Fue una visita fugaz, casi de médico, la que hizo Claudio “Chiqui” Tapia el 24 de noviembre pasado a la sede de la Liga Cordobesa. Durante aquella breve estadía, no exenta de adulaciones y regalos, el presidente de la AFA se preocupó en dejar en claro que el fútbol argentino goza de buena salud y hasta se animó a tirar algunas recetas al voleo, mientras procuraba sin mucha pericia gambetearle a las preguntas sobre el incómodo Fifa Gate.
Fue entonces cuando anticipó su intención de que los partidos de Primera y del ascenso vuelvan a jugarse con hinchas de los dos equipos en un futuro no muy lejano. “Es una deuda de toda la dirigencia, pero la decisión debe estar acompañada por los organismos de seguridad y por la Justicia”, manifestó. La semana pasada, Tapia dobló la apuesta y en compañía de Mariano Elizondo, el CEO de la Superliga, anunció en Buenos Aires el lanzamiento del “Programa de Retorno de Visitantes”, que tiene como propósito abolir la prohibición del ingreso de parciales que no sean locales para los torneos que arrancarán tras el Mundial de Rusia 2018.
“No hemos recibido una comunicación oficial de la AFA, pero siempre hemos sido muy respetuosos de todas las disposiciones”, sostiene Rody Guerreiro, presidente del Consejo Provincial de Seguridad Deportiva de Córdoba (Cosedepro). “Más allá de eso, nuestra postura es muy clara: estamos convencidos de que en Córdoba puede jugarse con público visitante. Eso ha quedado objetivamente demostrado tanto en los partidos de Copa Argentina como en los clásicos”, añade el funcionario.
Según los primeros esbozos del proyecto, la presencia de parciales de ambas divisas deberá ser consensuada entre los clubes locales y los organismos de seguridad de cada jurisdicción, y el análisis será “partido a partido”. La medida no tendría efecto vinculante en términos de reciprocidad, ya que la evaluación de cada caso en particular incluirá diferentes variables, como los antecedentes de las hinchadas, el “historial” del encuentro y hasta la ubicación de los equipos en la tabla de posiciones.
“En la gran mayoría de los partidos que se jueguen en Córdoba, yo creo que no habrá inconvenientes. De todos modos, no se puede asegurar que todos vayan a contar con las dos hinchadas, ya que siempre habrá que evaluar circunstancias puntuales”, destaca Guerreiro.
Belgrano, el más reticente
Entre las “circunstancias puntuales” que deberán considerarse también están incluidas las particularidades de cada estadio y la predisposición de los clubes locales. “El Kempes, por ubicación e infraestructura, es el escenario ideal para jugar con dos parcialidades”, estima Guerreiro. “En Alberdi, en principio, no habría problemas. Pero es otra cancha, está en un barrio. Habría que evaluarlo más en frío”, añade el titular del Cosedepro.
En el caso de Talleres, la localía en el mundialista le permite albergar cómodamente a sus abonados (entre 35 mil y 42 mil en los últimos semestres) y eventualmente disponer de la popular sur para los visitantes. Por el lado de Belgrano la cuestión es más compleja, ya que en el actual torneo la capacidad del Gigante está completa con la venta de 30 mil abonos y la idea de la dirigencia es seguir priorizando a los socios. Una alternativa, en el caso de la “B”, sería mudar algunos partidos al Kempes. Boca, River, Newell’s Old Boys y Rosario Central son algunos de los clubes que ya anticiparon su voluntad de seguir jugando de locales solo con su público.
Para los casos en que se habilite el ingreso de hinchas visitantes, la AFA y la Superliga ya anticiparon que los clubes locales no venderán las entradas y que el expendio se hará de manera electrónica y a través de un sistema unificado. El “Programa de Retorno de Visitantes” incluye la creación de un “Pasaporte del Hincha”, que estará vinculado a la base de datos que el Ministerio de Seguridad de la Nación utiliza en “Tribuna Segura”. “En Córdoba ese programa funcionó una barbaridad. Se detuvo a personas con pedido de capturas, prohibición de ingreso a estadios y derecho de admisión, y también a personas con procesos por distintos delitos, como violencia familiar. Y fuimos la primera provincia que lo implementó con personal y tecnología propios”, sostiene Guerreiro.
En 2017, “Tribuna Segura” -el control que se hace a través de teléfonos celulares, chequeando el DNI de los asistentes- hizo casi 2 millones de controles, aplicó 800 admisiones y detectó 218 pedidos de captura en todo el país. Los siete imputados por el asesinato del hincha de Belgrano Emanuel Balbo y tres integrantes de “la Fiel”, la barra de Talleres que fue homenajeada en la Unicameral a fines de 2013, entre otros, ya figuran en el Registro Nacional de Personas con Derecho de Admisión en Espectáculos Futbolísticos, que aplica la "Restricción de Concurrencia Administrativa" a los estadios.
Por el momento, “Tribuna Segura” se aplica en algunas jurisdicciones y únicamente en Primera División (PERFIL CÓRDOBA verificó su ausencia en algunos partidos), lo cual exime a Instituto, que milita en la B Nacional, divisional que acumula 11 años sin hinchas visitantes y que, al parecer, deberá seguir esperando por algún tiempo más.
El clásico, un partido político
La decisión ya está tomada, y en el más alto nivel. Reposicionar a Córdoba como el escenario predilecto de los grandes eventos futbolísticos del país -como en los tiempos en que el deporte provincial tenía como referentes a Emeterio Farías y Oscar Dertycia, dos hombres “del palo”- es una obsesión para la gestión de Juan Schiaretti. En “el Panal” tienen en claro que ya o alcanza con la infraestructura y la capacidad del Kempes, que los alineamientos políticos también juegan a la hora de digitar la sede de un partido del seleccionado argentino o una final de Copa Argentina, y que mostrar una jurisdicción “amigable” para la convivencia de las hinchadas también puede convertirse en un buen “caballito de batalla”.
Por ese lado habrá que buscar la explicación, entonces, del súbito cambio de opinión de Rody Guerreiro, el titular del Cosedepro, quien en julio del año pasado había dicho que no estaban dadas las condiciones para poner en escena al clásico cordobés, debido a las obras que se llevan a cabo en las adyacencias del “Chateau”. “No es el escenario ideal para jugar con dos hinchadas”, argumentó aquella vez. Luego de algunos cabildeos, el eterno reacondicionamiento del campo de juego terminó siendo la excusa perfecta para una nueva postergación. Por “cuestiones de agenda”, otro amistoso entre la “T” y la “B” ya había quedado trunco en enero de 2017.
“Con las obras no es lo mismo, pero lo podemos subsanar”, señaló Guerreiro sobre el partido que los dos tradicionales equipos cordobeses animarán el 17 de enero, con la presencia de ambas parcialidades. “Por supuesto que se hará un operativo importante, como en todo clásico”, añadió el funcionario, quien negó que esta puesta en escena del fútbol veraniego represente un ensayo con miras al posible retorno de los hinchas visitantes luego del Mundial 2018. “Será una experiencia más”, enfatizó. Aunque aclaró que, después del asesinato de Emanuel Balbo, ocurrido el pasado 15 de abril en el Kempes, “se han reforzado todos los operativos”.
El último Talleres-Belgrano con hinchas de los dos clubes se jugó el 23 de julio de 2016, y fue fogoneado por el gobierno provincial como “El clásico de la amistad”. El elenco de Alberdi ganó por penales y no hubo incidentes, tal como formalmente habían pactado en la semana previa autoridades de la Policía y referentes de las dos barras.