La “Reforma Laboral” puede mejorar la situación de los trabajadores: por qué impulsaría el empleo
El 52% de los trabajadores están en la informalidad o son monotributistas, sólo una tercera parte corresponde a los asalariados privados. La nueva Ley de Bases se podría convertir en una oportunidad para incentivar al empleo en el país.
Ley de Reforma Laboral |
Cedoc
Virginia Giordano
Con más de la mitad de la fuerza laboral en condiciones de informalidad es necesario replantearse la legislación laboral vigente. Luego de la caída del capítulo laboral del DNU, habría una nueva oportunidad con la nueva Ley Bases.
Derechos Laborales: ¿Privilegio de Pocos? El argumento convencional para esquivar el debate sobre la reforma laboral suele girar en torno a la protección de los derechos de los trabajadores. Sin embargo, paradójicamente, la realidad revela que son pocos los que realmente disfrutan de derechos laborales plenos.
El mercado laboral argentino exhibe una marcada segmentación. El 52% de los trabajadores son informales o cuentapropistas, ocupados en empleos de baja productividad. Esta disparidad se traduce directamente en una remuneración promedio que apenas alcanza la mitad de lo percibido por el segmento más formal y dinámico, que representa el 31% de la fuerza laboral. Por otro lado, el 17% restante corresponde a empleados del sector público.
Esta situación se mantiene desde hace años. Desde 2013, el número de empleados en relación de dependencia –en blanco– en empresas privadas está estancado en seis millones. Lo único que creció en la última década fueron los empleados públicos un 21% y los asalariados no registrados y los cuentapropistas un 72%.
Desde el punto de vista social, quienes ocupan este tipo de puestos de trabajo generan ingresos que apenas superan el costo de la Canasta Básica Total. Es decir, el nivel que necesita una persona promedio para superar la condición de pobreza. Esto subraya la estrecha conexión entre los graves problemas laborales enfrentados por más de la mitad de la fuerza laboral y la persistencia de niveles de pobreza que afectan al 41,7% de la población.
La necesidad de una reforma laboral es imperiosa.
Aún en épocas de bonanza económica fue casi nula la generación de empleo de calidad, esto cercena las oportunidades de progreso a una gran parte de la población.
Uno de los principales obstáculos al crecimiento de buenos empleos, además de la coyuntura económica actual que no favorece, son las instituciones laborales. Muchas datan de las décadas de 1970 y 1980, y no se han adaptado a los enormes cambios que ha tenido la sociedad.
Entre las principales limitaciones a la creación de empleos de calidad, se encuentran los altos costos laborales no salariales que desincentivan la contratación formal. Por otro lado, las escalas salariales y otras condiciones laborales impuestas por los convenios colectivos sectoriales, se aplican de manera uniforme a una amplia gama de empresas, sin tener en cuenta las diferencias entre grandes empresas en áreas metropolitanas y las pequeñas y medianas empresas en el interior del país.
Otro factor de desincentivo es la incertidumbre por los desproporcionados gastos al finalizar una relación laboral, dado que la indemnización por despido se ve incrementada por una serie de multas “privatizadas”, ya que en lugar de ser dirigidas al Estado, se destinan al trabajador y a los honorarios de abogados. Generando más incentivos a demandas laborales.
Las leyes que pretenden ser una "protección al trabajador", están lejos de serlo. La falta de actualización de las regulaciones laborales condena a un número creciente de personas a empleos que operan al margen de las normativas laborales. Por lo tanto, la modernización de las instituciones laborales se vuelve urgente e imprescindible.
Una oportunidad: la nueva Ley Bases
Luego de la caída del capítulo de reformas laborales del DNU, solicitada por centrales obreras y distintos sindicatos, se abre una nueva oportunidad ya que se estaría por tratar una nueva versión de la Ley Bases que incorpora cambios al mercado laboral.
Uno de los temas que se estaría por someter a votación legislativa es la modernización de la registración de los trabajadores mediante el uso de medios electrónicos y la posibilidad de que los empleadores regularicen relaciones laborales previamente no registradas o erróneamente registradas, ofreciendo beneficios significativos como la condonación de multas y sanciones anteriores.
No obstante, aún quedarían aspectos de vital importancia por abordar para ir a una reforma de fondo. Estos son: la descentralización de las negociaciones colectivas que permitiría que las empresas de menor tamaño negocien acuerdos directos con sus trabajadores, con el fin de ajustar las remuneraciones y condiciones laborales a su realidad específica; y la necesidad de establecer un mínimo no imponible para las cargas sociales en las pequeñas y medianas empresas (pymes). Además, aunque se avanza en la modernización de la registración laboral, persisten formalidades que complican el proceso y dificultan su comprensión.
