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CóRDOBA
JAVIER MOREIRA

“Hay una agenda social de la que Llaryora se tendrá que hacer cargo”

Para el director de la licenciatura en Ciencias Política de la UNC, el gobernador tendrá que enfocarse en las políticas de bienestar social, como política, salud, educación, seguridad y vivienda. “Los resultados de los últimos 20 años no fueron los mejores para Córdoba”, sostiene. En el nuevo escenario nacional, Llaryora “deberá construir gobernabilidad y contención para que la crisis económica no se convierta en una crisis política”.

07-11-2023 Martín Llaryora
MARTÍN LLARYORA. | CEDOC PERFIL.

-¿Cómo se presenta este nuevo proceso, en el contexto del cordobesismo, que encara Llaryora?  
-Como en todos los procesos políticos habrá cosas nuevas y viejas, continuidades y también novedades. Creo que las gobernaciones de (Juan) Schiaretti y (José Mnauel) De la Sota se pueden pensar en un ciclo de 20 años como un proceso común, llamado cordobesismo o modelo Córdoba. Entre esas experiencias y la que inicia Llaryora habrá novedades, porque el gobernador pertenece a otra generación, al igual que su entorno más próximo, y el contexto nacional es diferente. El cordobesismo estuvo metido en la grieta (de un lado la centro izquierda apalancada en el kichnerismo contra la centro derecha que expresa el macrismo) y Córdoba emergiendo como una tercera opción. Ese mapa ya no existe porque ganó una cuarta fuerza como la de Milei. Entonces, habrá que ver qué cuáles serán las continuidades, que seguramente serán muchas: habrá actores económicos y corporativos que van a seguir acompañando, y como el mismo gobernador dijo habrá cuestiones para modificar, principalmente aquellas que se pueden llamar políticas de bienestar social, como política, salud, educación, seguridad y vivienda. Los resultados de estos 20 años no fueron los mejores para Córdoba en esos ítmes, que tiene indicadores sociales por debajo de la media o peores que a nivel nacional. Hay una agenda social de la que el gobernador se va a tener que hacer cargo.

-¿Es una nueva fase del cordobesismo o surge con más fuerza la del partido cordobés?
-El armado político del cordobesismo estuvo sustentado en un espacio de centro derecha, con conservadores liderados por el PJ, más algunas incorporaciones como el socialismo y el GEN. Y el partido cordobés será una profundización de eso, pero no incorporando a dirigentes que vienen de partidos periféricos, sino de partidos relevantes, como la UCR y el PRO. Es una estrategia de conducción política tomar los elementos importantes de la coalición adversaria y no los espacios periféricos.

-En ese contexto ¿qué actores sociales tendrán relevancia?
-El cordobesismo o el partido cordobés tiene una base de sustentación muy fuerte y muy determinante con algunos sectores, como el empresariado rural y el mediano y gran empresariado industrial. La cálida despedida que le hizo Pía Astori (presidenta de la Fundación Mediterránea) a Schiaretti, a quien trató como si fuera un padre, es muy fuerte, ese lazo va a ser difícil de romper. Pero habrá que ver las innovaciones que desea y es capaz de hacer Llaryora, considerando su legítima postura de tratar de ser un jugador de peso a nivel nacional.

-¿El de Llaryora será un estilo político más fuerte que el de Schiaretti, como ya se empezó a ver? ¿O es casi lógico que sea así al sentirse ‘dueño’ de los dos triunfos electorales del 2023?
-La elección que él le gana a (Luis) Juez fue dificultosa, con una relación de fuerzas entre interior y capital inversa a la histórica, ya que al PJ le iba mejor en el interior. Después, (Daniel) Passerini da vuelta la elección con el compromiso total de Llaryora, remontando muy trabajosamente esa elección haciendo política en todos los frentes. Si hay una cosa que se podría marcar de Llaryora es la voluntad de poder y su profesionalismo político. Ahora vamos a ver cómo juega eso en un contexto de crisis muy grave para los próximos meses o inclusive años, que va a afectar a los gobernadores y los va a obligar a construir gobernabilidad y contención para que la crisis económica no se convierta en una crisis política. El cordobesismo está en un país, a veces se lo presenta como si fuera una isla pero está claro que no es así.

-En cuanto a las ambiciones nacionales de Llaryora. ¿Con quién se puede alinear más rápido: con la nueva generación de gobernadores, como Frigerio o Pullaro, o con los gobernadores PJ? ¿O hará la suya? 
-Con los gobernadores de la Región Centro tiene una agenda en común, pero sin dudas son tres gobernadores que tienen esta gestión que se inicia y otra más por delante. Son nuevos, los tres tienen buena imagen, son políticos interesantes por lo cual se podría ver a competidores ahí: hay que ver desde dónde parten, no sé si como aliados de Llaryora, pueden ser competidores. Respecto del panperonismo (k y no k) habrá que esperar a ver cómo evoluciona ese espacio. El modelo cordobesista, anclado en una demanda de no retenciones y cuestionamientos a los subsidios, el tamaño del Estado y sobre la coparticipación, no están en la misma agenda que los gobernadores del NOA, NEA y la Patagonia, donde las necesidades son otras. De todas maneras, un gobernador como Llaryora es considerado como un protagonista de la política argentina que se viene.

-¿Cuánto se pueden ver aplacadas esas aspiraciones ante la necesidad de gestionar fuerte en un contexto de crisis profunda?
-Llaryora hizo un culto de que la buena política está apalancada en la gestión, y hacer política te lleva a ser antagónico, a hablar de los pituquitos, de tomar posiciones de lucha, de conflicto político. La construcción de un candidato se hace con fuerza, de forma agonista, mientras que la gestión se hace con consensos, por lo que hay que decidir si vas a hacer gestión o vas a hacer política, porque la dosis de acuerdo/conflicto en esos dos objetivos son distintos. Todo eso hay que analizarlo con la inédita experiencia de qué va a pasar con un gobierno libertario en la Argentina, anunciando un ajuste que promete ser fuerte, con la gente que está sufriendo ahora, por lo que el contexto podría ser muy preocupante a futuro.