Tanto se ha escuchado hablar de OnlyFans últimamente. ¿Será por el morbo? ¿La fascinación por lo nuevo? ¿El deseo de conocer el mundo de las trabajadoras sexuales virtuales? Sea por los clientes ansiosos o las chicas que necesitan ganar dinero, la plataforma no ha dejado de hacerse más y más conocida.
Pero si usted aún no la conoce, acá le cuento de qué se trata. OnlyFans es una plataforma para adultos donde (en su mayoría, pero no únicamente) mujeres suben imágenes y videos eróticos a cambio de una suscripción mensual. Las trabajadoras –puede ser cualquier persona mayor de edad, solo basta con hacerse una cuenta– pueden recibir, además del pago de cada mes, propinas en los encuentros en vivo.
El diferencial de la plataforma es que cada cliente tiene la posibilidad de tener una “relación cercana” con cada chica: con chats abiertos, o si pagan extra, videollamadas a su alcance, así como también pueden realizar pedidos específicos. El único requisito es que los suscriptores no tengan antecedentes de delitos sexuales.
Desde adentro. Wanda Bevilacqua tiene 23 años y es de zona norte. Empezó a trabajar desde los 18. “Porque lo necesitaba y quería”, dice. Dejó los estudios y comenzó su vida laboral en una empresa automotriz y permaneció en ese rubro hasta los 20. “En 2020 la empresa en la que estaba priorizó cosas que no eran justamente relacionadas con lo laboral, así que renuncié. Y después, quedé en la lona”, cuenta.
Pasó cinco meses sin ingresos hasta que vio una publicidad que le cambió la vida. “Con mis últimos mil pesos me metí en un curso básico de OnlyFans”, recuerda. En tan solo un mes, y con poca experiencia, hizo $ 200 mil. El curso no fue de mucha ayuda, pero en el trayecto conoció a una chica de Córdoba que le enseñó todo sin pedirle nada a cambio.
Ahora Wanda da sus propios cursos de OnlyFans. Y cuando no está dando clases, por ejemplo en las madrugadas, ella misma se dedica a subir su material a la plataforma. No es la única que da cursos para aprender a usar OnlyFans, son varias las chicas que ofrecen el mismo servicio. El de Wanda es un curso virtual que cuenta con cientos de alumnas, aunque, más bien, es una escuela, porque se imparten diversas clases. Algunas de ellas: “curso inicial”, “perfeccionamiento, “capacitación para dictar cursos”.
En las clases, las chicas aprenden a crear su cuenta, a hacer publicidad, a manejar billeteras virtuales y a generar un vínculo con el cliente, entre otras cosas. Las aspirantes de su curso deben cumplir un requisito fundamental: “Bloquear Argentina”.
“OnlyFans te permite bloquear países. Para trabajar conmigo debés bloquear Argentina para que nadie de acá pueda acceder a tu perfil y difundir las fotos. Ningún cliente mío en la plataforma es de Argentina. Al bloquear el país, nadie de mi entorno puede ver mi contenido. Yo trabajo con árabes, europeos, yanquis”, explica Bevilacqua. El motivo principal de este requisito es mantener la privacidad y el negocio. “Con que una desbloquee Argentina, expone a todas”, indica. Otro de los requisitos: la mayoría de edad. “Bajo ningún punto tomo menores de edad. De hecho, pido identificación”, afirma la modelo.
Las chicas. “Mis alumnas son las que buscan tener un ingreso extra, mamás que están solas con sus hijos, chicas que quieren independizarse –como hice yo–, mujeres mayores que se sienten seguras para trabajar en esto y, en general, las chicas que quieren salir adelante”, enumera Bevilacqua.
“Hay una chica que la estaba pasando mal y después de 15 días de empezar me mandó una foto con el changuito del supermercado lleno y dijo que estaba feliz. Que para ella eso era todo un logro”, dice Antonela, modelo de OnlyFans y dueña de Alana Models, una agencia que representa a las chicas.
