Con números, indicios y encuestas en mano de lo que puede llegar a ocurrir el 22 de octubre con las Legislativas nacionales, los socios cordobeses de Cambiemos empezaron a pensar en la fase que viene. La que arranca después de los comicios y que tiene como próxima parada el 2019 con el desafío de interrumpir los 20 años consecutivos del peronismo en el poder.
Algunos más explícitos, otros más cautos y algunos tantos utilizando terceros para enviar los mensajes, lo cierto es que todos tienen la cabeza puesta en la “bendición” que llegará desde Buenos Aires con Mauricio Macri como el gran elector en el territorio mediterráneo.
Según algunos sondeos, la lista que encabeza Héctor Baldassi tiene grandes chances de superar el 50% de los votos y confirmar así al distrito como el que más respalda la gestión presidencial. O la figura del presidente Macri. Atentos a esto, varios empezaron a asomar el hocico y apuran el paso para no quedar lejos de la foto que se viene. La que puede definir al dueño de los principales despachos de El Panal a partir del 2019.
La interna macrista. Si Baldassi, desde el tope de la boleta, alcanza un triunfo que rompa el umbral de los 50 puntos –algunos hablan del 54%, todo un símbolo en los últimos tiempos desde 2011 para acá-, podría estar en condiciones de ir a Casa Rosada el lunes siguiente y pedir. Ahora bien: pedir qué. Hay quienes deslizaron la posibilidad de hacer un tiro por elevación que implique quedarse con la presidencia del bloque que hoy encabeza el también diputado por Córdoba y rival interno del ex árbitro, Nicolás Massot. Esto significaría, además, pegarle en un costado a Emilio Monzó, presidente de la Cámara de diputados y, junto con el propio Massot, responsables de las elecciones en Córdoba en 2013 y 2015.
Motivos suficientes, junto al resto de labor parlamentaria que significa liderar una bancada, que alcanzarían para alejar a Baldassi de ese objetivo. “Representa más un significado para el ‘círculo rojo’ de la política, da chapa pero termina quitando otras cosas”, sostienen cerca de Baldassi y casi que descartan esta posibilidad.
La otra disputa que encabezará el macrista a partir del 23 del mes próximo es la que tiene con otros integrantes del partido en Córdoba, como su compañero de bancada en el Congreso, Javier Pretto. La interna entre ambos mermó en los últimos meses pero los que conocen la interna saben que la firma por la paz vence con las Legislativas; a partir de ahí, desde Casa Rosada hay carta blanca para que esa diferencia se termine de dirimir en Córdoba y, en lo posible, sin esquirlas que vayan más allá del territorio mediterráneo.
Entonces, con la conducción del partido en juego –cuestión que sí le interesa al ex árbitro- la situación puede terminar decantando. Algo que los macristas rivales de Baldassi no permitirán y se entrará en el conflicto que algunos esperan.
Así las cosas, en el seno del espacio amarillo en Córdoba, a Baldassi se suman Pretto y la senadora Laura Rodríguez Machado en la carrera hacia 2019. Y a diferencia de los otros dos macristas, el ex árbitro aún no explicitó ese deseo.
En la UCR se anotan varios. El radicalismo, el otro socio mayoritario de la coalición en Córdoba, tiene también a varios que empezaron a acomodarse. Incluso tras las Paso, y aún cuando en la previa su trabajo había sido escaso, varios referentes de la UCR empezaron a hacer concreto el anhelo de quedarse con el principal lugar de la boleta de Cambiemos en la elección provincial.
La semana pasada, en PERFIL CORDOBA, el diputado nacional Mario Negri manifestó su intención de “ser un candidato de consenso” y la declaración cayó en el mestrismo como un balde de agua helada. “¿Piensa que Ramón (Mestre) va a avalar que llegue a una candidatura cuando con él lo puede liquidar en una interna? Falta mucho, pero no hay posibilidad alguna”, reconocieron a este medio desde el Palacio 6 de Julio.
El intendente Mestre llegará al 2019 con su segundo mandato cumplido y espera revalidar cartas en la provincia. Por lo tanto, ni se le ocurre acordar que otro radical lo desplace de esa condición. Sin embargo, el problema que tiene el jefe comunal capitalino es la relación con Macri. Sigue tensa y hay un indicador clave por estos días: los funcionarios nacionales que vengan en campaña irán al interior y estarán poco en la Capital. Y la explicación desde Cambiemos es la siguiente: “lo conseguido acá, se mantiene; hoy se puede hacer una diferencia con el interior. Y sí, algunos prefieren evitar la foto con Ramón”, sostuvieron hace unos días.
Con menos chances. Detrás de la disputa que sostienen radicales y macristas asoma Luis Juez, el embajador en Ecuador que cuenta las horas para regresar a tierra cordobesa. El exintendente, de paso anoche por “La Noche de Mirtha”, insiste con sus aspiraciones de pelear la gobernación. Anhelo que hoy no está en la cabeza de Macri, del PRO cordobés y mucho menos del radicalismo.
