Perfil
CóRDOBA
INSTITUTO - TALLERES

Entre emociones, recuerdos y anhelos

Ezequiel Lázaro jugó en la ‘T’ y en la ‘Gloria’. En ambos clubes le tocó pasar buenos momentos y otros no tanto, pero ambas entidades marcaron su carrera. “Con Talleres inicié mi camino como jugador profesional e Instituto es el club de mis amores”, asegura. En la actualidad, se emociona e ilusiona con el presente que atraviesa su hijo Jeremías, que acaba de firmar su primer contrato como futbolista profesional. Su historia y los consejos al pibe que la rompe en la Reserva albirroja.

Los Làzaro
LOS LÁZARO. Ezequiel y Jeremías con las camisetas del club de sus amores. El exjugador recuerda muy bien a Talleres: “Le debo todo”. | Federico Rodríguez

Son pocos los casos de futbolistas que hayan vestido las camisetas de Talleres e Instituto pero que, además, sean reconocidos por lo que dejaron en ambas entidades. Uno de ellos es Ezequiel Lázaro. El mediocampista cordobés surgió de las divisiones inferiores del club de barrio Jardín, donde debutó en Primera, y después llegó a la 'Gloria', donde cumplió su sueño de niño.

'Eze', ese zurdo talentoso que hacía jugar a sus compañeros y nunca escatimaba sacrificio, vive horas especiales debido a que su hijo Jeremías, que antes lo acompañaba a los estadios, es ahora una de las mayores proyecciones que tiene Instituto: el pibe es una delas figuras en Reserva y esta semana firmó su primer contrato como profesional.

En ese marco, en la previa al clásico en el Monumental de Alta Córdoba, entre ‘Gloriosos’ y ‘Matadores’, por la novena fecha de la Liga Profesional, PERFIL CÓRDOBA mantuvo un mano a mano con Ezequiel Lázaro sobre lo que vivió en ambos clubes y qué ve en la actualidad.

En ese sentido, sostuvo que “antes vivía los partidos con mucha ansiedad, esperando el momento de poder jugar, ahora lo vivo como hincha, más tranquilo. Son clásicos lindos para jugarlos. Espero que se pueda disfrutar, porque no somos enemigos, somos rivales, y estaría bueno que estos partidos se jueguen con visitantes en las tribunas”.

—¿Es distinto jugar este tipo de partidos, ya sea en el Monumental, la Boutique o el Kempes, por el tema del contexto y las presiones de la gente?
—Sí, se siente más la gente en el Monumental o la Boutique, los tenés más cerquita. Me tocó jugar en los tres estadios con las dos camisetas y se siente el público en canchas más chicas. La presión es otra. Va estar bueno, incluso como espectador, porque se aprecia más.

—¿Qué fue Talleres para vos, como futbolista?
—Tengo un cariño muy grande hacia Talleres, le debo todo. Surgí de ahí, me hizo  empezar mi carrera como profesional y debo ser agradecido al club que me dio la oportunidad de emprender el viaje hermoso de jugar en Primera.

—¿Y de Instituto?
—Es el club de mis amores, siempre quise jugar ahí y tuve la oportunidad de cumplir mi sueño de chico.

—¿Cómo vivís este presente de tu hijo Jeremías?

—Estamos muy felices por su presente. Lo logró solo. Se hablaron tantas cosas... de que era petiso, que no iba a poder jugar. Yo le hablaba, le decía: mirá, yo jugué con Conca y él era más petiso que yo... Los mejores jugadores del mundo siempre son petisos. Y Jeremías le metió a los entrenamientos, entrenaba en el club a la mañana y a la tarde iba al gimnasio, tiene una conducta impresionante. Estoy orgulloso por la madurez que tiene, por lo buena persona que es. Estoy con mucha expectativa y, además, tiene un presente muy bueno y ojalá en algún momento le toque jugar y cumplir su sueño, que es jugar en Alta Córdoba.

—¿Hablas mucho con él, teniendo en cuenta que nos sos un papá más?
—Sí, trato de enseñarle algunas cosas. Le digo que se va a equivocar en la vida, pero que me preste atención, porque ya las viví, fui jugador. Si me escucha se va a equivocar menos. Y me escucha... es muy centrado, se cuida, es muy profesional. Vive para ser jugador de futbol. Hoy el fútbol cambió mucho, hay otros cuidados.

—¿Qué edad tenía Jeremías cuando empezó a jugar en la Gloria?
—Está en Instituto desde los cinco años. Cuando me fui a jugar a Chile estuvo conmigo allá pero cuando volvimos al país (2011) me fui a Independiente Rivadavia de Mendoza y él se quería venir a Instituto. Mi suegra se tuvo que ir a buscarlo y se quedó a vivir con mi mamá en Córdoba para que pudiera entrenar en Instituto. Vivió con ella seis meses, mientras yo estaba allá. El sacrificio tanto de él como de la madre, está teniendo recompensa. Jeremías ama jugar al fútbol, quiere tener su oportunidad en Instituto y pelea por encontrar su lugar.

EZequiel Lazaro

  • AQUELLA APARICIÓN DE EZEQUIEL
  • José Omar Pastoriza fue uno de los próceres del fútbol argentino. En Talleres tuvo cuatro etapas como entrenador, todas con mucha repercusión, más allá de los resultados: 1980, 1993, 1998 y 2003. En la última hizo debutar a Ezequiel Lázaro, en un juego ante Banfield. En ese entonces, el zurdito enganche se venía destacando en las inferiores albiazules, e incluso era habitualmente convocado a la Selección argentina sub-20: incluso obtuvo la medalla de oro de los Panamericanos 2003.
  • LA LLEGADA DE JEREMÍAS
  • El certamen de Reserva de la Liga Profesional es televisada y acompañada, en los estadios, por mucho público, más allá de que no se juega el mismo día que el partido de Primera. Y en su primera participación, Instituto lo está haciendo con buen desempeño, a pesar de la goleada 1-5 sufrida el jueves en la Boutique ante Talleres. Jeremías Lázaro (18 años) se está destacando por su juego desequilibrante y los goles. Tanto es así, que esta semana firmó su primer contrato como profesional.

FIESTA EN EL MONUMENTAL Instituto y Talleres se enfrentarán esta tarde, desde las 16.30, en el Monumental de Alta Córdoba por la novena fecha de la Liga Profesional. Facundo Tello será el árbitro del cotejo, que llega con un historial de 31 partidos jugados, 12 victorias albiazules, 11 albirrojas y 8 empates.