“Otra chica, por ejemplo, gracias a este trabajo pudo mudarse de casa con su hijito porque estaba en una relación abusiva”, cuenta la dueña de la cuenta de Instagram @alana.models. “A veces la gente tiene prejuicios y la realidad es que no saben nada de la vida de cada una de las chicas, nada de lo que tuvieron que pasar. Para juzgar son todos rápidos, pero es un trabajo digno y honrado como cualquier otro”, indica.
“Hay gente que cree que tenés que ser una top model, superlinda, rubia de ojos claros, 90-60-90, y la verdad es que no es así. Hay gustos para todos. Todas las chicas son lindas, todos los cuerpos son lindos y todas pueden ganar plata con esto. No es cuestión del físico, sino de actitud y de perseverancia. Tampoco pasa por la edad. Hay mujeres de todas las edades. De 19 años, 35, 50…”, señala Antonela.
Público para todos. Ahora, imagino, querrá saber quiénes son los clientes. ¿Quiénes compran el contenido de las chicas? “Mi público en OnlyFans son hombres de 45 años para arriba. Nunca tuve chicos jóvenes. En estos años, noté que el hombre casado, o el hombre ‘poco agraciado’ es el que más usa OnlyFans. También el que busca compañía a distancia; nosotras cumplimos el famoso rol de ‘novias virtuales’”, asegura Wanda.
Las modelos suben videos grabados o hacen transmisiones en vivo que dependen “de lo que pidan”. Esto en la página se llama “custom” (personalizar). “Me crucé con un árabe que me envió 500 dólares para que me compre anillos y se los modele. Otros quieren que te burles de ellos: mientras más te rías, más te pagan. ¡Hay público para todo!”, admite la joven.
“Amo mi trabajo. Siento que está muy infravalorado, que se piensa que es mostrar el cuerpo y ya. Pero no, nada más lejano. Nosotras trabajamos muchas horas, invertimos en nosotras, en lencería, buenos teléfonos para sacar fotos de calidad, luces, tiempo, constancia. Elegiría OnlyFans toda la vida: trabajo desde mi casa y sin que nadie me dé órdenes. Lo único que no me gusta es lo maleducados que son algunos hombres”, dice Bevilacqua.
Madama virtual. Antonela, de Alana Models, trabaja como modelo de OnlyFans y tiene su agencia para representar a otras chicas. Empezó con la pandemia, “cuando explotó todo lo virtual”, dice. “Lo vi como una posibilidad, primero de hacerlo yo, y después de poder ayudar a otras chicas. Sí… Se podría decir que soy como una madama virtual, una moderna”, afirma.
“Aunque en realidad soy mucho más que eso. Muchas chicas no hablan inglés, así que hago de nexo para las traducciones. Si tienen algún problema, yo, como representante, respondo por ellas. Además, me doy maña con todo lo que es criptomonedas y billeteras virtuales, para que se puedan manejar en moneda extranjera”, cuenta.
“Éste es un ambiente jodido y a las chicas les doy confianza porque soy mujer, hablo el mismo idioma que ellas, soy argentina, me he encontrado personalmente con unas cuantas de ellas y hablamos todos los días. Hay muchas estafas y la mayoría de los mánager son hombres”, señala.
Antonela cuenta que los mánager internacionales buscan representar a mujeres que ganen más de 10 mil dólares al mes. “Por eso empecé la agencia. El margen se estaba empezando a acotar. Las chicas que recién empiezan no hacen esa cantidad de dinero ni de casualidad. También piden que tengan teléfonos carísimos, que tal vez en Estados Unidos o Europa sea fácil, pero en Argentina la realidad es diferente. Por eso me animé a empezar a manejar a las chicas”, admite.
“Las mujeres lo hacen porque les gusta. No les pesa, están contentas y no lo cambiarían por otro trabajo ni locas, eso te lo aseguro. Todas lo hacen de forma anónima, por una cuestión de respeto hacia su familia y a sus hijos, pero no porque no estén orgullosas. Desde mi lugar, creo que hay que honrar el trabajo sexual, porque es la fuente de ingreso de un montón de chicas”, sostiene Antonela. “No es un trabajo fácil, como todos creen. No es ‘me saco dos o tres fotitos’ y ya está, ni de un día para otro. Hay que dedicarle esfuerzo como a cualquier trabajo”, agrega.