Algunos más explícitos, otros más cautos y algunos tantos utilizando terceros para enviar los mensajes, lo cierto es que todos tienen la cabeza puesta en la “bendición” que llegará desde Buenos Aires con Mauricio Macri como el gran elector en el territorio mediterráneo.
Según algunos sondeos, la lista que encabeza Héctor Baldassi tiene grandes chances de superar el 50% de los votos y confirmar así al distrito como el que más respalda la gestión presidencial. O la figura del presidente Macri. Atentos a esto, varios empezaron a asomar el hocico y apuran el paso para no quedar lejos de la foto que se viene. La que puede definir al dueño de los principales despachos de El Panal a partir del 2019.
La interna macrista. Si Baldassi, desde el tope de la boleta, alcanza un triunfo que rompa el umbral de los 50 puntos –algunos hablan del 54%, todo un símbolo en los últimos tiempos desde 2011 para acá-, podría estar en condiciones de ir a Casa Rosada el lunes siguiente y pedir. Ahora bien: pedir qué. Hay quienes deslizaron la posibilidad de hacer un tiro por elevación que implique quedarse con la presidencia del bloque que hoy encabeza el también diputado por Córdoba y rival interno del ex árbitro, Nicolás Massot. Esto significaría, además, pegarle en un costado a Emilio Monzó, presidente de la Cámara de diputados y, junto con el propio Massot, responsables de las elecciones en Córdoba en 2013 y 2015.
Motivos suficientes, junto al resto de labor parlamentaria que significa liderar una bancada, que alcanzarían para alejar a Baldassi de ese objetivo. “Representa más un significado para el ‘círculo rojo’ de la política, da chapa pero termina quitando otras cosas”, sostienen cerca de Baldassi y casi que descartan esta posibilidad.
La otra disputa que encabezará el macrista a partir del 23 del mes próximo es la que tiene con otros integrantes del partido en Córdoba, como su compañero de bancada en el Congreso, Javier Pretto. La interna entre ambos mermó en los últimos meses pero los que conocen la interna saben que la firma por la paz vence con las Legislativas; a partir de ahí, desde Casa Rosada hay carta blanca para que esa diferencia se termine de dirimir en Córdoba y, en lo posible, sin esquirlas que vayan más allá del territorio mediterráneo.
Entonces, con la conducción del partido en juego –cuestión que sí le interesa al ex árbitro- la situación puede terminar decantando. Algo que los macristas rivales de Baldassi no permitirán y se entrará en el conflicto que algunos esperan.
Así las cosas, en el seno del espacio amarillo en Córdoba, a Baldassi se suman Pretto y la senadora Laura Rodríguez Machado en la carrera hacia 2019. Y a diferencia de los otros dos macristas, el ex árbitro aún no explicitó ese deseo.
En la UCR se anotan varios. El radicalismo, el otro socio mayoritario de la coalición en Córdoba, tiene también a varios que empezaron a acomodarse. Incluso tras las Paso, y aún cuando en la previa su trabajo había sido escaso, varios referentes de la UCR empezaron a hacer concreto el anhelo de quedarse con el principal lugar de la boleta de Cambiemos en la elección provincial.
La semana pasada, en PERFIL CORDOBA, el diputado nacional Mario Negri manifestó su intención de “ser un candidato de consenso” y la declaración cayó en el mestrismo como un balde de agua helada. “¿Piensa que Ramón (Mestre) va a avalar que llegue a una candidatura cuando con él lo puede liquidar en una interna? Falta mucho, pero no hay posibilidad alguna”, reconocieron a este medio desde el Palacio 6 de Julio.
El intendente Mestre llegará al 2019 con su segundo mandato cumplido y espera revalidar cartas en la provincia. Por lo tanto, ni se le ocurre acordar que otro radical lo desplace de esa condición. Sin embargo, el problema que tiene el jefe comunal capitalino es la relación con Macri. Sigue tensa y hay un indicador clave por estos días: los funcionarios nacionales que vengan en campaña irán al interior y estarán poco en la Capital. Y la explicación desde Cambiemos es la siguiente: “lo conseguido acá, se mantiene; hoy se puede hacer una diferencia con el interior. Y sí, algunos prefieren evitar la foto con Ramón”, sostuvieron hace unos días.
Con menos chances. Detrás de la disputa que sostienen radicales y macristas asoma Luis Juez, el embajador en Ecuador que cuenta las horas para regresar a tierra cordobesa. El exintendente, de paso anoche por “La Noche de Mirtha”, insiste con sus aspiraciones de pelear la gobernación. Anhelo que hoy no está en la cabeza de Macri, del PRO cordobés y mucho menos del radicalismo.