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Usurpación semántica

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17 de Octubre = kirchnerismo. Metonimia igual para feminismo, ambacentrismo, derechos humanos. | pablo cuarterolo

Vivimos atrapados en dos simetrías falsas. Falsas como resultado de apropiaciones voluntarias e involuntarias de significantes metonímicamente transferidos al término kirchnerismo. Para los antiperonistas, peronismo = kirchnerismo. Para los libertarios, feminismo = kirchnerismo. Para los gobernadores, ambacentrismo = kirchnerismo. Para Bessent y Trump, quienes no voten por Milei, oposición = kirchnerismo. Para los propios kirchneristas, derechos humanos = kirchnerismo.

Simetrías que, en este caso, resultan una formulación más bella para describir la relación binaria de nuestra política que vulgarmente en periodismo llamamos polarización. Simetría es “correspondencia exacta de forma, tamaño y posición de las partes de un todo respecto a un eje”. Y simetrías fue el término que utilizó para la política la filósofa Diana Maffía tomándolo de la geometría: en la puerta de Academia de Platón estaba escrito: “Que no entre quien no sepa geometría”, porque antes de avanzar en filosofía había que saber geometría, la ciencia exacta que para los antiguos griegos, por su armonía y proporción, permitía la “elevación del alma”.

Pero entrevistando ayer en el programa de las mañanas de radio y televisión de Perfil a Diana Maffía, dada su condición de directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, surgió primero que se sentía ofendida como feminista por los dichos de Patricia Bullrich culpando al feminismo por la violencia que los hombres ejercen contra las mujeres (“si pisoteás al hombre se te viene en contra”) en el contexto de nueve femicidios en poco más de una semana, entre ellos los resonantes casos del triple femicidio narco y el doble femicidio en Córdoba del creador de Varones Unidos.

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No solo se refirió al negacionismo de crímenes de género por parte de Bullrich, sino también del ministro de Justicia, Cúneo Libarona, y de Javier Milei en su discurso de Davos, sumado a la eliminación de organismos y presupuestos destinados a políticas públicas que promuevan la igualdad de género y combatan las violencias contra las mujeres, la asociación libertarismo = antifeminismo emergió sola como espejo invertido a la asociación de feminismo = kirchnerismo. Dijo Maffía: “Buena parte de la hostilidad con el feminismo es su interpretación como un fenómeno kirchnerista”, cuando, paradójicamente, la mayor representante de ese campo político, Cristina Kirchner, se proclama no feminista, y contraria, luego abstencionista, a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo.

Como Diana Maffía el día anterior había sido declarada Personalidad destacada en el ámbito de los derechos humanos por la Legislatura de Buenos Aires, la asociación llevó inmediatamente a otra forma de usurpación semántica: “pasa con los derechos humanos también” por “la apropiación de un sector por una batalla que es de todos”. Pero no toda esta constelación de metonimias ha sido responsabilidad del kirchnerismo en su voracidad por apropiarse de causas nobles y masivas, sino también producto de un fenómeno inverso por parte de sus opositores catextizando ideas y fuerzas negativas para sus adherentes como significantes del kirchnerismo, sumado a la comodidad cognitiva que simplifica al absurdo el pensar.

Probablemente como resultado de una cultura bipartidista como la norteamericana, el ya “argentino” secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, y Donald Trump condensan a todo el arco de partidos diferentes a La Libertad Avanza como peronistas sin percibir la existencia de Provincias Unidas, radicalismo, socialismo y dos docenas de partidos provinciales que compiten electoralmente con La Libertad Avanza. Por lo mismo llaman en su país peronista los miembros más críticos del Partido Demócrata.

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Pero ya sea como calificativo elogioso o peyorativo, si kirchnerismo se convierte en el término comodín para sustituir sustantivos cargándolos de valoración, lo que se terminará produciendo es el regreso del kirchnerismo, cuando este gobierno se compruebe fallido o altamente insuficiente, algo bastante probable. Si llagáramos a “no Milei” = kirchnerismo, podría darse en un futuro que cientos de miles de personas fueran a San José 1111 a pedir por el regreso de Cristina al poder, y ella podría salir por la puerta caminando con su tobillera intacta sin que ninguna fuerza de seguridad pudiera impedirlo, obligando a la Corte Suprema a desdecirse con cualquier excusa jurídica, como en 1930 terminó considerando constitucional el golpe de Uriburu por tratarse de un hecho consumado irreversible.

Si el significante “no Milei” se sintetizara en Cristina Kirchner, tendremos lo que en el libro El regreso del péndulo Zygmunt Bauman (con la colaboración de Gustavo Dessal) explicaba como carácter de la era líquida: “Movimiento cíclico en las sociedades modernas entre dos polos opuestos: seguridad y libertad”. Como ni la total seguridad ni la total libertad son sustentables mientras no encontremos equilibrio duradero, buscamos constantemente la solución fantasiosa en uno u otro extremo. De Cristina a Macri, de Macri a Cristina, de Cristina a Milei, de Milei a Cristina, donde Macri y Milei son el significante anti que nos regresa en círculo.

Ayer, 17 de octubre, cuando el peronismo cumplió 80 años, Cristina Kirchner tuvo desde San José 1111 un balcón con mayor protagonismo del que hace un año hubiera tenido desde el Instituto Patria o la presidencia del Partido Justicialista. La ceguera paradigmática del antiperonismo, los errores del presidente Milei, económicos y políticos, como decir que fue él quien decidió meter presa a Cristina, generan condiciones para que el cartel que pide “Cristina libre” cambie por “Justicia para Cristina”.

Lo mismo, libertarios ignorantes cantando “saquen al pingüino del cajón para que vea que los pibes cambiaron de idea, llevan las banderas que trajo el león” lo que lograrán será que el kirchnerismo salga de su decadencia.

Continúa en: "Trump y Georgieva crean kirchnerismo"