Perfil
CóRDOBA
PENSAR EN EL OTRO

Empatar para igualar

Germán Laborda es el presidente de la Fundación Empate, que trabaja con personas con síndrome de Down y su modelo es elogiado en todo el mundo.

Germán Laborda
FUNDACIÓN. Hoy ya tiene 92 voluntarios y 110 alumnos en Córdoba y una sede en San Francisco con 25 chicos. | Gentileza Fundación Empate

Germán Laborda tiene 37 años, es analista de sistemas egresado de la Universidad Tecnológica de Córdoba y se desempeña como encargado del área de desarrollo de software en la Caja de Jubilaciones. De lunes a viernes realiza esa función de 7.45 a 14.30. Y el resto del día se dedica de lleno, ad honorem, a la presidencia de la Fundación Empate.

Este proyecto, que ya lleva cinco años y se inició como una escuelita de fútbol en barrio Juniors, apoya y acompaña a personas con síndrome de Down, generando nuevos espacios y actividades gratuitas para el desarrollo psicomotor y social.

Hoy ya instituida como fundación tiene 92 voluntarios y 110 alumnos de todas las edades en Córdoba, además de una sede en San Francisco con 25 alumnos.  Desde hace cuatro años también están instalados en Lima, Perú, donde hay más de 100 alumnos. Además, trabajan junto con Uefa Foundation, en un proyecto a tres años para expandir el modelo con franquicias sociales y gratuitas en Buenos Aires, Tucumán y Mendoza.

“El lanzamiento de Empate fue el 16 de febrero de 2017. Hasta ese momento todo fue por redes sociales. Había pasado mi proyecto a mis conocidos y se empezaron a sumar colaboradores. Ese día se presentó y el apoyo digital se hizo real. Unas 400 personas fueron a la presentación. Nosotros éramos unos 20 colaboradores y teníamos inscriptos a 25 alumnos. Caímos en la cuenta de que estábamos gestando algo que iba a ser grande. Empezó como escuelita de fútbol, al otro año ya dábamos clases de tenis, después alquilamos la casa, que es la sede, donde hacemos el taller de música y arte, y, también, tenemos el emprendimiento que se llama Masa-mano Pastelería”, relata Laborda en el diálogo con PERFIL CÓRDOBA. Y se entusiasma mientras describe las actividades y el crecimiento
que ha tenido esta fundación que despierta elogios, reconocimientos y premios por su labor social.

Emprendedor –le gusta leer, aunque ahora tiene poco tiempo– el año pasado hizo un posgrado en la Universidad Católica sobre Organizaciones Sociales. Y es un amante del deporte, practicó durante 30 años básquetbol con la camiseta de Deportivo Maipú, incluso llegó a jugar en la Selección de Córdoba. Tiene un tatuaje del Club Maipú y otro de la Fundación Empate. Una experiencia personal cuando era chico le hizo tomar este rumbo que se afianzó y llevó a la concreción tras ver la problemática de un amigo.

A propósito, narra: “A los 11 años transité la escuela de verano con una persona con síndrome de Down, me fue enseñando de chico, sin que nadie me explicara. Comencé a naturalizar la convivencia con la discapacidad. Luego, a los 33 años, hablando con un amigo que tiene un hijo con síndrome de Down me contó todas las barreras sociales que tiene que superar a diario su hijo, como conseguir un banco en el colegio, ser aceptado en la prepaga, ser incluido en la escuelita de fútbol del barrio y millones de cosas más. Entonces me puse en los zapatos de ese papá, con la empatía de si fuese yo. Me generó bronca, impotencia, mucha tristeza; y ese fue el clic que me ayudó, junto a esa afinidad que tenía de niño, a hacer algo por esta comunidad que es muy golpeada”.

Germán Laborda

LAS SATISFACCIONES DE GERMÁN
A Laborda se lo nota apasionado. Cuando habla de los alumnos que asisten a la fundación o de los colaboradores comienza una ametralladora de emociones en sus palabras. Y expresa: “La fundación me ha dado estos cinco años incontables satisfacciones. La satisfacción personal es aprender todos los días un poquito más a convivir en una sociedad inclusiva. Me forma como persona. Tenemos una ambición por generar espacios y proyectos para la fundación, para ofrecerles armas gratuitas a las personas con síndrome de Down”.

–¿Tenés algún referente?
–Emanuel Ginóbili, por lo que representa adentro y afuera de la cancha. En la fundación tenemos una camiseta que nos regaló él y está firmada. Está al lado de la camiseta que nos dio Facundo Campazzo. Facu es embajador de la Fundación Empate. Pero mis mayores referentes son mi familia, ellos me inculcaron valores desde chico, que hicieron que hoy tenga este rol social. También mi pareja, que me banca en todas y está al lado mío trabajando en la fundación.

Laborda