La Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) cerró el ejercicio fiscal 2017 en un delicado estado financiero. Su fondo de maniobra (o capital corriente) resultó negativo al expresar una relación de 0,53, cuando lo óptimo es 1,5. El fondo de maniobra (activo corriente menos pasivo corriente) refleja la solvencia de la empresa, es decir, su disponibilidad de recursos para hacer frente a los pagos más inmediatos.
De acuerdo al expediente Nº 0021-046499/2018, mediante el cual la Gerencia de Finanzas de EPEC elevó al Tribunal de Cuentas de la Provincia los Estados Contables del ejercicio económico Nº65, el activo corriente de la compañía sumó $ 5.209,6 millones, mientras que el pasivo cxorriente trepó a $9.804,6 millones (un 13,56% más que en 2016).
En este cuadro de situación destaca un nivel de endeudamiento total que asciende a los $6.538,8 millones, de los cuales el 34,4% tiene vencimiento este año y el resto a más largo plazo; mientras que el 93% del total de lo que debe EPEC está en moneda extranjera (significan unos US$327,9 millones). Aunque se trata de compromisos abultados, no contemplan, incluso, los $1.765,69 millones adicionales que la compañía de energía debe al Gobierno de la Provincia.
Esta primera radiografía explica la urgencia del Gobierno por llevar a la empresa a un ajuste de costos, en medio de una reformulación del marco regulatorio de la actividad. Sin embargo, una lectura en profundidad de los estados contables advierte que es endeble la hipótesis oficial según la cual eliminando algunos puntos del Convenio Colectivo de Trabajo de Luz y Fuerza se resolverán los desequilibrios.
EPEC enfrenta tres problemas estructurales: sobredimensión de gastos en la unidad de Distribución; baja rentabilidad en la de Generación y lento nivel de desarrollo e innovación del sector Telecomunicaciones. Por ello, aunque se empeña en mantenerse como una empresa integrada, los subsidios cruzados apenas si le alcanzaron en 2017 para terminar con una ganancia ordinaria de $794,3 millones y un nivel de efectivo en caja de sólo $470,8 millones. Con esos magros números comenzó el 2018, año en el que le vencerán $2.249 millones de deuda.
Más allá de la pirotecnia. En la última semana, el sindicato y el management de EPEC se encargaron de hacer, cada uno por su lado, marketing de guerrilla para instalar en la opinión pública que los responsables de los altos costos de la compañía “son los otros; no, nosotros”.
Como misiles que iban de una trinchera a otra, dejaron trascender sueldos y beneficios extras para empleados, gerentes y funcionarios de alta dirección que muy lejos están de lo que se cobra en la actividad privada. “Son derechos por convenio”, argumentaron los empleados para justificar sus ingresos. “Son montos ajustados a estatuto”, defendieron los directivos para a retener los suyos.
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La pregunta es: más allá de convenios y estatutos de la década del ’70, ¿cuál es el impacto que hoy tienen esos gastos en la operación de la compañía? Si se consideran los Gastos Totales de Administración y Comercialización, las erogaciones de personal se llevan el 72,5% promedio considerando los sectores de Distribución y Generación. En tanto, si se toman en cuenta los Costos de los Servicios Vendidos (donde se incluye la compra de energía), ese promedio llega al 28%.
El desempeño del core de negocios de la compañía –la Distribución– es el que tuvo los peores resultados en 2017. Sus ventas fueron de $12.554,23 millones, frente a costos de servicios del orden de los $10.006,57 millones, lo que le dejó un resultado bruto positivo de $ 2.547,65 millones. Pero, cuando a él se le deducen los gastos por administración y comercialización, el resultado operativo da pérdida por $1.157,48 millones.
A efectos de no cerrar el año con tamaño desfase, EPEC presenta los resultados totales con el apalancamiento de los sectores Generación (tuvo una ganancia de $1.125,7 millones) y Telecomunicaciones ($20,3 millones); de este modo le pérdida queda en $11,41 millones. Ni con esta estrategia contable logra resultados positivos.
