Del mismo modo que ocurrió a nivel nacional, el kirchnerismo parió en Córdoba algunos medios a través de los que buscó, infructuosamente, ganar prestigio y votos. El caso cordobés más emblemático tal vez haya sido el diario La Mañana de Córdoba, fundado en la última parte de la década del ’90 por Julio Ramos y que, después de varios pases, terminó en manos de empresarios vinculados a la obra pública y al exintendente de Villa María, Eduardo Accastello. Con un final que terminó con el cierre del medio y empleados reclamando vía judicial la millonaria deuda de aportes patronales que los empresarios K no realizaron. Como así también, los pedidos de indemnizaciones que nunca se cristalizaron.
El proyecto político del kirchnerismo terminó llevando al diario al cierre, con un cambio de línea editorial que también mutó a medida que pasaron las distintas administraciones. Las cuales se dieron, sobre todo, a partir de la llegada del kirchnerismo a Casa Rosada. En 2007, cuando Néstor y Cristina Kirchner entendieron que a las elecciones provinciales en Córdoba había que llegar poniendo los huevos en las dos canastas, el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, junto al por entonces poderoso Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, afianzaron la alianza con José Manuel de la Sota y el respaldo en esos comicios fue para Juan Schiaretti. En tanto, el sector más progresista, vía Alberto Fernández, decidió el apoyo a Luis Juez, quien pretendía saltar de la intendencia a la gobernación, en unos polémicos comicios que el juecismo se encargó de denunciar como fraudulentos.
Esa campaña, la del 2007, tuvo en La Mañana de Córdoba el aparato mediático para ensuciar la imagen del ahora integrante de Cambiemos con operaciones que incluían hasta una costosa campaña gráfica en la calle anunciando los títulos en contra del por entonces intendente.
Sin embargo, el desembarco formal de Jaime en el diario se produjo en marzo del 2009, previo a las elecciones legislativas, cuando el kirchnerista a través de la firma Delome S.A. le compró el diario al Grupo Uno de Daniel Vila y José Luis Manzano en 4,9 millones de pesos. La empresa, tenía al frente a quienes están denunciados como testaferros de Jaime: Manuel y Julián Vázquez.
La operación en aquel momento incluyó además a la radio LV2, tradicional en la sintonía cordobesa y que también quebró con la empresa conducida por Ignacio Soba Rojo al frente.
Desde ambos medios, el apuntado siempre era Juez, enemigo político de Jaime. El exsecretario, tuvo a sus alfiles al frente de ambos medios hasta la muerte de Kirchner, en octubre de 2010. Fallecimiento que coincidió con el comienzo del declive de la radio cordobesa.
En ese momento, quienes entraron a jugar fueron Walter Rubino, dueño de la empresa Ivecor, también dedicada a la obra pública K en la provincia, y Fernando Salvi, operador político del kirchnerismo, hoy transformado en legislador schiarettista en la Unicameral. Rubino estuvo al frente hasta principios de 2011 de La Mañana de Córdoba y LV2, año en el que cerró la radio. Y año en el que, los peronistas de Unión por Córdoba entregaron la lista completa de legisladores nacionales al kirchnerismo.
Tras un nuevo pase de manos, y con los empleados cobrando los sueldos hasta en tres veces, además de las deudas de aportes -situaciones que se repitieron durante desde 2011 hasta el cierre definitivo del diario en junio de 2016-, el último ingreso lo hizo Gerardo Varetto, empresario oriundo de Río Tercero, también vinculado a la sospechada obra pública K. Él, junto a Carlos Cajal, quien fuera tribuno de cuentas de ADN -se fue tras una denuncia del propio Tomás Méndez- y Gustavo Torre, exintendente de Corral de Bustos y asesor de Juez en el Senado, fueron los que le dieron el toque de gracia al medio.
La derrota electoral de Daniel Scioli en 2015 terminó siendo para este grupo de kirchneristas vinculado a Accastello el motivo suficiente para cerrar el diario tras 20 años en la calle. Situación que derivó en denuncias que se sostienen hasta el día de hoy.
Los que impulsaron aquellas acusaciones, casi en simultáneo con la causa de las cajas en CBI que también tuvieron denunciado a Accastello y Fernando Boldú, sostienen que si se llega a demostrar el vínculo del exintendente con el diario –“su gente llamaba todas las noches para controlar los títulos de la tapa”, dijeron en su momento los delegados gremiales- puede ser otro dolor de cabeza para el villamariense. Hoy, más preocupado por lo que pueda decir José López en el marco de la causa de los cuadernos.
Pulxo, el caso más reciente
Otro de los intentos fallidos del kirchnerismo por copar medios en Córdoba fue la radio Pulxo, de cierre definitivo hace apenas dos semanas. En el 95.1 del dial, el intento de Electroingeniería de disputarle el aire a la poderosa Cadena 3 con Sergio Zuliani y Omar Pereyra al frente duró cuatro años, con muchos cambios en la artística que no se tradujeron en el share.
De los dos ex conductores de la radio de Mario Pereyra, el único que estuvo hasta el final fue Zuliani; tratando de sostener el barco que tuvo en la gerencia general a Juan Acosta, hijo Osvaldo, el socio de Gerardo Ferreyra, uno de los empresarios detenidos en el marco de las causas de los cuadernos que lleva adelante el juez Claudio Bonadio.
Finalmente, se conoció en las últimas semanas que la empresa se vendió a CNN para que la cadena internacional arribe a las frecuencias de las radios cordobesas.
El intento del Grupo Olmos. También a finales del 2007, el Grupo Olmos pretendió aterrizar en Córdoba con el proyecto mediterráneo del diario Crónica. Tras la elección con derrota de Luis Juez, Augusto Varas, por entonces hombre fuerte de la UOM cordobesa, pretendió desconocer a su jefe político y disputarle la personería del partido con un diario en su poder. La aventura duró escasos meses, el proyecto nunca vio la luz y los Olmos debieron presentarse en Córdoba a pagar por las deudas del metalúrgico cordobés.