De la misma manera que ocurrió en los anteriores dos recesos legislativos bajo el segundo mandato del gobernador Juan Schiaretti, el clima en el ámbito de la Legislatura cordobesa se mantiene con la misma temperatura que marca el termómetro en enero en Córdoba. O, inclusive, por momentos lo supera. Sucede que durante en 2016, los ánimos se exacerbaron a partir del ajuste previsional con la Ley 10.333 votada en la última sesión del 2015; un año más tarde, el escenario se repitió con la Ley de Bosques, proyecto que incluyó el protagonismo de Doña Jovita –dentro y fuera del recinto- y terminó sin tratarse al no haber acuerdo entre los bloques. Además de la presencia en las calles de organizaciones sociales, movimientos campesinos y partidos de izquierda, que terminaron motivando que el tratamiento se archive hasta nuevo aviso.
Este enero, el foco está puesto en la reforma al Código Electoral, cuyo proyecto ingresó en los últimos días del año pasado con la firma de Oscar González y Carlos Gutiérrez, presidente provisorio del cuerpo y jefe del bloque de Unión por Córdoba (UpC), respectivamente. Ambos, son los peronistas con más poder en la Unicameral y quienes marcan el ritmo no sólo de lo que se discute en las sesiones sino también de lo que se debate en comisión. El proyecto, en su esencia, permite que aquellos que se presenten como candidato a gobernador puedan asumir, en caso de perder en la carrera a El Panal, como primer legislador de su partido por distrito único. De manera similar a lo que ocurre actualmente en el Municipio capitalino, donde los cabeza de lista de cada elección a intendente que pierden la contienda, asumen como primer concejal de su bloque.
Ruidos en el oficialismo y la oposición. El proyecto podría debatirse en la segunda sesión del año, el próximo 7 de febrero, y será uno de los temas que tratará de imponer en la agenda el propio Schiaretti en el discurso de apertura de sesiones el 1º de febrero. Lo que habilitará, también, a los primeros cruces con la oposición que ya se muestra dividida en torno a la reforma.
Un legislador del Frente Cívico reconoció a PERFIL CORDOBA antes de finalizar el 2017 que era “innecesaria” una nueva modificación después de haber debatido al respecto “el año pasado”. La referencia del juecista era hacia lo que se debatió sobre el final del 2016 y la reforma que incluyó: la limitación a una sola reelección de legisladores provinciales, tribunos de cuentas y jefes comunales en distritos que no tengan Carta Orgánica; y el soporte digital para la Boleta Única de Sufragio (BUS) en 2019.
Lo que se suma ahora, lo ven en Cambiemos como una estrategia para dividir a la oposición. Uno de los socios cordobeses de Mauricio Macri afirmó a este medio que esto apunta a “subir a la pelea a los partidos más chicos que, con alguna polémica, van a terminar acompañando”.
Pero no solo en la coalición tripartita observan de reojo la modificación que busca introducir el schiarettismo en el comienzo del 2018. En el propio seno de UpC, los legisladores que responden de manera directa al exgobernador José Manuel de la Sota ya anticiparon que debatirán el proyecto en los próximos días. Probablemente, en una reunión en la que también se definirán detalles de la reaparición en Córdoba del caudillo con base en Río Cuarto programada para la primera mitad de este año.
Un parlamentario del riñón delasotista confesó desde sus vacaciones a este medio que “no está claro a qué sector beneficia”. “Hay varios a los que ya les hizo ruido de arranque y que están firmes en no acompañar, aparte ellos vienen sosteniendo que cuentan con los votos. Veremos. Por ahora, parece que esto beneficia a un solo sector”, dijo.
Lo cierto es que, si bien el oficialismo afirmó que ya cuenta con los votos para aprobar la reforma en el comienzo del período legislativo, Cambiemos y el delasotismo, ya empiezan a mostrar su cartas en torno a esta cuestión.