Viendo los números desde esta perspectiva se comprende por qué tanto Gobierno como empresa y sindicato defienden la integración de la compañía. Ese modelo (violatorio de la legislación nacional, que ordena separar en diferentes empresas las unidades de Generación de las de Distribución) es una salida para compensar débilmente los resultados contables.
Preguntas estratégicas. Para satisfacer una visión 2030 del sector energético provincial que otorgue real competitividad a la economía, ¿se resuelve el problema ajustando, solamente, la periferia de los gastos?
Poniendo a EPEC Distribución en comparación con otras empresas del sector, los datos son inquietantes. Según un estudio de la firma Grupo Mercados Energéticos Consultores, el Valor Agregado de la Distribución (VAD) que cobró EPEC en 2016 a clientes testigo residenciales (200 kWh/mes) y comerciales (500 kWh/mes) situó a la compañía entre la más cara de 12 empresas evaluadas.
"Para el consumo residencial, el máximo desfasaje es de casi 4 veces a 1 entre el valor mayor que corresponde a EPEC y el menor, a la distribuidora de Mendoza. En el caso de la tarifa comercial, el desfasaje de VAD entre el mayor y menor es de casi 5 veces a 1, siendo el de EPEC de Córdoba el mayor y el de la distribuidora rionegrina EDERSA, el menor”, señala la consultora.
Si se analiza la unidad de negocios de Generación se observa que en todos estos años no existieron esfuerzos por migrar la matriz energética hacia fuentes renovables más económicas. Los mayores costos los siguen teniendo las centrales de Ciclo Combinado dependiente de combustibles convencionales ($1.731,57 millones), donde, además, su central más moderna (la “Bicentenario” de la ciudad de Pilar) tuvo que recibir un auxilio del Tesoro Provincial por $876 millones para enfrentar vencimientos de deuda.
Finalmente, la EPEC Telecomunicaciones (inserta en una industria altamente competitiva y tecnológicamente intensiva) muestra números que dicen que por arrendamiento de postes ganó $28 millones y por venta de servicios de acceso a internet $33.740. ¿Dónde estaría aquí el foco del negocio para una unidad que gasta más de $25 millones en personal y tendrá que competir con compañías listas para dar cuádruple play?
Esta semana, se reunirá la empresa con el gremio, a instancias del Ministerio de Trabajo, para que la empresa exponga por qué quiere ajustar un mix de gastos y el sindicato tenga la oportunidad de defenderlos, porque así lo hacen desde hace 40 años. Quizá, más adelante, se arriesguen a analizar un verdadero modelo negocios.
COMPROMISOS ADQUIRIDOS
Así como el Consenso Fiscal firmado por Córdoba está induciendo a un ordenamiento fiscal del Estado provincial y de los municipios, el Acuerdo Federal Energético -también suscripto por el Gobierno de Schiaretti en abril del 2017- busca dar racionalidad y eficiencia al desquiciado mercado energético de Argentina.
Para dar cumplimiento a ese Acuerdo, el Consejo Federal de Energía viene realizando reuniones donde cada provincia expone sus avances. En la última, realizada en la Ciudad de Buenos Aires, el ministro Fabián López comentó a sus pares que el Gobierno pidió a Ersep obligue a cooperativas y municipios a “limpiar” las facturas de tasas extras.
La próxima reunión se realizará en Córdoba, en el mes de mayo. Allí, probablemente, Schiaretti pretenda presentar un avance más sólido en la modernización del marco regulatorio. Al margen de tales esfuerzos, al firmar el Acuerdo la Provincia se comprometió a:
• Ajustar el rol de las empresas prestadoras de servicios públicos del sector energético, sean del estado nacional o de las provincias, a fin de evitar superposición de funciones.
• Armonizar entre las distintas jurisdicciones las políticas de precios y tarifas en el sector energético. Se vuelve obligatorio incluir una tarifa social para toda la población vulnerable que lo requiera, sin excepcionalidades de áreas geográficas.
• Acordar criterios sobre la aplicación de impuestos que incidan sobre los servicios, contratos y/u obras de energía.
• Avanzar hacia la diversificación de la matriz energética, incrementando la participación de energías limpias.