“Hay agencias que te ayudan a conseguir muchísimos suscriptores en un plazo corto. En algún momento vas a tener más de cien suscriptores esperando a que hables con ellos. No vas a dar abasto y eso implica pérdidas. Eso es lo que quizá te facilitan estas agencias, que te cobran un porcentaje de tus ganancias”, revela la modelo “Irufoxy”, como se la conoce en las redes.
¿Prostitución? “No es para nada parecido a la prostitución. Siempre se lo compara. Conozco chicas que ejercen la prostitución y dejame decir que lo que sufren ellas, lo que les toca hacer, nosotras no lo sufrimos ni en un 1%. Acostarte con varios hombres yue abusan muchas veces de tu confianza no tiene nada que ver con la venta de videos que hacemos a través de una pantalla. Si nos sentimos incómodas, se bloquea y se termina”, apunta Wanda Bevilacqua.
“En la prostitución estás cara a cara, corrés peligro, sufrís maltratos físicos. No tiene nada que ver, pero la gente nunca lo entenderá. Yo no dejaría nunca OnlyFans. Estoy segura de que ningún trabajo te deja tanto dinero desde la comodidad de tu casa y con tus horarios”, opina.
“OnlyFans no es para todos. Si lo hacés es porque te gusta o, al menos, no te molesta”, indica “Irufoxy”, de 27 años. “La gente que opina que OF es parecido a la prostitución puede buscar el término en el diccionario. Una cosa es vender videos y fotos, y otra muy distinta es tener encuentros sexuales”, explica. “Yo estoy contenta porque muestro mi sensualidad y la persona que está del otro lado lo valora. Esto para mí es un arte. Y estoy orgullosa porque pago mis cuentas y me doy mis gustos”, concluye.
“Una de las ideas del feminismo prosexo es que las personas puedan tomar decisiones informadas sobre su propia sexualidad. Si esto les da algún tipo de rédito económico y así lo desean, es totalmente válido. Acá no es que se vende una persona como un producto, sino que la persona elige. Las personas tienen el derecho de ejercer total autonomía sobre su cuerpo”, plantea la psicóloga y sexóloga Noelia Benedetto.
“Hay creadoras de contenido para adultos que sí se consideran trabajadoras sexuales y hay otras que no. El trabajo sexual es un trabajo totalmente agenciado, autónomo. Entonces, OnlyFans quizás estaría cerca del trabajo sexual. La hipersexualización no tiene que ver sí o sí con una asociación a un efecto negativo. Podemos pensar este trabajo como una desigualdad de género, como la posibilidad de ascenso económico para una mujer”, piensa la licenciada.
¿Cuánto ganan? Y finalmente, la pregunta tan esperada. “Yo gano entre 15 mil y 20 mil dólares cada mes. Hay de todo: algunas ganan entre mil, 2 mil, y 3 mil dólares al mes. Otras 15 mil”, reconoce la fundadora de Alana Models.
Las mujeres que ganan más de 10 mil dólares por mes son una excepción. Wanda cuenta: “Llegué a ganar entre 3.500 y 4 mil dólares en mis inicios. Ahora que estoy más tranquila, gano entre 2 mil y 2.500, lo que me permitió construir mi casa desde cero, mi auto y toda mi vida en sí”.
La plataforma se lleva el 20% de las ganancias de las creadoras. Y las que trabajan con agencias también deben dar un porcentaje. Con la Inteligencia Artificial el futuro de la plataforma podría cambiar. Los trucos de la IA se pueden usar para “crear modelos” que tengan su página de OnlyFans, sin que una mujer real participe de la cuenta. El futuro ya está acá, porque las modelos artificiales ya han llegado a la plataforma.