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CóRDOBA
ELECCIONES MUNICIPALES

En una reunión que terminó a la madrugada, Llaryora arengó al PJ de Capital para trabajar por Passerini

El gobernador electo recibió una encuesta que lo dejó preocupado y convocó a todos los cuadros partidarios para desplegar un plan de acción. La reunión empezó después de la entrega de los premios Jerónimo y terminó cerca de las tres de la mañana del viernes pasado. El narcotráfico vuelve a colarse en el proceso electoral.

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COMEDIA. En la reapertura del espacio se mostraron juntos el actual gobernador, su sucesor y el candidato a intendente de Hacemos Unidos Por Córdoba. | CEDOC Perfil

Horas antes de la ceremonia de entrega de los premios Jerónimo, el gobernador electo, Martín Llaryora, recibió algunas noticias que le sacaron una mueca de disgusto.

Una encuesta de la consultora riocuartense CB le indicaba que el candidato opositor a sucederlo, Rodrigo De Loredo, tenía una ventaja amplia sobre el aspirante oficialista, Daniel Passerini.

Ese dato corrió como reguero de pólvora y antes del mediodía, diferentes funcionarios municipales lo repetían. Esto llamó la atención, porque esa investigación estaba en el despacho del todavía intendente de Córdoba.

Después, recibió otros dos sondeos que lo dejaron un poco más tranquilo: uno, de una consultora próxima al peronismo, que pronosticaba la victoria ajustada de Passerini, y un tercer trabajo, que es un promedio de todas las encuestas. El último daba una suerte de empate técnico. “Estamos palo a palo”, vociferaba –optimista– un ladero del próximo jefe del Ejecutivo provincial.

Sin embargo, los funcionarios y los cuadros del peronismo de Capital pusieron la lupa sobre el primer sondeo, el que auguraba una derrota de Hacemos Unidos por Córdoba.

Después de la ceremonia de los Jerónimo, los soldados llaryoristas se aprestaban a desconcentrarse, pero vino una orden tajante: funcionarios y dirigentes de primera y segunda línea deberían reunirse con el jefe del Palacio 6 de Julio para analizar de qué manera se encaran las últimas dos semanas de campaña electoral. Al lado de Llaryora se ubicó Passerini. Hubo instrucciones específicas que se convirtieron en un plan de acción tendiente a revertir la situación que planteaba la encuesta de CB. Una teórica cena fue reemplazada por módicas empanadas, el encuentro se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Las luces se apagaron cerca de las 3.

Un día después, el pasado viernes a la noche, Llaryora habló en el segundo acto de presentación de la candidatura del  aún gobernador, Juan Schiaretti. Pronunció un discurso que se pareció más a una arenga que a un festejo. En realidad, esa concentración sirvió para celebrar la victoria en las urnas del 25 de junio, ya con el escrutinio oficial definido, después del patético conteo provisorio, en el que pareció que a los jueces del tribunal electoral el saco les quedó dos talles grandes.

 

“No sobra nada”. Allí, ante la militancia, bramó: “Les pido que hagamos el máximo esfuerzo. Hablemos con todos porque no sobra nada. Nunca fue fácil y les pido que vayamos todos a las urnas”.

El plan ya fue explicado por este diario: consolidar la victoria en los barrios populosos, en los que el resultado fue muy bueno pero con un dato importante, votó muy poca gente.

Piensan los arquitectos del peronismo que, si la diferencia se amplía en los sectores carenciados, puede la coalición oficialista volver a celebrar el 23 de julio.

 Hay un hecho sobre el cual Passerini y otros dirigentes justicialistas comenzaron a machacar con la llegada del fin de semana. Todo hace presumir que continuarán con ese discurso: incomodar a De Loredo y obligarlo a que le pida la renuncia al noveno candidato a concejal de Juntos por el Cambio, César Chesarotti, involucrado en una causa en la que se investiga su supuesta participación en un hecho vinculado al narcotráfico.

Ya circulaban fotos de De Loredo con Chesarotti que, en estos días, deberá explicar por qué fue detenido su medio hermano en medio de un allanamiento a un domicilio en el que se encontró documentación y material de propaganda de la coalición opositora. La Justicia considera que parte del dinero que se secuestró, podría provenir de la supuesta venta de droga.

De Loredo sabe que este tema se metió por una hendija de la campaña y que será una molesta piedra en su zapato durante las próximas dos semanas. El viernes último intentó poner paños fríos al decir que hay que volver a las propuestas de campaña.

