El 8M es un día que conmemoramos la lucha de quienes nos precedieron y la renovamos con nuevos desafíos. El fin de semana pasado, PERFIL reflejó muy bien esto, esperamos continúe todo el año. Porque la lucha no se limita a un día o un mes, es permanente. Hubo muchos anuncios desde el discurso del Presidente el 1M planteando la necesidad de eliminar discriminaciones ancestrales contra las mujeres, anunciando la presentación de proyectos de leyes, desde el de legalización del aborto y la protección de madre/hijo los primeros mil días desde el embarazo, hasta la ratificación del convenio de la OIT sobre abuso/violencia laboral.
Además, hubo otros como el del canciller sobre la reapertura de la Dirección de la Mujer en la Cancillería, la designación de dos embajadoras políticas, la reapertura del Salón de las Mujeres, la inauguración de la Sala de las Mujeres, Género y Diversidad, contigua a la anterior en Casa de Gobierno, y la puesta en funciones de la Dirección de Economía de las Mujeres, Género y Diversidad en el Ministerio de Economía. Pero los anuncios son promesas, necesitamos realidades. Esperamos que estos anuncios sean pronto realidades que beneficien a TODA la diversidad de mujeres en todo el país.
Por eso seguimos en las calles reclamando. La huelga y la movilización de las mujeres que se realizaron el 8 y 9 de marzo fueron ejemplos. La nota de Clara Fernández Escudero, en Sociedad el domingo, muestra que este año abarcó dos días con diversidad de eventos pero todos reclamando la igualdad.
Las manifestaciones artísticas diversas son muy ricas en demostrar discriminaciones, incluida la muestra “La mujer y el cine” en CABA. En El Observador, la nota de Senen González y Bossoer plantea un análisis histórico muy amplio de las luchas y cómo las mujeres trabajadoras fueron el motor.Y lo siguen siendo, ya que muchos reclamos se refieren a ellas.
¿Por qué luchamos ahora? La nota del domingo “Embarazo adolescente: al Estado le cuesta $ 32 mil millones anuales” presenta un reclamo que tomó fuerza los últimos años frente al aumento de esta maternidad y su impacto en la vida de les adolescentes y sus hijes y en el país. Este estudio pone en valor económico el costo del embarazo adolescente, que complementa el impacto en la vida de las niñas y sus hijes, que es grave y díficil de expresar económicamente.
Este es un motivo que mueve a niñas y adolescentes a reclamar y manifestarse. Otro reclamo es la inclusión de mujeres en actividades exclusivas de hombres, una presión que va abriendo camino lentamente. La entrevista a Natalia Chapuisat, camionera de Colón (pcia. de Bs. As.), en Acciones, es un buen ejemplo. Pero como aún existen restricciones legales que limitan la participación de las mujeres en algunas actividades, se deben eliminar.
Es prioritario disminuir la concentración de las tareas de cuidados no remuneradas en las mujeres, porque limitan su inserción laboral. Esto se reclama desde hace años, la respuesta del Estado es clave, ya que debe haber instituciones estatales que apoyen a las familias, como guarderías infantiles u hogares de día para ancianos y enfermos mentales. En todos estos casos el personal que realiza estas tareas son mujeres y ellas también son trabajadoras que necesitan jubilación, obra social y regulaciones que las protejan. Esta es una gran deuda del Estado y con las políticas de ajuste estructural en los 90 cerraron estos ámbitos y no se restablecieron.
Estas son algunas de las reivindicaciones que hoy reclamamos, a ellas se suma que acabe la violencia contra mujeres y niñas, ya que junto al avance de los derechos logrados aumenta la violencia de género. La nota en Policiales, el domingo, de Nicolás Fábrega lo muestra, al comentar los datos del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven: 63 mujeres fueron asesinadas en los dos primeros meses del año. Si esta tendencia continúa, este año se superará la cifra de 2019, ahora es una cada veinte horas. No podemos permitir que esto continúe, necesitamos que se implemente la ley de prevención, atención y sanción de la violencia contra las mujeres, que se mejoren o implementen mecanismos de acompañamiento a víctimas y que se concrete la capacitación en todos los estamentos, especialmente en la Justicia; la ley Micaela, para que mejore la perspectiva que aplica en estos casos. Esperamos que esto se logre pronto.