“¿Una década ya pasó? ¡Qué increíble!”, exclama Mario Rubén González, más conocido como Jairo, al evocar el fallecimiento de la poetisa, cantautora y dramaturga María Elena Walsh, una celebridad de la cultura argentina a la que el trovador cordobés recuerda como “una gran amiga y una muy buena consejera”. El cruzdelejeño cuenta con detalles cómo se enteró de la noticia aquel 10 de enero de 2011: “Yo estaba en Corrientes y me llamaron de Canal 13 de Buenos Aires para hacer una entrevista. Era para hablar de eso… No sabía nada. Realmente me sorprendieron”.
En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, Jairo compartió algunas de sus vivencias con María Elena Walsh, pero antes se refirió al legado de la artista: “Nos dejó una obra que es universal y atemporal. El ejemplo más grande es ‘Como la Cigarra’, que la compuso como algo muy personal y terminó siendo una bandera contra la dictadura. No hay muchos autores que tengan esa particularidad. Serrat, a lo mejor. Ella logró hacer realidad aquella máxima que dice que cuando se habla de uno se habla de todos”.
Dibujitos. “La conocí en 1972 en Buenos Aires. Yo vivía en Madrid y ella ya había hecho cosas muy famosas, más allá de su obra infantil. Siempre me había impresionado mucho. Era una de las figuras más sólidas de nuestra cultura, desde donde se la viera. Un gran talento como escritora, como cantante, como autora. Le dije a un amigo que quería conocerla y nos presentaron en la Editorial Lagos. Allí hablamos poco y nada. Me había escuchado cantar y me dijo que le gustaba mi voz. Después nos fuimos a caminar a Plaza Lavalle y charlamos muchísimo. A mí siempre me gustó la pintura y como María Elena era egresada de Bellas Artes hablamos bastante de dibujitos y demás. Estaba un poco disgustada por una crítica que le habían hecho. De ahí surgió ´Como la Cigarra`, si no me equivoco. Fue un primer encuentro muy bueno y muy sorprendente”.
Fiesta y sorpresa. “En 1974 María Elena estaba en Francia y me invitó a la celebración de sus 44 años en casa de Pepe Fernández, un íntimo amigo suyo que era fotógrafo, pianista y periodista. En aquellos tiempos yo era muy fan de Julio Cortázar y me pasaba todo el día hablando de él. Caminaba por Paris buscando las calles por las que habían andado los personajes de ‘Rayuela’, para ver si lo encontraba. Era una especie de locura juvenil, algo así como buscar una aguja en un pajar. En la fiesta éramos siete u ocho y en un momento tocan el timbre y me mandan a abrir la puerta. ¡Casi me caigo de espaldas cuando lo vi a Cortázar! Tenía una figura muy imponente y por la sorpresa empecé a retroceder. Después le tuvieron que explicar por qué había reaccionado de esa manera”.
“Acá tenés chances”. “Me lo dijo una vez en Paris. María Elena conocía muy bien la ciudad y el medio artístico, y era muy visionaria y orientadora. Hicimos una docena de temas que cantó ella y canté yo. El más conocido es ‘El valle y el volcán’. También grabé ‘Canciones para mirar’, un disco con 15 temas suyos. Y otro muy particular… Ella hacía una diferencia muy marcada entre canciones y poemas y me tomé el atrevimiento de ponerle música a una de sus poesías. Cuando se lo conté no le gustó, pero cuando la escuchó sí. A tal punto que ‘Vidalita porteña’ pasó a formar parte de su repertorio. Teníamos una relación epistolar muy buena y una vez me mando un poema precioso que decía ‘mis ganas de verte son como racimo de uvas celestes; mis ganas son como el brillo de la manzana; son como gotas de rocío que, una por una, forman un río’, y también le puse música”.
Venceremos. “En 1983 me vine a Argentina para vivir la vuelta de la democracia. En Francia estaba insoportable con ese tema, así que mi señora prácticamente me echó de casa. Apenas llegué coincidí en un programa de TV con Raúl Alfonsín, a quien había conocido seis meses antes en Paris. Ahí me invitaron a participar en el cierre de su campaña, en el Obelisco, y dije que sí. Después me puse a pensar: ¿qué se canta en un acto político? Llamé a María Elena, que siempre fue una buena consejera, y quedamos en que apenas se nos ocurriera algo nos íbamos a comunicar. De repente se me cruzó una versión increíble que ella había hecho de ‘Venceremos’, una marcha del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Marqué su número para contarle y cuando atendió me dijo ‘Venceremos’. Esa fue la demostración más cabal de la gran conexión que teníamos”.
POSTERGADA. El cantante de Cruz del Eje tenía programada para 2020 una actuación a sala llena en el Teatro del Libertador. "La suspensión de una gira es un golpe duro cuando uno ya está veterano", sostiene.
Dos discos en las gateras y una gira por remontar
Jairo cuenta que transitó “con muchos altibajos” el aislamiento impuesto por la pandemia, aunque hoy se reconoce feliz por haber podido concretar uno de sus proyectos para 2020: el trabajo discográfico que celebra los 50 años de su primera grabación. “Nos agarró a mitad de camino pero decidimos terminarlo. Al final van a ser dos discos: uno sale ahora y el otro en mayo. Hay muchos invitados y dos temas de María Elena Walsh”, dice.
El cantautor de Cruz del Eje sostiene que su próximo objetivo profesional será “intentar remontar” la gira que arrancó el 15 de febrero pasado en el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires y que incluía una actuación en el Teatro del Libertador de Córdoba. “Aunque se trató de algo inevitable, la suspensión de una gira es un golpe duro y más difícil de sobrellevar cuando uno ya es veterano y está contando las actuaciones que le faltan”, enfatiza.