El ocaso político del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad podría tener un impensado impacto negativo para la diplomacia argentina. Es que si la decodificación de los silenciosos mensajes que llegan desde Teherán está en lo cierto, y el líder persa que desafió a Occidente puede perder toda la influencia que supo tener, la Argentina encontrará un nuevo escollo para otorgar justicia a las víctimas de la AMIA.
Ahmadinejad ratificó esta semana el memorándum que había sido firmado por el canciller Héctor Timerman y su par iraní, Alí Akbar Salehi, en Adis Abeb, Etiopía. Pero el negacionista más famoso del Holocausto lo hizo de una manera particular, al punto de poner en duda el futuro del propio acuerdo.
El artículo 6 de ese memorándum establecía que para entrar en funcionamiento, debía ser remitido “a los órganos relevantes de cada país, ya sean el Congreso, el Parlamento u otros cuerpos, para su ratificación o aprobación de conformidad con sus leyes”. Esa instancia ya no será tenida en cuenta en Irán. Y, en ese contexto, ahora resta saber cuál será la legitimidad que tendrá el pacto argentino-iraní para el futuro gobierno de la República Islámica creada en 1979.
Ocurre que Ahmadinejad apuró la aprobación a sólo dos meses de dejar el poder y a muy pocas semanas de la elección del 14 de junio que decidirá a su sucesor. Por lo visto, el presidente iraní entendió que lo que él mismo había autorizado no podría avanzar entre los pasillos del poder de Teherán.
¿Cuál será el destino de una causa que nace abortada desde sus inicios? Y, lo que es más preocupante, ¿por qué Cristina Kirchner confió en un gobierno poco transparente? ¿Acaso Timerman le hizo creer a la Presidenta que sus gestiones podrían vencer los intereses de Irán, algo que en los últimos años ni siquiera pudo lograr la unión de la diplomacia de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China?
“Nosotros siempre hemos demostrado nuestra solidaridad con las víctimas argentinas y esperamos que de esta nueva colaboración y este diálogo que surge entre los dos países podamos encontrar la verdad para ellos”, confesó a PERFIL Alí Pakdamán, el representante de Ahmadinejad en Buenos Aires, cuando se iniciaban las negociaciones entre Irán y la Argentina. “Lo único que puede darles tranquilidad a los familiares de las víctimas es encontrar la verdad y la justicia”, completó el diplomático iraní. Las últimas noticias demuestran que falta mucho para alcanzar ese ideal.
“Después de casi 19 años del atentado AMIA se logra, por primera vez, un instrumento legal de derecho internacional entre Argentina/Irán para avanzar en el conocimiento y en la verdad sobre el ataque terrorista del 18 de julio de 1994”, se entusiasmó Cristina en enero, con la liviandad que ofrece Twitter. Pero de aquel anuncio no ha quedado nada. Sólo la confirmación de que la Argentina firmó un acuerdo con pocas garantías. Y ya sabemos cómo terminan esos pactos