“No nos vamos a sumar a las actitudes violentas de sectores oficialistas. Son 40 años de democracia en Córdoba, tengamos elecciones limpias y que el ciudadano elija”, indicó. Su mensaje desafiando a Passerini inundó las redes sociales.

Los llaryoristas no se amilanaron por el pedido del candidato de la oposición y, con un dejo de incertidumbre e ironía, sugirieron que en los próximos días “habría novedades” sobre otra candidata de la coalición opositora que estaría siendo investigada en la Justicia Federal. De todas maneras, el tema no pasó de ese enunciado, por eso no se brindan nombres.

La agenda que se viene. Hoy, el gobernador electo está obsesionado con la elección de Capital pero en su escritorio tiene anotados otros temas que no son menores, especialmente uno: la dinámica de la nueva Legislatura.

“Martín tenía pensado llevar a su gobierno a varios legisladores, pero ahora con esta paridad es posible que deba dejar algunas espadas importantes para tener un presidente provisorio y un jefe de bloque fuertes que arropen a la vice, Myrian Prunotto”, contó una fuente muy cercana al intendente en ejercicio.

En ese sentido, mencionó al actual vicegobernador, Manuel Calvo; al secretario de Gobierno del municipio, Miguel Siciliano, y al ministro provincial de Vinculación Comunitaria, Juan Paulo Cassinerio. “Tampoco hay que hacerlo pobre al intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, porque si bien perdió en el departamento, es un hombre fuerte en el sur”, opinó un experimentado caminante de los pasillos de la Unicameral.

Llaryora ya avisó que Sergio Busso continuará al frente del Ministerio de Agricultura y que –posiblemente– el extrapartidario con pasado en el PRO, Gabriel Frizza, sea convocado para liderar una cartera nueva: el Ministerio de Cooperativas.

“Mucho no se puede hablar ni hacer sobre el tema gabinete en estos días. Hay que esperar que pasen la elección municipal y, sobre todo, las PASO”, apuntó otro vocero llaryorista. 

Del resultado de las primarias dependería la conformación final del elenco de colaboradores que acompañará al gobernador electo en el primer tramo de su gestión, que se iniciará el 10 de diciembre, según la consideración de la fuente.

De esta forma dejó una puerta abierta a la convocatoria a otros sectores del peronismo, ahora enfrentados con el gobernador Schiaretti, por ejemplo Carlos Caserio. Un hombre de ese sector, Federico Alesandri, fue electo legislador y tendrá un bloque unipersonal, que seguramente será llamado a dialogar por las autoridades del peronismo en la Unicameral.

Deberá seguirse de cerca o ponerse bajo una lupa la relación de Llaryora con los armadores de Massa: el intendente de Villa María, Martin Gill y el de Leones, Fabián Francioni , además del citado Caserio.

Es siempre una incógnita lo que podría pasar con la diputada nacional Natalia de la Sota, quien negó haber sido convocada por Massa para sumarse a su sector. Ahora, el ministro de Economía es candidato presidencial de casi toda la coalición oficialista, exceptuando a Juan Grabois que también competirá en las primarias del 13 de agosto.

Hay otros temas que también esperarán a la finalización de las PASO para ser abordados. Entre ellos se encuentra la transición de un gobernante a otro, ya que podrían imaginarse problemas sobre todo a nivel de segundas y terceras líneas, cuando deban instrumentar planes de acción y resolver problemas.

“Hasta ahora no se ha hablado una sola palabra de esa cuestión, que es cierto que es importante porque debemos llegar al 10 de diciembre sin ningún desgaste y con todo el organigrama de trabajo correctamente dispuesto y con las mujeres y los hombres que hagan falta para ocupar todos los puestos”, razonó un dirigente justicialista acostumbrado a tratar de cerca al poder.

Ahora, la cabeza de schiarettistas y llaryoristas está puesta en la elección de la ciudad de Córdoba, el 23 de este mes, y en las PASO del 13 de agosto. Otras cuestiones fueron ubicadas en carpetas que dormirán el sueño de los justos hasta que pase el vendaval de elecciones. 

“Eso será así hasta el 14 de agosto. En ese momento se verá qué se puede hacer y qué no en nuestra provincia”, dijo al concluir su reflexión un dirigente que puede tener un cargo de peso en el Poder Legislativo que se estrenará a fin de año.