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gaffes

Tres eventos de un sábado

Todos se preguntan por qué hasta hoy, martes 28 de octubre, el foro de la Biblioteca Nacional sigue en su mutis cuando se esperaba una nueva edición de sus “sí, Néstor” ante el saqueo previsional. En cambio sus mentores se lucieron junto al dirigente de la Unión de Trabajadores del Estado Tito Nenna, la presidenta del INADI del Ministerio de Justicia y el recientemente cesanteado director del Hospital Argerich en el Parque Lezama. El evento tuvo dos ejes: lanzar a Karta como canal de comunicación del kirchnerismo con la centroizquierda y promover un bloque opositor a la gestión de Macri. Según la gacetilla reproducida por Página/12 asistieron cuatrocientas personas.

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Todos se preguntan por qué hasta hoy, martes 28 de octubre, el foro de la Biblioteca Nacional sigue en su mutis cuando se esperaba una nueva edición de sus “sí, Néstor” ante el saqueo previsional. En cambio sus mentores se lucieron junto al dirigente de la Unión de Trabajadores del Estado Tito Nenna, la presidenta del INADI del Ministerio de Justicia y el recientemente cesanteado director del Hospital Argerich en el Parque Lezama. El evento tuvo dos ejes: lanzar a Karta como canal de comunicación del kirchnerismo con la centroizquierda y promover un bloque opositor a la gestión de Macri. Según la gacetilla reproducida por Página/12 asistieron cuatrocientas personas.
Otras mil se reunieron en Plaza San Martín para rezar un Rosario por la Argentina. El evento, convocado por la Legión de María, contó con el triple auspicio de la publicitaria Spinazzola, –recientemente descalificada en una licitación del Gobierno de la Ciudad–, de la empresa titular del Palacio San Miguel –propiedad de la familia del ingeniero Lombardi, ministro del Gobierno de la Ciudad– y por el propio Gobierno de la Ciudad. Según su página web, los organizadores actuaron “con la convicción de que si rezamos en comunión se producirá el cambio en los corazones”.
Y mientras mil rezaban y cuatrocientos aplaudían el llamado de Horacio González a “recrear el frente popular”, otros ochenta mil se embobaban ante las exhibiciones de un Fórmula 1 sobre la Avenida 9 de Julio. Era una operación promocional de Red Bull, bebida energizante objetada por nuestra Anmat y prohibida en varios países de la Comunidad Europea por su contenido de taurina, cafeína y el glucuronolactone, metabolito hepático de venta no autorizada sin prescripción médica. La prensa ignoró a Karta y no cubrió la oración, pero dio mucho espacio al ruidoso evento promocional que, gracias a la buena disposición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, interrumpió el tránsito durante seis horas del sábado. No fue esta la única gaffe promocional de la semana de Macri. Días antes funcionarios no identificados facilitaron las ruinas del Teatro Colón para un show promocional de zapatillas Converse, a cambio de ¡cien joggings! a repartir entre el cuerpo del bailarines de nuestro ex primer coliseo. ¿Habrán cobrado cien latitas de neuroestimulantes a cambio de atormentar la siesta de los vecinos y comprometerse con espectáculos para idiotas? Mirar a un Fórmula1 circulando en solitario sería como asistir a una exhibición de Maradona sin hacer sus jueguitos, pateando la pelota sin contrincantes ni arcos y sin más meta que patear y volver a patear con sus Adidas o sus Nikes.