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FÚTBOL Y JUSTICIA

“En el fútbol se construyen vínculos que gestan avales y fianzas morales”

Nicolás Cocca es abogado y magister en Antropología e investiga desde Hace siete años cómo opera el sistema de relaciones en los torneos entre profesionales del Derecho. Advierte que los patrocinios que surgen de allí no son explícitos ni lineales. Propone un análisis sobre cómo se construyen lazos y cómo éstos circulan en forma de avales. Las mujeres están huérfanas de espacios de socialización.

Nicolás Cocca
NICOLÁS COCCA. Los patrocinios y avales morales “no son automáticos, lineales. No quiere decir que eso repercutirá en un concurso para devenir juez. Pero tiene relevancia”, puntualizó el investigador. | Fino Pizarro

La foto donde se ve en un mismo equipo al fiscal federal Diego Luciani y a uno de los jueces del tribunal, Rodrigo Giménez Uriburu, ambos partícipes del juicio a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, puso en foco la discusión sobre el tejido de relaciones en espacios fuera de tribunales y el peso que pueden tener a la hora de condenar o absolver a un acusado.

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NICOLÁS COCCA. Los patrocinios y avales morales “no son automáticos, lineales. No quiere decir que eso repercutirá en un concurso para devenir juez. Pero tiene relevancia”, puntualizó el investigador.

La existencia de vínculos familiares y sociales en los poderes judiciales de la Provincia y Nación es un hecho. ¿Cuánto pesan para ascender en las carreras judiciales y resolver juicios? En Córdoba, ¿tienen relevancia los apellidos?

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), realiza una observación y análisis metodológico sobre esos ámbitos de socialización, en especial los partidos de fútbol que organiza el Colegio de Abogados. Son medio centenar de equipos por temporada.

PERFIL CÓRDOBA entrevistó al abogado Nicolás Cocca, magister en Antropología, docente e investigador universitario que pertenece al grupo que realiza un análisis antropológico del fenómeno.

—¿En qué consiste la observación metodológica y el estudio que hace?

—Hay una pregunta que flota: ¿qué tiene que ver el fútbol con la Justicia o un torneo de un deporte tan popular, con devenir fiscal o juez? La respuesta es: mucho. Lo digo con un respaldo de más de siete años de trabajo con un grupo de investigación. Abordamos esta cuestión desde la Antropología. Intentamos desmontar las categorías normativas que abogados traemos de una formación positivista para comprender. Es interesante salir de la coyuntura para describir, no prescribir como hace el Derecho, por qué este sistema funciona de esta manera. Todos saben que los torneos de fútbol pueden funcionar como un espacio para hacer contactos. Son sistemas que funcionan muy bien, en forma aceitada.

—Cuando menciona la palabra “sistema”, ¿a qué se refiere?

—Podemos mencionar dos cuestiones principales. Por un lado, las formas de selecciones de jueces, juezas, fiscales acá en Córdoba y en la Nación; y por otro, las capacitaciones. Advertimos dinámicas muy parecidas en ambos niveles, donde el fútbol se erige como un espacio para establecer relaciones. Lo describimos como “trayectos”. Es una familiaridad que excede la sangre. No deja de ser importante la sangre, pero en estos ámbitos se construyen otro tipo de parentelas políticas, no partidarias, durante los partidos de fútbol, asados y el tercer tiempo, que van gestando avales y fianzas morales. No es automático ni lineal. No quiere decir que eso repercutirá en un concurso para devenir juez. Pero tiene relevancia.

—¿Qué sucede después con esos vínculos cuando, por ejemplo, alguien es nombrado juez y continúa incorporado a ese universo de relaciones?

—Es un tema complejo. Tomé varias frases de un hilo en Twitter: “Es una joda que fiscales compartan equipo” versus “se podría recusar a todos porque comparten partidos en un torneo de 30, 40 o 50 equipos”. Sin esquivar la pregunta, creo que en ambos lados hay razón. Es un debate que habría que aprovechar para analizar la insatisfacción de la sociedad con el sistema judicial. Yendo a la coyuntura, lo que está en discusión es si hay o no causal de recusación, si jugar en un mismo equipo implica ser amigo “de”. No existirá nunca una norma que diga de manera expresa que un fiscal no puede jugar con un juez en un mismo equipo, comer un asado y que ese partido no se podrá disputar en un predio de propiedad del principal opositor político de un acusado en un juicio. Eso no va a ocurrir. El Derecho prescribe cuestiones generales. En contrapartida, el argumento de que no hay una causal porque no está específicamente estipulado también me parece muy pobre. Estamos ante esos degradé. Y a mí me interesa mucho estudiarlos. 

—¿Cuánto pesan esos patrocinios a la hora de concursar para un cargo de magistrado?

—Nuestra investigación no es cuantitativa. No tenemos un acabado estudio y conocimiento de cuántas recomendaciones son exitosas. Pero nos parece que a nivel local, en otras provincias y a nivel nacional también, influyen y tienen peso. Si bien nuestra idea es corrernos de ese tipo de acusaciones que son vox populi, sabemos que hay avales que tienen más peso que otros.

—¿Son tácitos?

—Hay una especie de obligación de devolver, de reciprocar, que trata bien el sociólogo Marcel Mauss. Ese es el sentido, es una especie de disimulo colectivo donde si uno explicita un pedido o recomendación, pierde la magia. Esto no quiere decir que una recomendación le haga ganar a una persona, pero es importante conocer los avales que están circulando.

—El fútbol es el ámbito de los hombres. ¿Las mujeres tienen algún otro espacio?

—Lo primero que advertimos es la vacancia, orfandad, respecto a espacios de socialización por parte de las mujeres. Carecen de las posibilidades que tienen los hombres para construir esta parentela en términos de trayectos políticos. Trazamos algunas líneas de investigación para ver si existe otro ámbito donde eso se dé. Tenemos algunas hipótesis, por ejemplo en la universidad, en Derecho, respecto a cátedras como más feminizadas, donde la mayoría son mujeres, como lo es la de Derecho de Familia. Pero no sé si tienen el mismo peso.