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los que perdieron con ganancias

Sumas cero que tienden a restar

Antes de fin de año y para el Día de los Santos Inocentes, el Gobierno de la Ciudad firmará la adjudicación de la licitación más grande de los últimos años.

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Antes de fin de año y para el Día de los Santos Inocentes, el Gobierno de la Ciudad firmará la adjudicación de la licitación más grande de los últimos años. Se trata de las tres obras principales del Paseo del Bajo, que deberían iniciarse el 2 de enero, para unir el sur con el norte de la Ciudad y descongestionar el tránsito y los accesos en Puerto Madero. Tendrá un costo de US$ 700 millones. Los tres tramos quedarían repartidos entre viejos conocidos de la obra pública, ninguno de los dos exentos de pergaminos ni polémicas. Las harán  los consorcios Isolux Corsan Corviam y Iecsa, de Angelo Calcaterra, el primo del presidente Mauricio Macri, con Fontana Nicastro.

Reconocen otros contendientes en la licitación que las ofertas fueron imbatibles y competitivas. También se coincide en que si bien no hay vínculo entre los casos, la oportunidad de las revelaciones del caso Obedrecht en Brasil atraerá las miradas sobre este concurso: la brasileña que reconoció haber pagado sobornos aquí por la licitación del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento se presentó con Iecsa. Al mismo concurso se había presentado Isolux, y perdió.

Una vez más, la obra pública quedará en la picota, mientras que sus actores también concentran cuestionamientos sobre el modo en que la gestión del Gobierno al respecto contribuyó al parate de la economía que, llegado fin de año, vuelve a avizorarse, en forma de brotes, sólo para 2017.

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Brotados. Por ejemplo, el protagónico ministro de Transportes, Guillermo Dietrich, cargaría con la responsabilidad por el modo en que se paralizaron las obras en rutas del país durante el primer semestre. Dietrich volvió a estar en el centro de las noticias con el desplazamiento de Isela Costantini de Aerolíneas.

La salida de uno de los CEOs de Cambiemos de la gestión viene a impactar en momentos en que Cambiemos empieza a sentir en el cuerpo la tensión que le impone la debilidad política de origen. El arranque del año electoral aleja la disposición de sus contrincantes a un diálogo sin retribuciones y se erosiona sensiblemente la imagen del Gobierno y del presidente Macri. Los números de una encuesta reciente de Elypsis, que orienta Eduardo Levy Yeyati, académico, pensador adscripto al Gobierno, son elocuentes: el Presidente está en su punto más bajo de imagen positiva durante la gestión (41%, contra un 51% de juno pasado) y el más alto de rechazo en igual período (40% vs. 31% de hace seis meses). Mientras detectaba estos datos, la misma consultora relevó que los proyectos que estuvieron sobre la mesa que fueron fiscalmente más generosos cuentan con significativo apoyo, tanto los votantes de Macri como por los de Cristina Kirchner.

Antes que exponerse al veto, el Presidente entregó el proyecto de reforma propio, para aniquilar la resistencia combinada de sindicalistas, gobernadores y la clase media urbana de las principales provincias. Como con las organizaciones sociales una semana antes, ahora el Gobierno pactó un texto con mayores costos y más distorsiones, que le agregaron presión para llevar el torniquete a donde más pueda disimularlo. Ajusta en Aerolíneas, pero concede a los científicos.

El debate acerca de ganar con "gobernabilidad" o con la "economía ordenada" tiene doble estándar. En realidad, no está claro qué garantiza la recuperación más rápidamente. "En las elecciones, con un resultado óptimo, el oficialismo no llegará a mejorar mucho su número en el Congreso, pero el acuerdo de Ganancias, aunque con un texto malo, permite entrever queel Gobierno gobierna y que ninguno saca los pies del plato. Es bastante", confesaba un gestor de fondos.

La llave. En el Congreso hay otra llave que espera ansiosa, que es la reforma del mercado de capitales. La ley, que quedó para extraordinarias, es vital para el éxito del blanqueo de capitales. Allí se contempla una modificación al régimen tributario de los fondos comunes de inversión cerrados, que se crearán para recibir dinero que deberá esperar cinco años, financiará proyectos en la economía real y no significará multas para quienes exterioricen fondos. Pero sin ese cambio, se desalentará el blanqueo. Otro brote verde que se marchita.

Con sus costos, el que puede mostrar un éxito con muy pocas negociaciones a cuestas es el presidente del Banco Central. Federico Sturzenegger se pavonea de ya haber llegado a la inflación más baja para un segundo semestre desde 2008. En la cuenta simple de la inflación general que perciben las familias, un aumento del precio de los combustibles se compensa con una caída de las ventas de supermercados. Eso no quita que en las sumas y restas, en lo más bajo de la pirámide, esa suma cero se lleva puesta a la alimentación. El resto sería cuestión de la política de tarifas sociales y de la asistencia gubernamental. Pero en lo que hace a la inflación, proclama una misión casi cumplida.