Todavía falta un minuto para que sea el mediodía y a 14 kilómetros de Córdoba, en Malvinas Argentinas, los negocios empiezan a bajar las persianas, cerrar la puerta, poner chapas en las ventanas o entrar los percheros que hay en la vereda con ofertas de ropa. Lo primero que llama la atención es la tierra: sólo hay tres calles asfaltadas que delimitan el centro de una ciudad plana con falsos edificios: apila electores en domicilios inexistentes, como en la calle San Martín sin numeración donde en 2015 estaban registradas 65 personas con esa dirección en su DNI.
Primera fisura: el documento argentino es como una navaja suiza. Sirve para acreditar la identidad o el estado civil, para autorizar la donación de órganos, para asentar el domicilio y también para votar. Los usos del domicilio configuran la primera falla en el armado de los padrones electorales. En Argentina las elecciones están regidas por el derecho público: lo que está en juego es la autoridad del Estado. El domicilio de las personas -regido por el derecho privado- determina el lugar de votación.
Los padrones electorales están basados en la información que brindan los registros civiles municipales y provinciales al Registro Nacional de las Personas (RENAPER) a partir de la simple declaración de domicilio e identidad de quienes están habilitados para votar. El RENAPER le entrega la información a las secretarías electorales de cada distrito para que terminen de confeccionar el padrón que luego será usado el día de la votación. El único requisito para fijar domicilio es la libertad.
“Es necesario que quien vota conozca el lugar para saber qué es lo que le conviene a ese grupo social. El domicilio electoral no sólo es un domicilio individual porque tiene relevancia colectiva con efectos institucionales: el lugar donde está fijado condiciona a todo un grupo social y el resultado determina a sus instituciones”, explica José Pérez Corti, abogado especialista en derecho constitucional e integrante de la Relatoría Electoral y de Competencia Originaria del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba.
El dudoso crecimiento del padrón malvinense. La provincia de Córdoba está organizada en circuitos electorales definidos por municipios que a su vez integran departamentos. Por ejemplo, Colón tiene 31 localidades, entre municipios y comunas. La provincia refleja un crecimiento del 11,37% en sus padrones entre 2011 y 2015, mientras que sólo el departamento Colón, en el mismo período, registra un incremento del 16,12%.
Malvinas Argentinas -una ciudad dormitorio que pertenece al departamento Colón- registra en el mismo período un crecimiento del 41%. La mitad de los electores que incorporó fue en el 2015, última elección municipal. Fue la primera vez que en las elecciones irrumpió un nuevo movimiento político: Malvinas Despierta, el movimiento de los asambleístas que impidió la instalación de la planta de semillas transgénicas Monsanto, que se posicionó como la segunda fuerza electoral, históricamente dominada por radicales y peronistas.
Al cruzar los datos de los padrones de 2013 y 2015 aparecen cambios de domicilios de vecinos que viven en Floresta Sud, Floresta Norte, Arenales o El Quebrachal y votan en Malvinas Argentinas. Barrios que pertenecen a la ciudad de Córdoba y están separados por una calle o una ruta de la ciudad donde tienen domicilio electoral. Como resultado, se sumaron 371 personas a los padrones del 14 de junio de 2015, cuando el oficialismo ganó las elecciones por una diferencia de 439 votos.
En la casa donde Alberto tiene registrado el domicilio electoral suena el teléfono. Responde una mujer: “Equivocado”. La explicación es sencilla. Alberto hace 30 años que vive en la ciudad de Córdoba y dice que en la casa donde sonó el teléfono (calle Belgrano al 200) tiene un local comercial aunque por fuera, nada de cuenta de esto.
-¿Usted tiene domicilio en Malvinas Argentinas pero vive en Córdoba?
-Sí, en Malvinas Argentinas tengo mi negocio.
- ¿Y no quiere hacer el cambio de domicilio para comenzar a votar en la ciudad donde vive?
-No, todas las elecciones voto allá.
No hay delito. Cien domicilios que aparecen en los padrones electorales de 2015 mostraron irregularidades, como la de Alberto, con respecto al lugar de residencia de los electores. Quince domicilios del padrón de Malvinas Argentinas de ese año registran más personas que la media. Cuando en los padrones figuran calles sin número es un indicador de irregularidad. Sin embargo, en Argentina no es delito hacer un cambio de domicilio aún cuando la dirección declarada no coincida con la real. Los padrones muestran el flujo de electores: la migración interna que hay entre las distintas ciudades.
La puerta de la casa de Ana es una tabla de madera. Vive en Floresta Sud en un asentamiento sobre terrenos fiscales, en tierras del Estado que están en la ciudad de Córdoba, pero tiene domicilio en Malvinas Argentinas. “La Municipalidad me dio la posibilidad de comprar este terrenito. Después, al trámite por la documentación me lo hicieron ellos, la gente del Registro Civil. Y esa documentación me sirve también para atender a mi hijo en Malvinas”, cuenta Ana. Vive a seis cuadras del Centro de Salud Evita que está sobre la ruta y atiende las veinticuatro horas pero sólo a quienes tienen domicilio malvinense.
Motivos oficiales del cambio. Silvina González, ex Secretaria de Desarrollo Social en Malvinas, es la intendenta actual y prima del intendente anterior, Daniel Arzani. A su vez, la Secretaría de Gobierno está ocupada por Nicolás Arzani, hijo del ex intendente. Y Arzani actualmente es Secretario General de la Municipalidad de Córdoba. Todos responden a la Unión Cívica Radical.
