Wang Yi, principal asesor de Exteriores del presidente chino, Xi Jinping, y el secretario del Departamento de Estado estadounidense, Antony Blinken |
Europa Press
Atenta a todo lo que se publica sobre la compleja situación de Francia, no le hago asco a las fuentes más radicalizadas de la izquierda y la derecha, no eludo ningún medio hegemónico, fisgoneo redes sociales en busca de más. La información resulta increíblemente abundante: es que es nada menos que Francia el escenario de tantos problemas que convergen sin dar respiro. Y yo soy de la legión de personas que, entre la preocupación y el morbo, no discriminan fuentes al momento de enterarse, de modo que los dimes y diretes (y hasta la conspiranoia) están incluidos.
Es nada menos que Francia el escenario de tantos problemas que convergen sin respiro
El rumor me llega por la madre de un amigo que, un poco por azar, un poco porque tiene lo que se conoce como “relaciones” participó en mayo de una cena muy top en París, donde había altos funcionarios del gobierno de Macron. Me cuenta que la mayor parte de las conversaciones que pudo oír versaron, como en medios y redes, sobre Inteligencia Artificial, sustitución del trabajo humano, próximas pandemias, inmigrantes pobres, robótica y control social. Pero también escucha algo que aún no ha hecho su descenso al llano, algo que la gilada de la que casi todos formamos parte no está debatiendo: un conflicto bélico entre los miembros de la OTAN y China, para 2027. “¡¿China?!” Me alarmo: ¿Esa tortuga gigante que trabaja a 5 mil años y siempre esconde la cabeza? ¿La que nos provee de casi todo lo que usamos? ¿La de las granjas de cerdo? ¿La que nos metió de lleno en la trampa de la soja? ¿La que Biden, el demócrata gagá, parece enfrentar con los pocos ánimos que le quedan? ¿La que, cuál damisela de corte, coquetea con gobiernos y millonarios globales para no entregar casi nada? ¿China? ¿La de la sopa de Wuham? ¿En serio?
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Corro a consultar a un colega especialista en política internacional, tras fracasar con otros que están en la nebulosa como yo. Me da a leer un artículo de The Washington Post que dice que el “Jefe de Comando de Movilidad Aérea norteamericano acelera los preparativos para un posible conflicto con el gigante asiático”. Me pasa otros artículos, pero no sigo leyendo. Advierto que me resulta más tranquilizador especular sobre la Inteligencia Artificial, como Dios manda, y no sobre una guerra de esta magnitud. Después de todo, a los rumores, se los lleva el viento.
