, tiene varios libros publicados, firma manifiestos con Noam Chomsky o Pérez Esquivel y se dedica a defender la causa del actual régimen cubano.
“¿Usted es supersticioso?”, pregunta el periodista y el entrenador responde: “No soy supersticioso. Soy socialista”. Pero el entrevistado no es Bielsa sino Brian Clough, el protagonista de The Damned United, una novela de David Peace, autor de la notable tetralogía policial Red Riding Quartet. Aunque la frase puede ser ficción, Clough es un personaje real. Fue un futbolista inglés, gran goleador en segunda, y luego técnico del Derby County, al que trajo de la segunda división hasta ganar la primera en 1972 y repetir la hazaña con el Nottingham Forest, siempre pregonando un fútbol limpio y pulido. En el medio fue técnico del Leeds, la casa de su archienemigo Don Revie, un tipo supersticioso, obsesionado por los rivales, que hacía jugar un fútbol violento y taimado (una especie de Bilardo). Desde esa época, hay una cierta hostilidad entre los hinchas del Leeds y los del Derby, dos ciudades que distan unos cien kilómetros. Pero el intento de Clough de inculcar disciplina y nobleza en el Leeds duró solo 44 días, y cada capítulo de la novela de Peace relata uno de ellos. El libro fue llevado al cine por la BBC en 2009 y la película es muy mala, pero da una idea de la historia y también del fútbol en el interior proletario inglés de esos años. Algo de eso se percibe todavía en las viejas canchas inglesas de segunda división, un poco alejadas del gran dinero de los jeques y los multimillonarios. En su nuevo trabajo, acaso Bielsa pueda reivindicar a Clough. O acaso dure 44 días.