Consultada para la investigación, González reconoce que el padrón de Malvinas Argentinas creció de golpe: “Creo que mucha gente estaba esperando la consulta popular por la instalación de Monsanto e hizo el cambio de domicilio para poder participar. Otro tema para hacer el cambio es para obtener las licencias de conducir: mucha gente lo hace por cuestión de tiempo, llega más rápido".
Beatriz vive en El Quebrachal, una zona rural a 5 kilómetros de Malvinas Argentinas donde ella tiene asentado su domicilio. “A mí en la Municipalidad me dieron un litro de aceite, un paquete de polenta y 100 pesos. Para dármelo me pusieron el domicilio de la Iglesia Cita con la Vida y me dijeron que debía ir al día siguiente a realizar el cambio, pero no fui. Mi hermana en su documento declara que vive en Belgrano S/N que es un domicilio que se usa para anotar personas. Tiene el domicilio en Malvinas para poder hacer uso de los servicios que brindan pero vive en Quebrachal hace 33 años”, cuenta.
Registro Civil en edificio municipal, y otras irregularidades. Hay tres motivaciones para hacer el cambio de domicilio en Malvinas Argentinas: sacar el carnet de conducir (los turnos son más rápidos, hay menos gente y menos autos y el requisito es tener domicilio en Malvinas Argentinas); acceder al sistema de salud público que hay en la ciudad o para recibir asistencia social de la Municipalidad ante la ausencia del Estado de la Ciudad de Córdoba y de la Provincia.
Ante esta situación, Pérez Corti aclara: “Cada Registro Civil debería contar con un oficial, una persona con la calidad y la responsabilidad necesaria investida por el RENAPER para cumplir la función de oficial del Registro, para certificar los datos que recepta y la información que es remitida al Registro Nacional”. Aún así, dos testigos y una declaración jurada en sede policial es suficiente para tener domicilio en Malvinas Argentinas.
El Registro Civil de Malvinas Argentinas funciona en el mismo municipio. En este marco, los candidatos opositores de la última elección coinciden en que se produjo un crecimiento irregular del padrón que dio lugar a prácticas irregulares el día de la votación.
Silvia Vaca, candidata de Patria Grande, cuenta: “Siempre se aprovechan de la vulnerabilidad, de los que están alrededor de Malvinas y necesitan un centro de salud 24 horas, son los que necesitan la asistencia de la Municipalidad. Los cambios de domicilio son la clave”. Y explica que el día de la votación hubo desorientación. “Encontramos gente que no era del lugar, y te dabas cuenta porque preguntaban dónde quedaban las escuelas”. Santiago Fernández, concejal de Malvinas Despierta, coincide con Vaca.
El día de las elecciones hay mucho trabajo para los remiseros. Durante el 2015, Javier trabajaba en una de las tres remiserías de la ciudad. Cobraba el 35% del total de la recaudación diaria pero aquel 14 de junio hizo viajes que no cobró: emitía un ticket y al finalizar el día los entregó a su empleador para cobrarlos. Javier cuenta que después de las elecciones su empleador canjeó el valor de los tickets por el monto equivalente a impuestos que le correspondía pagar por brindar servicio público de transporte.
Después de las elecciones hubo un desequilibrio financiero. “La Municipalidad quedó endeudada los dos meses siguientes: no pudieron pagar a término los sueldos”, cuenta Vaca. Según fuentes consultadas, en la primera sesión extraordinaria las nuevas autoridades debieron pedir un adelanto de Coparticipación Provincial para pagar salarios a los empleados municipales, aunque la intendenta desmintió problemas con los pagos.
“Los fondos se aplicarían con afectación específica para cubrir el desequilibrio financiero que atraviesa el municipio para abonar los haberes correspondientes a diciembre de 2015 y el saldo adeudado de los haberes correspondientes al mes de noviembre del mismo año”, dice el Proyecto de Ordenanza.
Más electores por mesa. En 2013 con 9851 electores y tres escuelas había 32 mesas de votación habilitadas para las elecciones legislativas. En el 2015 con 11928 electores para elegir intendente sólo hubo 24 mesas habilitadas. Según Hugo Mazzalay, candidato por Malvinas Despierta, agregar más cantidad de electores por mesas fue una maniobra del entonces intendente Arzani para lograr que las personas no fueran a votar. Según un cálculo estimativo deberían haber ingresado un voto cada dos minutos. Si fueran todos los electores a votar sólo tendrían un minuto y medio para hacerlo.
El domingo 14 de junio de 2015 los vecinos de Malvinas fueron a votar. De los 11928 electores habilitados para emitir el sufragio sólo fueron 6789, un 57% del total del padrón. Hubo siete listas y los resultados fueron: Frente Para la Victoria, 121 votos; Vecinalismo Independiente, 178; PRO, 344; Patria Grande, 379; Unión por Córdoba, 726; Malvinas Despiertas, 2301 y la UCR 2740 votos, convirtiéndose en la fuerza ganadora de la elección.
Y si bien González ganó la intendencia, Malvinas Despierta se quedó con tres de los siete concejales y está a cargo del Tribunal de Cuentas.
Este trabajo se realizó junto al programa de becas de producción de la Fundación Connectas, con la colaboración especial de Open Data Córdoba.
Textos: Richard Heurtley y Florencia Gordillo
Gráficos: Patricio del Boca