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vacunación

Un largo y sinuoso camino

Los millones de dosis anunciadas para enero no se sabe cuándo llegarán. Solo se sabe que se hará un uso político.

Temes Lawfare
La nueva composición del Consejo de la Magistratura abrió una grieta entre Horacio Rosatti y Cristina Kircher. | Pablo Temes

La publicación del artículo de Denis Lugonov y colaboradores con los datos de la fase III de la investigación de la Sputnik V en el último número de la muy prestigiosa revista médica The Lancet aportó la información auditable que estaba faltando sobre la vacuna rusa. Contrariamente a la interpretación con aires futbolísticos que hizo el Gobierno acerca del significado de la publicación, el artículo de marras es de una enorme importancia para aportar los datos necesarios acerca de la seguridad de la Sputnik V que, desde hace meses, reclamaban no solo los especialistas de la Argentina, sino también del mundo. Lamentablemente, el uso político que el gobierno de Vladimir Putin hizo de la vacuna, comenzando por el anuncio hecho en agosto pasado de que Rusia tenía la vacuna –cuando en realidad lo que había era el comienzo de la investigación–, pasando por la decisión de nombrarla Sputnik –en una clara alusión a la competencia contra los Estados Unidos en tiempos de la Guerra Fría– y el lanzamiento del inóculo antes de que fuera auditado por organismos de reconocimiento internacional, generó dudas y sospechas, tal cual lo señala el artículo de opinión firmado por Ian Jones y Polly Roy publicado también en la última edición de The Lancet. Se habla allí de las críticas que recibió la vacuna motivadas por “un apresuramiento inapropiado, los atajos y la falta de transparencia en la información”.

En este marco generado por la muy buena noticia que significa que la Sputnik V tenga ahora la auditabilidad de la que carecía, es absolutamente increíble ver como, con sus marchas y contramarchas, el Gobierno acabó por transformar esa buena nueva en fuente de problemas porque, lo que ahora se sabe es que los millones de dosis de la vacuna rusa anunciadas en forma reiterada por el Presidente para enero no estuvieron y tampoco se sabe cuándo van a estar. Por eso la negociación a toda prisa con China por una de sus vacunas.

Lo que sí se conoce es la intención del Gobierno de hacer un uso político de la vacunación. Esa es una de las razones principales que da aire a la discusión acerca de la postergación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Sin la épica de la vacunación, una gran parte del oficialismo enfrenta con temores el desafío electoral. Es una visión que comparten varios gobernadores peronistas y dos opositores: Gerado Morales de Jujuy y Gustavo Valdés de Corrientes. La postura de La Cámpora es absolutamente opuesta. Sin las PASO sus posibilidades de avanzar con su proyecto de poder se caen.

Es insólito ver cómo el Gobierno se expone –una vez más– a una verdadera  contradicción, porque el argumento de suspender las PASO a causa de la pandemia implica reconocer lisa y llanamente que el plan de vacunación anunciado por el Presidente no se cumplirá.   

Echale nafta al fuego. “Estamos generando conflictos por falta de respuestas con mayor cintura política. Los dichos de Pietragalla y Cafiero sobre Formosa fueron un error. Son temas para bajarlos de los medios con declaraciones equilibradas. El silencio y la ratificación de Donda fue en la misma dirección. Y ahora la postulación de un ex abogado de Cristina y Parrilli para la Cámara Federal porteña y de Ramos Padilla para un juzgado con competencia electoral es volver a acelerar en temas muy delicados”, decía en tono de queja una voz de la estrecha cercanía de Alberto Fernández.  

“Esa costumbre de echarle nafta al fuego nos termina perjudicando a todos. Es bien propia del kirchnerismo duro pero esta semana Santiago Cafiero entró en el juego. Es muy difícil hacer equilibrio cuando desde el otro lado de la coalición te presionan y tildan de blando”, concluía la misma fuente con indisimulable fastidio.

Estas son algunas muestras de lo que dejó la semana. Veamos cada caso: ante la grave situación que atraviesan los formoseños como resultado de las restricciones impuestas por Gildo Insfrán –“un amigo”, según el Presidente– Amnistía Internacional elevó la voz de alerta. El secretario de Derechos Humanos viajó a la provincia y declaró que las denuncias tenían intencionalidad política y que “en los centros de aislamiento tenían buena comida y aire acondicionado”. Santiago Cafiero redobló la apuesta: “No necesitamos que nos vengan a decir lo que tenemos que hacer con los derechos humanos” para luego por orden del Presidente tener que volver sobre sus pasos y recibir a la cúpula de la organización.

El avance sobre la Justicia es, hasta aquí, imparable. El Senado designó a Alejo Ramos Padilla como titular del Juzgado Federal 1 de La Plata. Ramos Padilla ha demostrado especial sensibilidad para intentar obstruir el avance de la causa de los cuadernos que afectan a Cristina Fernández de Kirchner y varios de sus secuaces. No solo eso, intentó sentar un peligroso precedente para el trabajo de los periodistas a través del procesamiento, luego revocado por la Cámara Federal de Mar del Plata, de nuestro colega Daniel Santoro. En su nuevo cargo, Ramos Padilla tendrá competencia electoral en la provincia de Buenos Aires, distrito clave para los planes del kirchnerismo. Además, el Ejecutivo cometió un nuevo gesto obsceno. Envió al Senado el pliego de Roberto Boico –que fue abogado de CFK y Oscar Parrilli– para que pueda ocupar un lugar en la Cámara Federal porteña.

“Les interesa que Boico entre lo antes posible a la Cámara Federal porque interviene en casos de corrupción. La misma donde el oficialismo ya reincorporó a Eduardo Farah por decreto de AF. Boico no fue cualquier abogado de Cristina, fue su letrado en la causa del memorándum con Irán”, dijo un experimentado juez que supo sufrir los embates del oficialismo. No obstante surge una pregunta: ¿puede un abogado que defendió a alguien acusado de un delito ser, a la vez, juez de esa causa? ¿No debería ser esta circunstancia un motivo de excusación del magistrado en cuestión? Y si así no lo hiciere, ¿no debería ser recusado?

El tema judicial cobra creciente preponderancia para la ex presidenta en funciones. En la semana que comienza se aguarda el fallo en la causa de la ruta del dinero K que involucra a Lázaro Báez. Sería una sorpresa una sentencia absolutoria. Eso es lo que preocupa a Cristina Fernández de Kirchner. Ese es el motivo principal por el cual buscó regresar al poder. Y es el motivo por el cual necesita hacer realidad el sueño de retenerlo para siempre.

Producción periodística: Santiago Serra.