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Alejandro Allub

A corazón abierto

Fue figura de Los Pumas y es cardiólogo infantil. Opina sobre la imputación a médicos en el marco de la pandemia, la necesidad de ayuda social y la estigmatización del rugby como deporte violento.

Alejandro Allub
Cambio de hábito. Alejandro Allub fue integrante de Los Pumas y hoy es un reconocido cardiólogo pediatra de Córdoba. | Fino Pizarro

Alejandro Allub admite que hoy está más cerca del tenis que de cualquier otro deporte. “Lo practico como hobby, estoy muy lejos de un nivel competitivo”, aclara el cordobés que brilló en el rugby como segunda línea del Jockey Club Córdoba y del Perpignan francés y que fue integrante de Los Pumas en el Mundial de Gales 1999.

“Me invitan mucho para dar charlas en los clubes. Allí cuento mis experiencias como jugador y hablo de entrenamiento”, refiere sobre su actual vínculo con el mundo de la pelota ovalada. “No es algo que me llegue, al menos por el momento”, señala sobre la posibilidad de dedicarse algún día a la dirección técnica. 

El presente, dominado por la pandemia, encuentra al “Turco” jugando un partido aparte como profesional de la salud. Allub es cardiólogo pediatra y trabaja en el Hospital de Niños, donde fue director en dos períodos, y en una clínica privada. “Afortunadamente la afectación del coronavirus a nivel pediátrico es casi nula. No obstante, todos los médicos estamos disponibles para guardias o refuerzos si se produce el famoso pico”, comenta.

Ni héroe ni villano

Allub estima que Argentina alcanzará la mayor cantidad de contagios de COVID-19 en la primera quincena de junio. “¿Qué nos hace especiales o únicos para no tener picos? El frío y la mayor circulación de gente por la liberación de actividades forman un combo propicio para la propagación del virus. El pico llegará y seguramente en los próximos días”, enfatiza. “Dentro de todo aquí hemos cumplido con la cuarentena. El aislamiento social es lo que le permite acomodarse al sistema de salud, que en nuestro país por suerte aún no fue puesto a prueba como en Brasil o Chile”, añade.

Sobre las imputaciones a dos de sus colegas por el contagio masivo en un geriátrico de Saldán, el ex jugador de Los Pumas sostiene: “Ser médico es la profesión que uno eligió y no hay que considerarse mejor que otras personas por eso. No sé si es para que nos aplaudan, porque no somos héroes, pero tampoco para que nos discriminen o nos traten como villanos. Una cosa es la irresponsabilidad o la negligencia, y otra muy distinta son los riesgos que conlleva trabajar en un área como salud”.

“Esas cosas desalientan”, afirma sobre la medida judicial que motivó la masiva protesta pública del lunes pasado. “En mi caso tengo el antecedente de un infarto (lo sufrió en 2001 luego de un test match entre Los Pumas y All Blacks en Nueva Zelanda), soy paciente de riesgo y tranquilamente podría pedir una licencia, pero no me da la cara para hacer eso”, puntualiza.

La otra pandemia

“En una situación tan inédita y cambiante es preferible tomar decisiones extremas y no cometer errores, como sucedió en España o Italia”, sostiene Allub sobre las medidas sanitarias que se han dispuesto. Más allá de esta postura profesional, el ex Puma no permanece ajeno a las desigualdades y necesidades que se incrementaron por la cuarentena. 

“Desde hace cuatro años tenemos un merendero en barrio Ampliación Ferreyra, que funciona durante el año escolar. Como no pudieron empezar las clases, dijimos ‘hay que hacer algo’ y largamos colectas de alimentos para asistir a las personas más vulnerables”, cuenta. Alrededor de 190 familias se vieron beneficiadas por esta iniciativa en los últimos dos meses. 

“Lo prudencial ya se hizo, que fue el parate. Ahora prima la salud y también lo económico, lo laboral y lo social. No se puede desmentir una realidad sanitaria pero tampoco hay que dejar de ver la situación difícil que nos dejará la pandemia”, concluye.

Allub Jockey Club Córdoba

 

El rugby que viene


Con más posibilidades, iguales reglas y menos estigmatización. Así visualiza Allub el rugby post-pandemia. “Me encanta que haya show, que los estadios estén llenos y que los partidos sean más vistosos”, afirma sobre el profesionalismo que en Argentina hizo pie con la irrupción de las franquicias Jaguares y Ceibos.

“En Francia puede cumplir el sueño de dedicarme sólo a jugar, y es bueno que se abran más chances de progreso deportivo y económico”, subraya. Sobre el regreso a las canchas dice: “Lo veo lejos, aunque en Australia y Nueva Zelanda ya se avanzó con los nuevos protocolos. ¿Las reglas? No tiene sentido cambiarlas”. 

El asesinato de Fernando Báez Sosa, el pasado 18 de enero en Villa Gesell, puso al rugby en el ojo de la tormenta y Allub no le esquiva al tema. “Que sea un deporte de contacto no significa que sea violento. La violencia es una problemática de toda la sociedad y trasciende a cualquier ámbito”, sostiene. “Aquí hablamos de la muerte de un inocente y de una actitud repudiable y cobarde de un grupo de personas que jugaban al rugby. Obvio que debe ser un llamado de atención para todos. La casa, el colegio y el club deben ser ámbitos que se involucren en la educación”, concluye.