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Trump TV

La moderación no está de moda, lo freak es lo estándar en el mundo del espectáculo actual. Y Trump, aun perdiendo, habrá tenido una cantidad de votos-rating nunca imaginada.

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Competencia de la Fox News. Así dicen en EE.UU. | cedoc

“Trump no quiere ser presidente, aprovechó la política para posicionarse con la mayor campaña de publicidad gratuita que se pueda obtener, usando a los medios y polemizando con ellos, para luego lanzar su propio canal de televisión. Por eso critica a los medios sin parar, para plantearse como alternativa. El 1º de enero, cuando Hillary asuma como presidenta, él anunciará el comienzo de Trump TV, que es lo que verdaderamente siempre quiso”. Esto lo dice off the record un importante especialista en comunicación política de Estados Unidos, devenido actualmente en funcionario de Obama, quien, consciente de que la política se fue transformando cada vez más en espectáculo, sabe que los medios que hacen espectáculos son cada vez más políticos. El canal de noticias conservador Fox News es ya casi un partido político, sustituyendo muchas veces en la representación del electorado de derecha al Partido Republicano. Siguiendo esa línea, lo que hizo Murdoch, el dueño de Fox News, al ocupar el espacio del Partido Republicano, es lo que querría hacer ahora Trump ocupando el espacio de Fox News. Y pondría al frente de su nuevo canal a Roger Ailes, quien después de dos décadas de conducir Fox News y ser su alma mater tuvo que renunciar hace pocos meses, acusado de acosar sexualmente a presentadoras y periodistas del canal.

Pero no se trata de un delirio del funcionario de Obama: como todas las noches el comité de campaña de Trump produce una especie de noticiero con videos que sube a Facebook, varios medios de comunicación hicieron la misma especulación. El importante sitio web norteamericano Vox, bajo el título “Nunca antes la Fox News fue tan vulnerable: ¿se viene Trump TV?”, publicó una nota contando que la audiencia de Fox News es vieja y Trump TV podría tomar a los conservadores más jóvenes. La pesadilla demográfica de la Fox News es que el promedio de edad de su audiencia es de 68 años, mientras que el de CNN es de 59.

También la National Public Radio, equivalente a nuestra Radio Nacional, difundió que los videos que se producen todas las noches desde el último piso de la torre Trump en Nueva York y se emiten por Facebook son en realidad el piloto de Trump TV.

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Cristina TV y Anti-Cristina TV tienen aquí más rating, como pasa en EE.UU. con Trump

Y la cadena de televisión NBC dijo que si Trump pierde las elecciones no se va a ir en silencio y tratará “de convertir esa audiencia en un canal de televisión para mantener su mensaje político frente a las decenas de millones de votantes que se espera lo elijan en estas elecciones”.

Automáticamente, el lector argentino pensará cómo no se le ocurrió al kirchnerismo hacer directamente Cristina TV con la ex presidenta, siendo protagonista de varias horas de programación diaria, aprovechando la grieta que tan buenos resultados de rating viene dándole a C5N, lo mismo que a la Fox News en Estados Unidos, que es el canal de cable de mayor audiencia de ese país.

A partir de que se introduce a la audiencia en “la era de la posverdad” inevitablemente se la conduce a la era del posperiodismo, donde ya no importa que sea verdad o siquiera verosímil lo que se difunda sino, como en cualquier espectáculo, que resulte lo más entretenido posible y en el debate el insulto sea la estrella.

En la contratapa del domingo pasado, al presentar el reportaje a Mario Wainfeld, uno de los más emblemáticos intelectuales kirchneristas, dijimos: “La audiencia enojada cambia de canal o de radio cuando aparece alguien que contradice sus opiniones. Pero la prensa escrita, que se dirige a una audiencia más formada, tiene la obligación de luchar contra la estrechez de miras, desafiando nuestra visión de la realidad para ampliarla con aquello que no compartimos. Disentir también requiere comprender”.

Pero un buen ejemplo de lo difícil que resulta para el periodismo competir con la tendencia de la audiencia a consumir sólo aquello que confirma su prejuicio son dos comentarios dejados en Perfil.com debajo del reportaje a Wainfeld. El primero: “Este diario de ideología kirchnerista da cada vez más asco y repugnancia...”. El segundo: “Fontevecchia, el ‘zurdito’ que vive en Barrio Parque, toma champagne francés y veranea en Punta del Este. Ya extraña a los K por su ‘noseque’ de marxismo”. Además, hay insultos a Wainfeld y al kirchnerismo.

El formato de nuestra prensa militante en una sociedad capitalista podría ser una especie de Trump TV

Considerar a PERFIL kirchnerista es un síntoma del grado de radicalización del debate político, donde no queda espacio alguno para alejarse de la polarización. Más fácil y redituable es hacer Cristina TV o Anti-Cristina TV y, en el futuro, cualquier otro significante que ordene la identidad negativa de la mayoría.

La moderación no está de moda, lo freak es lo estándar en el mundo del espectáculo actual. Y Trump, aun perdiendo, habrá tenido una cantidad de votos-rating nunca imaginada para un personaje de esas características. De hecho, su primer debate presidencial tuvo el mayor récord de audiencia de toda la historia de la televisión, con 81 millones de televidentes simultáneos. Una cantidad de millones de personas mayor pero comparable con quienes votarán por Trump aun perdiendo la elección del 8 de noviembre próximo, como se espera.

La especulación sobre un hipotético Trump TV es la versión posmoderna, y adecuada a un país hipercapitalista como Estados Unidos, de la prensa militante que produjo el fenómeno populista en Sudamérica. Y también, aunque en escala infinitesimal, del área de producción de contenidos para redes sociales que tiene el gobierno de Macri. Porque, más allá de las ideologías y los estilos, la idea de tener un medio de comunicación directo con el público, saltando la intermediación de los periodistas, es común a todos los políticos. La tecnología lo hace cada vez más factible.