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MACRI ANTE LA PRENSA

Zona de Riesgo

No parece que la comunicación política pueda reemplazar a la política y menos en tiempo de crisis.

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Un momento crucial para el gobierno y para el presidente | Cedoc Perfil

Zona de riesgo fue un exitoso programa protagonizado por Rodolfo Ranni y Gerardo Romano emitido en la televisión argentina en los 90s. Acorde con aquel clima de época, la trama relataba las internas y luchas de intereses al interior de una empresa.

Aquel fuerte título viene a cuenta de la compleja situación actual Argentina, donde la crisis económica comienza a traducirse en crisis política. Alta inflación, tasas de interés imposible para las actividades productivas, tarifas monumentales para los usuarios residenciales y comerciales, la brusca reducción del déficit fiscal acordada con el FMI son algunas de las premisas que conllevan a una aguda recesión que comienza y promete extenderse en el tiempo.

El problema se torna político en el momento que se observa en todas las encuestas de opinión un derrumbe de la imagen del presidente, y la consiguiente contracción de su intención de voto. Los guarismos actuales ya no le asegurarían el presidente el primer puesto en la general. Para colmo de males muchos votantes de Cambiemos, disgustados con la gestión del gobierno nacional empieza a ver con simpatías una candidatura de María Eugenia Vidal, que a su vez tiene que dar explicaciones por aportantes irregulares en la Campaña bonaerense.

En este entorno el presidente decidió dar una conferencia de prensa que cerca del círculo áulico de la Casa Rosada se presentaba como el relanzamiento de la imagen presidencial.

Fueron diez preguntas de una diversidad de medios y temas. Quienes esperaban anuncios, rectificaciones o autocríticas se quedaron decepcionados. Por el contrario, en todas las respuestas buscó la defensa cerrada de su gobierno, la ratificación completa del rumbo incluso frente a un oscuro panorama social y económico que planteó de entrada en su pregunta-descripción el decano de los periodistas en Casa Rosada Roberto Di Sandro. Con la repetición sistemática de la palabra tormenta el presidente adjudicó todos los problemas actuales de su mandato a una inclemencia externa por fuera de su dominio, aunque no dejó pasar los problemas heredados del gobierno anterior, y -parte de una nueva narrativa- sobre décadas de gobiernos equivocados.

Si no había algún anuncio en particular, ¿por qué hizo esta conferencia de prensa? Simplemente por razones de marketing político. La finalidad fue mostrar cercanía, diálogo, empatía con los graves problemas de la mayoría de población y mostrar que conoce lo que está pasando. ¿Lo logró? Cada uno podrá sacar sus conclusiones, sin embargo, se vio a un presidente a la defensiva al cual cada día se le suman nuevos problemas sobre su escritorio.

La única decisión política que confirmó fue por la negativa: no se discontinuará la reducción de las retenciones a la soja, contrariamente a los que ya parecía una decisión tomada de común acuerdo con el FMI. En este punto desentraña el país que el presidente tiene en la cabeza, y así lo expresó con claridad en la conferencia: uno exportador de bienes primarios, fundamentalmente agricultura, minería, y otros productos primarios, no hubo mención en su discurso de las pequeñas y medianas empresas, ni de la industria con la excepción de la automotriz.

Queda la pregunta flotando si el presidente logró, al menos parcialmente, correr la línea de la zona de riesgo en que el país se encuentra desde la explosión del modelo gradualista, la corrida cambiaria y el abrazo al Fondo que lejos está de tranquilizar a los argentinos y a los mercados. No parece que la comunicación política pueda reemplazar a la política y menos en tiempo de crisis.       

(*) Sociólogo (@cfdeangelis)